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LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

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verdadero. Pero en Dios no tiene lugar tal cosa, porque en él no sepueden distinguir ni el comienzo, ni el medio ni el fin, porque él es a<strong>la</strong> vez todo lo que es y lo que es desde un principio, así como debeser y puede ser, es <strong>la</strong> pura unidad del ser y de <strong>la</strong> esencia, <strong>la</strong>realidad y <strong>la</strong> idea, el hecho y <strong>la</strong> voluntad. Deus suum Esse esto Elteísmo coincide aquí con <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> religión. Todas <strong>la</strong>sreligiones, por más positivas que sean, se basan en <strong>la</strong> abstracción;se diferencian sólo por el objeto de <strong>la</strong> abstracción. También losdioses de Homero, en <strong>la</strong>s figuras abstractas, por más vida quetengan y por más semejantes que sean al hombre, tienen cuerpocomo los hombres, y cuerpos a quienes faltan <strong>la</strong>s limitaciones y <strong>la</strong>sdificultades del cuerpo humano. La primera determinación del serdivino es: un ser separado y desti<strong>la</strong>do. Se comprende que estaabstracción no es verdadera, sino determinada por el punto devista del hombre así como es él, así como él piensa en general, asíabstrae.La abstracción expresa un juicio, un juicio afirmativo ynegativo a <strong>la</strong> vez, a<strong>la</strong>banza y reproche. Lo que el hombre a<strong>la</strong>ba yensalza es para él Dios; lo que reprocha y rechaza es lo no divino.La religión es un juicio. La determinación esencial en <strong>la</strong> religión, en<strong>la</strong> idea de <strong>la</strong> esencia divina es, por lo tanto, <strong>la</strong> separación que sehace entre lo que es digno de elogio y lo que merece reproche,entre lo perfecto y lo imperfecto, entre lo esencial y <strong>la</strong> nada. El cultomismo no consiste en otra cosa sino en una constante renovacióndel origen de <strong>la</strong> religión en <strong>la</strong> ais<strong>la</strong>ción crítica y solemne que sehace entre lo divino y lo que no es divino.La esencia divina es <strong>la</strong> esencia humana transfigurada por <strong>la</strong>muerte de <strong>la</strong> abstracción, es el espíritu fenecido del hombre. En <strong>la</strong>religión el hombre se libra de los límites de <strong>la</strong> vida, aquí deja lo quele oprime, le impide, le afecta en forma repugnante. Dios es elsentimiento del hombre de sí mismo librado de toda <strong>la</strong>repugnancia; el hombre sólo en su religión se siente libre, feliz,dichoso, porque sólo aquí puede vivir a su modo y celebrar sudomingo. La mediación, <strong>la</strong> fundamentación de <strong>la</strong> idea divina, estápara él fuera de esta idea; <strong>la</strong> verdad de ésta ya en el juicio, ya enque todo lo que él excluye de Dios, tiene para él el significado de lono divino, y lo no divino tiene el significado de <strong>la</strong> nada. Si é<strong>la</strong>cogiera <strong>la</strong> mediación de esta idea en <strong>la</strong> Idea misma, perdería susignificado esencial, su valor verdadero, el encanto que tiene paraél. El proceso de <strong>la</strong> ais<strong>la</strong>ción, de <strong>la</strong> separación entre lo Inteligente ylo no inteligente, entre <strong>la</strong> personalidad y <strong>la</strong> naturaleza, entre lo45perfecto y lo imperfecto, se realiza, por tanto, necesariamente, enel hombre y no en Dios y <strong>la</strong> idea de <strong>la</strong> divinidad no está alcomienzo, sino al fin de <strong>la</strong> sensibilidad, del mundo, de <strong>la</strong> naturaleza-donde termina <strong>la</strong> naturaleza empieza Dios-, porque Dios es elúltimo límite de <strong>la</strong> abstracción. Aquello de que ya no se puedeabstraer más, es Dios -el último pensamiento que yo puedoconcebir- el último quiere decir el supremo: Id quo majus nihilcogitare potest, Deus esto El hecho de que este Omega de <strong>la</strong>sensibilidad se convierta en el Alfa es fácil de comprender, pero loesencial es que es el Omega. El Alfa es sólo <strong>la</strong> consecuencia;porque es lo último, es también lo primero. Y el predicado del"primer ser" no tiene, en ninguna manera, un significado creador,sino so<strong>la</strong>mente el significado del rango supremo. La creación en <strong>la</strong>religión mosaica tiene el fin de asegurar a Jehová el predicado delser supremo y ser primero, del Dios verdadero y exclusivo, enoposición a los dioses.El afán de querer fundamentar <strong>la</strong> personalidad de Dios por <strong>la</strong>naturaleza, emana, por lo tanto, de una mezc<strong>la</strong> impura y ma<strong>la</strong>,aconsejada por <strong>la</strong> filosofía y <strong>la</strong> religión, de una falta de crítica y deconciencia con respecto al origen del Dios personal. Donde <strong>la</strong>personalidad es una determinación esencial de Dios, donde se dice"un Dios impersonal no es ningún Dios", allí <strong>la</strong> personalidad ya depor sí es lo supremo y lo más real, allí vale el criterio de que lo queno es persona, es muerto, es nada; sólo un ser personal es vida yverdad; pero <strong>la</strong> naturaleza es impersonal, luego es una nada. Laverdad de <strong>la</strong> personalidad se apoya so<strong>la</strong>mente en <strong>la</strong> irrealidad de <strong>la</strong>naturaleza. Atribuir a Dios una personalidad, no significa otra cosaque dec<strong>la</strong>rar <strong>la</strong> personalidad por el ser supremo; pero <strong>la</strong>personalidad sólo se concibe como una diferencia y como unaabstracción de <strong>la</strong> naturaleza. Por cierto, es so<strong>la</strong>mente un Diospersonal, un Dios abstracto, pero lo debe ser, es su concepto; puesno es otra cosa sino el ser personal del hombre que se colocafuera de todo contacto con el mundo y que se libra de todadependencia de él. En <strong>la</strong> personalidad de Dios, el hombre celebra<strong>la</strong> sobrenaturalidad, <strong>la</strong> inmortalidad, <strong>la</strong> independencia y <strong>la</strong> nolimitación de su propia personalidad.La necesidad de un Dios personal tiene su causa en que elhombre personal sólo en <strong>la</strong> personalidad se manifiesta y seencuentra. La sustancia, el espíritu puro, <strong>la</strong> so<strong>la</strong> razón, no le basta,le es demasiado abstracta, no lo expresa a él mismo, no lodevolverá a sí mismo. Pero feliz y satisfecho es el hombre sólo

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