en general están fuera de mi representación, fuera de mí mismo,por ser seres diferentes de mi subjetividad. Sólo donde se admiteque algo puede haber fuera de uno, como ocurría con los filósofosy teólogos antiguos, allí tenemos <strong>la</strong> doctrina genuina no falsificada,no mezc<strong>la</strong>da, de <strong>la</strong> conciencia religiosa. En cambio, los teólogos yfilósofos de los tiempos modernos, mezc<strong>la</strong>n toda c<strong>la</strong>se de doctrinaspanteísticas aunque el<strong>la</strong>s rechacen el principio del panteísmo; peropor <strong>la</strong> misma razón producen también una criatura absolutamentecontradictoria e insostenible.Luego, el creador del mundo no es otra cosa que el hombreque, por <strong>la</strong> demostración o por <strong>la</strong> conciencia de que el mundo hasido creado, de que es una obra de <strong>la</strong> voluntad, es decir, de quetiene una existencia dependiente, impotente y nu<strong>la</strong>, se da <strong>la</strong>seguridad de su propia importancia verdadera e infinita. La nada de<strong>la</strong> cual ha sido creado el mundo, es su propia nada. Al decir: elmundo ha sido creado a partir de <strong>la</strong> nada, concibes tú mismo elmundo como <strong>la</strong> nada, suprimes todos los límites de tu fantasía, detu sentimiento, de tu voluntad; pues el mundo es el límite de tuvoluntad, de tu pensamiento; el mundo sólo oprime y acosa a tualma; el mundo sólo es <strong>la</strong> pared divisoria entre tú y Dios que es tuesencia feliz y perfecta. Luego, subjetivamente, aniqui<strong>la</strong>s al mundo;concibes a Dios corno Un ser propio, es decir, como <strong>la</strong> subjetividadabsoluta ilimitada, el alma que se disfruta a sí misma, que nonecesita del mundo, que no sabe nada de los vínculos dolorososde <strong>la</strong> materia. En el fondo más profundo de tu alma quieres que nohaya ningún mundo; pues donde está el mundo allí está <strong>la</strong> materiay donde hay materia allí hay presión y empuje, espacio y tiempo,limite y necesidad. Sin embargo, el mundo existe y hay materia.¿Cómo puedes salvarte de esta contradicción? ¿Cómo quitas elmundo de tus sentidos a fin de que no te moleste en <strong>la</strong> sensaciónha<strong>la</strong>gadora de algo ilimitado? Sólo haciendo del mundo unproducto de <strong>la</strong> voluntad, dándole una existencia arbitraria, quesiempre osci<strong>la</strong> entre el ser y no ser, que en cada momento puedeser destruido. Por cieno, el mundo o <strong>la</strong> materia -ambas no admitenseparación- no pueden explicarse de un acto de creación; pero esuna insensatez absoluta pedir semejante cosa a <strong>la</strong> creación; pues<strong>la</strong> idea de <strong>la</strong> creación es que no haya ningún mundo, que no hayaninguna materia; por eso se espera diariamente con mucho anhelosu fin. El mundo, en su verdad, no existe; sólo es objetivo encuanto es una impresión y un límite del alma y de <strong>la</strong> personalidadhumana. ¿ Cómo podría, entonces, fundarse y deducirse el mundoen su verdad y en su realidad de un principio que niega al mundo?50Para darse cuenta del significado profundo de <strong>la</strong> creacióncomo creación verdadera, sólo piénsese que lo principal en <strong>la</strong>creación no es de ninguna manera <strong>la</strong> creación de hierbas y deanimales, de agua y de tierra, puesto que para el<strong>la</strong>s no hay ningúnDios, sino <strong>la</strong> creación de seres personales, de espíritus, como sesuele decir. Dios es el concepto o <strong>la</strong> idea de <strong>la</strong> personalidad por serél mismo una persona, y una subjetividad que existe en sí misma yseparada del mundo, el ser absoluto y <strong>la</strong> esencia sin necesidades,el yo sin el tú. Pero, dado que el absoluto ser-sólo-para-sí-mismo,contradice al concepto de <strong>la</strong> vida verdadera, y al concepto de<strong>la</strong>mor; dado que además <strong>la</strong> conciencia de sí mismo estáesencialmente ligada a <strong>la</strong> conciencia de un tú, porque, a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rgapor lo menos, <strong>la</strong> soledad no se puede preservar del sentimiento deltedio y de <strong>la</strong> monotonía, se pasa en seguida del ser absoluto a otroser consciente; el concepto de <strong>la</strong> personalidad, que en un principioestaba concretado en un solo ser, se di<strong>la</strong>ta hasta formar unapluralidad de personas. Si se considera a <strong>la</strong> persona físicamentecomo un hombre real, en cuya calidad es un ser indigente,entonces, se presenta al fin del mundo físico como fin final de <strong>la</strong>creación, cuando se hal<strong>la</strong>n condiciones de su existencia. Encambio, si el hombre es considerado en forma abstracta comopersona, tal como se hace en <strong>la</strong> especu<strong>la</strong>ción religiosa, aquelrodeo está cortado; trátase entonces, en línea directa, de <strong>la</strong>autofundamentación, de <strong>la</strong> última prueba, de <strong>la</strong> personalidadhumana. Por cierto, <strong>la</strong> personalidad divina se diferencia en todas<strong>la</strong>s formas posibles de <strong>la</strong> personalidad humana para enmascarar <strong>la</strong>no diferencia entre ambas; pero esas diferencias son puramentefantásticas o sofísticas. Todas <strong>la</strong>s causas esenciales de <strong>la</strong>creación, sólo se reducen a determinaciones, a <strong>la</strong>s causas queimponen al yo <strong>la</strong> conciencia de <strong>la</strong> necesidad de otro ser personal.Especu<strong>la</strong>d tanto como queráis: jamás alejaréis vuestrapersonalidad de Dios si no <strong>la</strong> habéis introducido en él antes y siDios mismo no es ya vuestro ser subjetivo o personal.CAPÍTULO XIIEl significado de <strong>la</strong> creación en el judaísmo<strong>LA</strong> DOCTRINA DE <strong>LA</strong> CREACIÓN tiene su origen en eljudaísmo; esta doctrina es <strong>la</strong> doctrina característica y fundamentalde <strong>la</strong> religión judía. Pero el principio que tiene por base, no es tantoel principio de <strong>la</strong> subjetividad, sino más bien el del egoísmo. La
doctrina de <strong>la</strong> creación en su significación característica, sólo surgedesde el punto de vista donde el hombre, prácticamente, subyuga<strong>la</strong> naturaleza a su voluntad y su necesidad, y por eso <strong>la</strong> rebaja ensu fuerza imaginativa, convirtiéndo<strong>la</strong> en una chapucería y ensimple producto de <strong>la</strong> voluntad. Ahora, él se ha explicado suexistencia, explicándo<strong>la</strong> en su propio sentido e interés. La cuestión:¿de dónde vino <strong>la</strong> naturaleza, o el mundo? supone de por sí unasombrarse del hecho que exista, o sea: supone <strong>la</strong> pregunta ¿porqué existe? Pero este asombro, esta pregunta, sólo se originadonde el hombre ya se ha separado de <strong>la</strong> naturaleza,convirtiéndo<strong>la</strong> en un simple objeto de <strong>la</strong> voluntad. El autor del Librode <strong>la</strong> Sabiduría (capítulo 13), dice con razón, que" los paganos,debido a <strong>la</strong> admiración que tienen por <strong>la</strong> belleza del mundo, no sehabían elevado al concepto del creador". Para quien <strong>la</strong> naturalezaes un ser bello, le parece como un fin de sí mismo, y para él tiene<strong>la</strong> causa de su existencia en sí misma y no llega a formu<strong>la</strong>r <strong>la</strong>pregunta: ¿por qué existe? El concepto de <strong>la</strong> naturaleza y de <strong>la</strong>divinidad no se diferencia en su conciencia, en su intuición delmundo. La naturaleza, tal como se presenta a sus sentidos, hasurgido para él, producida, pero o ha sido creada en el sentidopropio, en el sentido de <strong>la</strong> religión, no ha sido hecha como unproducto arbitrario. Con aquel "ha surgido", no expresa nadasospechoso; el origen no tiene nada de impuro o de no divino paraél; él piensa sus propios dioses como originados. La fuerzacreadora es para él <strong>la</strong> fuerza primaria: él pone, por lo tanto, comocausa de <strong>la</strong> naturaleza, una fuerza de <strong>la</strong> misma -una fuerzapresente-, actúa en su intuición sensible como causa de <strong>la</strong> cosa.Así piensa el hombre cuando piensa estética o teóricamente, pues<strong>la</strong> intuición teórica es, originariamente, <strong>la</strong> estética, y <strong>la</strong> estética es<strong>la</strong> filosofía primera sobre el mundo, cuando el concepto del mundo,para él, es el concepto de <strong>la</strong> gloria, de <strong>la</strong> divinidad misma. Sólocuando semejante percepción animaba al hombre, podíanconcebirse e enunciarse ideas como <strong>la</strong>s de Anaxágoras: "elhombre ha nacido para contemp<strong>la</strong>r el mundo". El punto de vista de<strong>la</strong> teoría, es el punto de vista de <strong>la</strong> armonía con el mundo. Laactividad subjetiva, aquel<strong>la</strong> en que el hombre se satisface y se dejalibre expansión, es aquí so<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> facultad sensible de <strong>la</strong>imaginación. Al satisfacerse, deja aquí, a <strong>la</strong> vez, <strong>la</strong> naturaleza enpaz, forjándose sus castillos en el aire y sus cosmogonías poéticas,sólo de elementos naturales. En cambio, donde el hombre secoloca en el punto de vista práctico para contemp<strong>la</strong>r desde allí almundo, convirtiendo al mismo punto de vista práctico en teórico,allí, éste vive en discordia con <strong>la</strong> naturaleza, convirtiéndo<strong>la</strong> en <strong>la</strong>51más humilde sierva de sus intereses egoístas, de su egoísmopráctico. La expresión teórica de esta percepción egoísta prácticapara <strong>la</strong> cual <strong>la</strong> naturaleza en sí por sí es una nada, reza: <strong>la</strong>naturaleza, o sea el mundo, se ha hecho y se ha creado comoproducto de un mandamiento. Es decir, Dios mandó que el mundofuera, y sin demora existió de acuerdo con aquel mandato.El utilitarismo, <strong>la</strong> utilidad, es el principio supremo deljudaísmo. La creencia es una providencia especial divina, es <strong>la</strong>característica del judaísmo; <strong>la</strong> creencia en <strong>la</strong> providencia es <strong>la</strong>creencia en el mi<strong>la</strong>gro; pero <strong>la</strong> creencia en el mi<strong>la</strong>gro reina allídonde <strong>la</strong> naturaleza sólo se considera como un objeto de <strong>la</strong>arbitrariedad y del egoísmo, que precisamente emplea <strong>la</strong>naturaleza sólo para fines arbitrarios. El agua se divide o se separacomo una masa firme, el polvo se convierte en piojos, el bastón enuna víbora, el río en sangre, <strong>la</strong> roca en una fuente, y en el mismolugar haya <strong>la</strong> vez luz y oscuridad, el sol tan pronto se para en sucurso, tan pronto retrocede. Y todos estos fenómenos contrarios a<strong>la</strong> naturaleza, se producen en provecho de Israel, so<strong>la</strong>mente pormandato de Jehová, el cual no se preocupa por otra cosa sino porIsrael y no es otra cosa sino el egoísmo personificado del pueblode Israel con exclusión de todos los demás pueblos, <strong>la</strong> intoleranciaabsoluta, el misterio del monoteísmo.Los griegos contemp<strong>la</strong>ban <strong>la</strong> naturaleza con sentido teórico:ellos percibían <strong>la</strong> música celestial en el curso hermoso de <strong>la</strong>sestrel<strong>la</strong>s; ellos vieron surgir de <strong>la</strong> espuma del océano, padre detodos los seres, <strong>la</strong> naturaleza en forma de <strong>la</strong> figura de VenusAnadiomena. En cambio, los israelitas abrieron a <strong>la</strong> naturaleza sólosus sentidos gástricos; sólo por medio del pa<strong>la</strong>dar apreciaron a <strong>la</strong>naturaleza: sólo comiendo maná, percibían a Dios. El griegoestudiaba <strong>la</strong>s artes libres, <strong>la</strong> filosofía en cambio, el israelita no sededicó sino al estudio provechoso de <strong>la</strong> teología. "Hacia <strong>la</strong> tardetendréis carne para comer y por <strong>la</strong> mañana os saciaréis con pan afin de que os deis cuenta, de que Yo soy el señor vuestro Dios". "YJacob hizo un voto y dijo: Si Dios está conmigo me vigi<strong>la</strong>rá en elcamino que yo haga y si me da pan a comer y vestidos paracubrirme y me lleva en paz nuevamente a mi padre, entonces elser será mi Dios". Comer es el acto más solemne y en todo casoes <strong>la</strong> iniciación de <strong>la</strong> religión judía. Comiendo celebra y renueva elisraelita el acto de creación: y comiendo explica el hombre <strong>la</strong>naturaleza como una cosa nu<strong>la</strong>. Cuando los setenta ancianossubieron con Moisés a <strong>la</strong> montaña, "vieron a Dios, y cuando
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vale ella por sí misma como un pod