12.07.2015 Views

LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

participa directamente mi propio ser más íntimo, algo en que nosoy pasivamente afectado. En cambio, una actividad no indiferente,es una actividad idéntica con mi esencia, es necesaria para mí,como <strong>la</strong> producción espiritual, que es para mí una necesidadintrínseca y que por eso mismo me conmueve en <strong>la</strong> forma máshonda, excitando mis afectos afecta patológicamente. Las obrasespirituales no se hacen -hacer es so<strong>la</strong>mente una actividadextrínseca- el<strong>la</strong>s se generan en nosotros . Hacer es una actividadindiferente y por eso libre, es decir, arbitraria. Hasta este puntoDios es, por lo tanto, idéntico con el hombre, y en ninguna formadiferente de él. Al contrario, se acentúa especialmente porque su"hacer" es libre y arbitrario. A Dios le ha comp<strong>la</strong>cido crear elmundo. De este modo el hombre deifica aquí <strong>la</strong> comp<strong>la</strong>cencia ensu propia voluntad, en su arbitrariedad sin límite. La determinaciónpuramente humana de <strong>la</strong> actividad divina, se convierte, por <strong>la</strong>representación de <strong>la</strong> arbitrariedad, en una actividad puramentehumana; y Dios, de un espejo del ser humano, en un espejo de <strong>la</strong>vanagloria y de <strong>la</strong> vanidad humana.Pero ahora se disuelve de repente <strong>la</strong> armonía endesarmonía; el hombre que hasta ahora no tenía dificultades, se vedesgarrado: Dios hace algo de <strong>la</strong> nada: Dios crea, hacer algo de <strong>la</strong>nada es crear; es ésta <strong>la</strong> diferencia. La determinación esencial esuna determinación humana pero al destruirse en seguida <strong>la</strong>exactitud de esta determinación fundamental, convierto <strong>la</strong> reflexiónen una reflexión no humana. Pero debido a esta destrucción, elconcepto, el entendimiento, nos abandona; sólo queda unarepresentación nu<strong>la</strong>, sin contenido, porque <strong>la</strong> posibilidad de pensary de imaginar está agotada, es decir, que <strong>la</strong> diferencia entre <strong>la</strong>determinación divina y humana es, en realidad, una nada, un nihilnegativum de <strong>la</strong> inteligencia. El auto conocimiento ingenuo de esteno-entendimiento es <strong>la</strong> nada, como objeto. Dios es el amor, perono el amor humano; es inteligencia, pero no una inteligenciahumana; no, es una inteligencia esencialmente distinta. ¿Pero enqué consiste esta diferencia? No puedo imaginarme ningunainteligencia o presentárme<strong>la</strong> fuera de <strong>la</strong> forma determinada en queactúa dentro de nosotros; no puedo dividir <strong>la</strong> inteligencia en dospartes o hasta en cuatro, de manera que yo tuviera variasinteligencias; sólo puedo pensar con una y <strong>la</strong> misma inteligencia.Por cierto, puedo imaginarme una inteligencia en sí, libre delimitaciones casuales; pero entonces no le quito <strong>la</strong> esencial formadeterminada. En cambio, <strong>la</strong> reflexión religiosa destruyeprecisamente <strong>la</strong> forma determinada que convierte una cosa en96aquel<strong>la</strong> que es. Sólo aquello en que <strong>la</strong> inteligencia divina esidéntica con <strong>la</strong> humana, sólo aquello es algo, es inteligencia, es unconcepto efectivo; pero aquello que lo debe convertir en otro yhasta esencialmente distinto, es objetivamente nada, ysubjetivamente una pura imaginación.Otro ejemplo característico es el secreto inescrutable de <strong>la</strong>generación del Hijo de Dios. La generación de Dios esnaturalmente otra que <strong>la</strong> común, que <strong>la</strong> natural; es una generaciónsobrenatural, es, en verdad, una generación ilusoria y aparente, a<strong>la</strong> cual le falta <strong>la</strong> forma determinada por <strong>la</strong> que <strong>la</strong> generación esuna generación: porque le falta <strong>la</strong> diferencia del sexo. Es, por lotanto, una generación que contradice a <strong>la</strong> naturaleza y a <strong>la</strong> razón;pero precisamente porque es una contradicción, porque no expresanada en concreto, porque no da nada que pensar, da a <strong>la</strong> fantasíaun campo amplio de acción, haciendo así una impresión de misteriosobre el espíritu. Dios es Padre e Hijo. ¡Piénsese! Dios, Diosmismo. El afecto se apodera del pensamiento, <strong>la</strong> sensación de <strong>la</strong>unidad con Dios encanta al hombre hasta ponerlo fuera de sí; lomás lejano se expresa por medio de lo más cercano, lo que es lomás sublime por medio de lo más común, lo sobrenatural seconsidera como natural, lo que es divino se considera comohumano; y hasta niega que lo divino sea otra cosa distinta que lohumano. Pero esta unidad de lo divino con lo humano se niega enseguida: lo que Dios tiene de común con el hombre, esto, dicen,significa en Dios algo muy diferente de lo que significa en elhombre. De este modo, lo que es del hombre, se conviertenuevamente en una cosa ajena: lo conocido, en algo desconocido:lo más cercano, en lo más lejano. Dios no genera como <strong>la</strong>naturaleza, no es padre, no es hijo como nosotros. ¿Peroentonces, cómo? Precisamente esto es lo inconcebible, es <strong>la</strong>profundidad inenarrable de <strong>la</strong> generación divina. Y de este modo <strong>la</strong>religión, o más bien, <strong>la</strong> teología, coloca lo que es natural y humano,después de haberlo destruido, nuevamente en Dios y ahora enoposición con <strong>la</strong> esencia del hombre, con <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong>naturaleza, porque dice que en Dios es algo muy diferente, cuandoen realidad no lo es.Pero en todas <strong>la</strong>s demás determinaciones de <strong>la</strong> esenciadivina, es esta nada de <strong>la</strong> diferencia una cosa oculta; por elcontrario en <strong>la</strong> creación es una nada patente, expresada yobjetivada; por eso, es <strong>la</strong> nada oficial y notoria de <strong>la</strong> teología en sudiferencia con <strong>la</strong> antropología.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!