La creación, en el sentido del mecánico, tiene <strong>la</strong> mismacondición que los mi<strong>la</strong>gros; porque también reconoce a éstos yaque una so<strong>la</strong> vez existen, por lo menos en <strong>la</strong> opinión religiosa. Pero-si se prescinde del hecho de que él considere a los mi<strong>la</strong>gros comoalgo natural, como algo mecánico-, los mi<strong>la</strong>gros sólo puedenconcebirse si se los coloca en el pasado; porque para el presentelos rechaza. Cuando alguien no cree en alguna doctrina porvoluntad propia, cuando sólo cree porque esa doctrina es creídageneralmente, o sea por los demás o, porque por una razóncualquiera debe ser creída, en una pa<strong>la</strong>bra, cuando <strong>la</strong> feintrínsicamente ya no existe, entonces se coloca tambiénextrínsecamente el objeto de <strong>la</strong> fe en el pasado. De esta forma <strong>la</strong>incredulidad se desahoga: pero a <strong>la</strong> vez concede a <strong>la</strong> fe por lomenos un derecho histórico. El pasado es entonces el puntointermedio entre <strong>la</strong> fe y <strong>la</strong> incredulidad; creo, efectivamente, enmi<strong>la</strong>gros, pero no en mi<strong>la</strong>gros que actualmente suceden, sino quehan sucedido alguna vez y que felizmente ya pertenecen a lospluscuamperfectos. Lo mismo sucede aquí. La creación es un actoinmediato o un efecto de Dios, un mi<strong>la</strong>gro; porque no había nadafuera de Dios. En <strong>la</strong> representación de <strong>la</strong> creación el hombre pasapor encima del mundo, prescinde de él: se lo representa en elmomento de <strong>la</strong> creación como algo no existente, luego se quita depor medio lo que hay entre Dios y él, y se pone en contactoinmediato con Dios. Pero el mecánico se asusta de ese contactoinmediato con <strong>la</strong> divinidad, por eso hace del presente en seguidaun tiempo perfecto; interca<strong>la</strong> mil<strong>la</strong>res de años entre sucontemp<strong>la</strong>ción natural, física, y <strong>la</strong> idea de una actividad de Dios.Por el contrario, en el sentido de religión, es sólo Dios <strong>la</strong>causa de todos los efectos buenos y positivos, Dios es <strong>la</strong> últimapero también <strong>la</strong> única causa y con el<strong>la</strong> contesta a todas <strong>la</strong>spreguntas de <strong>la</strong> teoría o de <strong>la</strong> inteligencia, o más bien <strong>la</strong>s rechaza;pues <strong>la</strong> religión contesta todas <strong>la</strong>s preguntas con un "no"; da unacontestación que es lo mismo que ninguna, todas <strong>la</strong>s diferentespreguntas, <strong>la</strong>s liquida siempre con <strong>la</strong> misma contestación, haciendode todas <strong>la</strong>s actividades de <strong>la</strong> naturaleza, actividades inmediatasde Dios, actividades de un ser extra o sobrenatural y personal. Dioses el concepto que sustituye <strong>la</strong> deficiencia de <strong>la</strong> teoría. Es <strong>la</strong>explicación de lo inexplicable; pero esta explicación no explicanada porque debe explicar todo sin distinción ninguna -Dios es <strong>la</strong>noche de <strong>la</strong> teoría que, sin embargo, ac<strong>la</strong>ra al sentimiento por elhecho de que falta <strong>la</strong> medida de <strong>la</strong> oscuridad que es <strong>la</strong> luz de <strong>la</strong>inteligencia- Dios es el no saber, el que resuelve todas <strong>la</strong>s dudas84porque <strong>la</strong>s destruye a todas: lo sabe todo porque no sabe nada enconcreto, porque todas <strong>la</strong>s cosas que impresionan a <strong>la</strong> inteligencia,desaparecen ante <strong>la</strong> religión, pierden su individualidad, son unanada comparadas con el poder divino. La noche es <strong>la</strong> madre de <strong>la</strong>religión.El acto esencial de <strong>la</strong> religión con el cual pone en práctica loque nosotros designamos como su esencia, es <strong>la</strong> oración. Laoración es omnipotente. Todo lo que el hombre piadoso anhe<strong>la</strong> en<strong>la</strong> oración, lo cumple Dios. Pero no ruega so<strong>la</strong>mente por cosasespirituales lo, pide también cosas que están fuera de él, que estánen poder de <strong>la</strong> naturaleza, un poder que él precisamente quierevencer mediante <strong>la</strong> oración; <strong>la</strong> oración busca un mediosobrenatural para alcanzar finalidades de por sí naturales. Dios noes para él <strong>la</strong> causa remota, primaria, sino <strong>la</strong> causa inmediata ypróxima, más próxima que todas <strong>la</strong>s acciones naturales. Todas <strong>la</strong>sfuerzas l<strong>la</strong>madas fuerzas intermedias y causas intermedias sonpara él, cuando reza, una nada: si significaran algo para él, elpoder y <strong>la</strong> intensidad de <strong>la</strong> oración fracasarían. Más bien no existenpara él; de lo contrario sólo buscaría su objeto mediante un caminointermedio. Pero él quiere una ayuda inmediata. La busca en <strong>la</strong>oración, en <strong>la</strong> certidumbre de que mediante <strong>la</strong> oración él puedehacer mucho más que por medio de cualquier esfuerzo y actividadde <strong>la</strong> naturaleza y de <strong>la</strong> razón, convencido de que <strong>la</strong> oración tienefuerzas sobrehumanas y sobrenaturales. Pero en <strong>la</strong> oración él sedirige inmediatamente a Dios. Por eso, Dios es para él <strong>la</strong> causainmediata, <strong>la</strong> oración cumplida, el poder que realiza <strong>la</strong> oración.Pero un efecto inmediato de Dios es un mi<strong>la</strong>gro, por tanto elmi<strong>la</strong>gro es una parte esencial en <strong>la</strong> concepción de <strong>la</strong> religión. Lareligión lo explica todo de una manera maravillosa. El hecho de queno siempre se producen mi<strong>la</strong>gros, se comprende, por sí solo, de <strong>la</strong>misma manera como se comprende el hecho de que el hombre noreza siempre. Pero este hecho de que no siempre se producenmi<strong>la</strong>gros, está basado en causas ajenas a <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> religión,en <strong>la</strong> concepción natural o sensible. En cambio, donde empieza <strong>la</strong>religión, empieza el mi<strong>la</strong>gro. Cada oración verdadera es un mi<strong>la</strong>gro,es un acto de fuerzas sobrenaturales. El mi<strong>la</strong>gro exterior sólo hacevisibles los mi<strong>la</strong>gros interiores, es decir, que en él sólo semanifiesta en tiempo y lugar, como un hecho especial, lo que depor sí está fundado en <strong>la</strong> convicción religiosa; es decir, que Dios es<strong>la</strong> causa sobrenatural e inmediata de todas <strong>la</strong>s cosas. El mi<strong>la</strong>grofáctico sólo es una expresión afectiva de <strong>la</strong> religión, es un momentode excitación. Los mi<strong>la</strong>gros sólo se producen en casos
extraordinarios, cuando el alma está excitada; por eso hay tambiénmi<strong>la</strong>gros de <strong>la</strong> ira. Con sólo sangre fría no se produce ningúnmi<strong>la</strong>gro. Pero precisamente en el afecto manifiéstase el alma. Elhombre tampoco reza siempre con el mismo calor e intensidad.Semejantes oraciones carecen por eso mismo de éxito. Pero sólo<strong>la</strong> oración afectiva manifiesta <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> oración. Se rezacuando se considera que <strong>la</strong> oración de por sí es un poder santo,una fuerza divina. Lo mismo puede decirse también con respecto almi<strong>la</strong>gro. Los mi<strong>la</strong>gros se producen -no importa si son pocos omuchos- donde <strong>la</strong> base es una intuición maravillosa. Pero elmi<strong>la</strong>gro no es ninguna convicción teórica del mundo o de <strong>la</strong>naturaleza; el mi<strong>la</strong>gro satisface a <strong>la</strong>s necesidades prácticas, peroen contradicción con <strong>la</strong>s leyes, que se imponen a <strong>la</strong> razón; en elmi<strong>la</strong>gro el hombre somete <strong>la</strong> naturaleza a sus finalidades como siel<strong>la</strong> fuera una existencia nu<strong>la</strong>; el mi<strong>la</strong>gro es el grado más alto delegoísmo espiritual o religioso: en el mi<strong>la</strong>gro todas <strong>la</strong>s cosas estánal servicio del hombre que sufre. De ahí se comprende que <strong>la</strong>concepción esencial de <strong>la</strong> religión, desde el punto de vista prácticoy subjetivo, es <strong>la</strong> convicción de que Dios -porque <strong>la</strong> esencia delpoder sobrenatural es idéntica con <strong>la</strong> esencia de Dios- es un serpráctico o subjetivo, pero un ser que sustituye <strong>la</strong> deficiencia y <strong>la</strong>necesidad de <strong>la</strong> contemp<strong>la</strong>ción teórica. Luego, no es ningún objetodel pensamiento o del conocer, como tampoco lo es el mi<strong>la</strong>gro, elcual debe su origen sólo a <strong>la</strong> ausencia del pensamiento. Si yoaceptara el punto de vista del pensamiento, de <strong>la</strong> investigación, de<strong>la</strong> teoría, donde considero todas <strong>la</strong>s cosas en sí mismas y enre<strong>la</strong>ción a el<strong>la</strong>s mismas, desaparece en <strong>la</strong> nada aquel ser que hacemi<strong>la</strong>gros, y en <strong>la</strong> nada el mi<strong>la</strong>gro, se comprende el mi<strong>la</strong>groreligioso, que es absolutamente diferente del mi<strong>la</strong>gro natura<strong>la</strong>unque siempre se confunden ambas cosas para ofuscar <strong>la</strong>inteligencia a fin de que introduzca, bajo <strong>la</strong> apariencia de una cosanatural, el mi<strong>la</strong>gro religioso en el imperio de <strong>la</strong> razón.Pero precisamente, porque <strong>la</strong> religión no sabe nada de estepunto de vista, de <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> teoría, por eso, <strong>la</strong> verdadera ygeneral esencia de <strong>la</strong> naturaleza y de <strong>la</strong> humanidad, que para el<strong>la</strong>es oculta y que sólo el ojo teórico ve, se transforma en una esenciadistinta, mi<strong>la</strong>grosa y sobrenatural, transformándose el concepto de<strong>la</strong> especie en el concepto de Dios, que a su vez es una esenciaindividual, pero que se distingue de los individuos humanos por elhecho de que posee cualidades en una medida que es propia a <strong>la</strong>especie. Por eso, necesariamente, en <strong>la</strong> religión el hombreexterioriza su esencia fuera de sí, contemp<strong>la</strong>ndo su propia esencia85como si fuera otra; y lo es necesariamente porque <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong>teoría está fuera de él, porque toda su esencia consciente setransforma en subjetividad práctica. Dios es su otro yo, su otramitad perdida; en Dios él se completa; en Dios sólo es un hombreperfecto. Dios es para él una necesidad; algo le falta sin que sepaqué es lo que le falta: Dios es aquello que le falta. Dios es para élindispensable; Dios pertenece a su esencia. El mundo es una hadapara <strong>la</strong> religión, el mundo que no es otra cosa sino <strong>la</strong> suma de <strong>la</strong>realidad, manifiesta en su gloria sólo <strong>la</strong> teoría; <strong>la</strong>s alegrías teóricasson <strong>la</strong>s alegrías más bel<strong>la</strong>s y más espirituales de <strong>la</strong> vida; pero <strong>la</strong>religión no sabe nada de <strong>la</strong> alegría del pensador, nada de <strong>la</strong>salegrías del investigador, nada de <strong>la</strong>s alegrías del artista. Le falta <strong>la</strong>concepción del universo, <strong>la</strong> concepción de lo que es realmenteinfinito, <strong>la</strong> conciencia de <strong>la</strong> especie. Sólo en Dios completa sudeficiencia de <strong>la</strong> vida, <strong>la</strong> falta de un contenido esencial que <strong>la</strong> vidareal ofrece, en forma abundante, a <strong>la</strong> concepción natural. Dios espara el<strong>la</strong> el sustituto del mundo perdido. Dios es para el<strong>la</strong> <strong>la</strong> puraconcepción, <strong>la</strong> vida de <strong>la</strong> teoría. La concepción práctica es sucia,porque está manchada por el egoísmo. En efecto, yo sólo tengore<strong>la</strong>ción con una cosa, que considero desde el punto de vistapráctico, por razones egoístas. Esta concepción en sí no satisface,porque el objeto no es un objeto adecuado para mí. Por elcontrario, <strong>la</strong> concepción teórica es una concepción alegre, que sesatisface, que es feliz, porque en el<strong>la</strong> el objeto es un objeto de<strong>la</strong>mor y de <strong>la</strong> oración; el objeto irradia en <strong>la</strong> luz de <strong>la</strong> libreinteligencia admirablemente, como un diamante, transparentecomo un cristal de roca; <strong>la</strong> concepción de <strong>la</strong> teoría es unaconcepción estética: en cambio, <strong>la</strong> concepción práctica es noestética. Por eso <strong>la</strong> religión completa en Dios <strong>la</strong> falta de unaconcepción estética. Para el<strong>la</strong> el mundo es una nada en sí mismo,y <strong>la</strong> contemp<strong>la</strong>ción y <strong>la</strong> admiración del mundo significa ido<strong>la</strong>tría;porque el mundo es para el<strong>la</strong> sólo una cosa artificial. Por eso Dioses para el<strong>la</strong> una concepción pura, no manchada, es decir unaconcepción teórica o estética. Dios es el objeto con el cual elhombre religioso tiene una re<strong>la</strong>ción objetiva; en Dios existe para élel objeto que tiene interés por sí mismo. Dios es el fin de sí mismo.Por eso Dios tiene para <strong>la</strong> religión el significado que el objeto tieneen general para <strong>la</strong> teoría. La esencia general de <strong>la</strong> teoría es para <strong>la</strong>religión una esencia especial.CAPÍTULO XXI
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Pero aunque la "infinita libertad y
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El dogma nos da dos objetos: Dios y
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