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LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

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innumerables seres en el edificio de <strong>la</strong> ciencia, sino también en susentido interior de que el genio científico de un tiempodeterminado, reúne en sí <strong>la</strong>s fuerzas de <strong>la</strong>s ideas de los geniosprecedentes, aunque sea en un modo determinado individual, demanera que su fuerza no es una fuerza ais<strong>la</strong>da. El chiste, <strong>la</strong>sutileza, <strong>la</strong> fantasía, <strong>la</strong> sensación, como fuerzas distintas delsentimiento y de <strong>la</strong> razón son fuerzas de <strong>la</strong> humanidad, no delhombre, como ser ais<strong>la</strong>do, sino productos de <strong>la</strong> cultura, productosde <strong>la</strong> sociedad humana. Sólo donde el hombre choca y se roza conotro hombre, se enciende el chiste y <strong>la</strong> sutileza, por cuya razón haymás chiste en <strong>la</strong> ciudad que en el campo y más en <strong>la</strong>s grandesciudades que en <strong>la</strong>s pequeñas; sólo donde el hombre disfruta de <strong>la</strong>presencia de otro hombre, nace <strong>la</strong> sensación y <strong>la</strong> fantasía, el amor,un acto común por cuya razón es el dolor más grande cuando noes compartido, es <strong>la</strong> fuente original de <strong>la</strong> poesía y sólo donde elhombre hab<strong>la</strong> con el hombre, sólo en el discurso sin conversación,en un acto común, nace <strong>la</strong> razón. Las preguntas y <strong>la</strong>scontestaciones son los primeros actos del pensamiento. Parapensar se precisan en un principio dos seres. Sólo cuando seencuentra en una cultura superior, el hombre se desdob<strong>la</strong>, demanera que puede hacer el mismo papel que el otro. Por eso,hab<strong>la</strong>r y pensar, en todos los pueblos antiguos, es una mismacosa; sólo piensan al hab<strong>la</strong>r, su pensar es so<strong>la</strong>mente conversar.Gente ordinaria, es decir personas que no tienen una cultura deabstracción, no comprenden ni hoy siquiera lo que se ha escrito, ano ser que lo lean en alta voz y que lo pronuncien cuando lo lean.Con razón Hobbes deducía <strong>la</strong> inteligencia del hombre, de su oído.Si se reduce a categorías abstractas y lógicas, el principio enDios creado del mundo no es más que <strong>la</strong> sentencia tautológica: loque es diferente sólo puede nacer de un principio de diferencia, node un ser sencillo. Por más que los filósofos y teólogos cristianoshayan sostenido <strong>la</strong> creación de <strong>la</strong> nada, sin embargo, sostienentambién el antiguo principio fundamental de que de <strong>la</strong> nada no sehace nada, porque expresa una ley de pensamiento que no puedeser desconocida. Por supuesto no han imaginado una materia realcomo principio de <strong>la</strong>s diferentes materias reales, pero hanconvertido en <strong>la</strong> base de <strong>la</strong> materia real a <strong>la</strong> inteligencia divina -elhijo es <strong>la</strong> sabiduría, <strong>la</strong> conciencia y <strong>la</strong> inteligencia del padre- Comoel concepto universal de todas <strong>la</strong>s cosas y como su materiaespiritual. La diferencia entre <strong>la</strong> eternidad pagana de <strong>la</strong> materia y <strong>la</strong>creación cristiana, consiste, a ese respecto, sólo en que lospaganos atribuyeron al mundo una eternidad real y objetivada,39mientras que los cristianos le atribuyeron una eternidad noobjetivada. Las cosas eran, antes de que existieran, sólo un objetodel espíritu, no de los sentidos. Los cristianos, cuyo principio es elprincipio de <strong>la</strong> absoluta subjetividad, creen que todo es so<strong>la</strong>menteoriginado debido a este principio. Por eso <strong>la</strong> materia subjetiva,imaginada por su pensamiento subjetivo, es para los cristianostambién <strong>la</strong> primera materia, y como tal, mucho más excelente que<strong>la</strong> materia real y sensitiva. Sin embargo, es esta diferencia sólo unadiferencia en el modo de existencia. Para los cristianos el mundoes eterno en Dios. ¿O ha nacido este mundo al acaso, como unaocurrencia repentina, como un capricho? Por cierto, el hombrepuede imaginarse también esto; pero entonces deifica el hombre,sólo su propia insensatez. En cambio si considero <strong>la</strong>s cosas con <strong>la</strong>inteligencia puedo deducir <strong>la</strong> existencia del mundo de su propioser, de su propia idea, es decir, un modo de su existencia debeexplicarse del otro modo; con otras pa<strong>la</strong>bras, el mundo sólo puedededucirse siempre de sí mismo. El mundo tiene <strong>la</strong> razón de ser ensí mismo, así como todo lo que existe en el mundo y que tienederecho al nombre de una esencia verdadera. De <strong>la</strong> "differentiaspecifica", quedará siempre algo, que en el sentido común, esinexplicable, que no puede deducirse, que es por sí mismo, quetiene su razón de ser en sí mismo.La diferencia entre el mundo y Dios como creador del mundoes por lo tanto sólo una diferencia formal, no esencial. La esenciade <strong>la</strong>s cosas, es <strong>la</strong> misma esencia divina, y por ello Dios, al pensaren sí mismo, al conocerse, es a <strong>la</strong> vez el mundo, piensa y sabetodo, <strong>la</strong> esencia de Dios no es otra cosa que <strong>la</strong> esencia abstracta eideada del mundo; y <strong>la</strong> esencia del mundo no es otra cosa que <strong>la</strong>esencia del Dios real, concreta y concebida por los sentidos; <strong>la</strong>creación no es por lo tanto otra cosa que un acto formal. Pues loque antes de <strong>la</strong> creación era objeto de <strong>la</strong> idea y de <strong>la</strong> inteligencia,es, por <strong>la</strong> creación, sólo convertido en un objeto de los sentidospero según su contenido es idéntico, aunque quede absolutamenteexplicable el hecho cómo puede convertirse un objeto mental en unobjeto real y material.Lo mismo pasa con <strong>la</strong> diversidad y diferencia, cuandoreducimos el mundo a esa forma abstracta de pensamiento enoposición a <strong>la</strong> sencillez y unidad de <strong>la</strong> esencia divina. La diferenciareal sólo puede deducirse de un ser diferente en sí mismo. Pero yotransfiero <strong>la</strong> diferencia sólo en <strong>la</strong> esencia original, porque ya en unprincipio <strong>la</strong> diferencia es para mí una verdad y una esencia. Donde

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