como contenido de todas <strong>la</strong>s perfecciones y de todas <strong>la</strong>spropiedades libradas de los límites del individuo, ya seanverdaderos, ya sean supuestos. A su vez, es igualmente un serindividual y particu<strong>la</strong>r. "La esencia y <strong>la</strong> existencia son idénticas enDios; esto no quiere decir más que Dios es el concepto de <strong>la</strong>especie, <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> especie, inmediatamente igual comoexistencia, como ser particu<strong>la</strong>r. La idea suprema, desde el punto devista de <strong>la</strong> religión o de <strong>la</strong> teología es: Dios no ama, Dios es e<strong>la</strong>mor; Dios no vive, Dios es <strong>la</strong> vida; no es justo, sino que es <strong>la</strong>misma justicia; no es una persona, sino <strong>la</strong> personalidad misma, es<strong>la</strong> especie, es <strong>la</strong> idea como algo directamente real.Precisamente por esa unidad inmediata de <strong>la</strong> especie y <strong>la</strong>individualidad, esa concentración de todos los objetos generales yesencias en un ser personal, Dios es un objeto perfectamentesensitivo que encanta a <strong>la</strong> fantasía; mientras que <strong>la</strong> idea de <strong>la</strong>humanidad es asentimental, porque <strong>la</strong> humanidad se nos presentacomo una idea mientras que lo real lo forman, en oposición aaquel<strong>la</strong> idea, los innumerables individuos de los cuales cada unoes limitado. En cambio, en Dios se satisface directamente elsentimiento, porque así todo está comprendido en uno, todo es deuna vez, es decir, porque aquí <strong>la</strong> especie es directamenteexistencia y ser particu<strong>la</strong>r. Dios es el amor, <strong>la</strong> verdad, <strong>la</strong> belleza, <strong>la</strong>sabiduría, el ser perfecto y general, pero en forma de un serparticu<strong>la</strong>r, es <strong>la</strong> infinita comprensión de <strong>la</strong> especie en calidad de uncontenido compendiario. Pero Dios es <strong>la</strong> propia esencia delhombre, luego los cristianos se distinguían de los paganos por elhecho de que identificaban al individuo directamente con <strong>la</strong>especie, porque para ellos el individuo tiene el significado de <strong>la</strong>especie, porque el individuo vale por sí solo como <strong>la</strong> existenciaperfecta de <strong>la</strong> especie, y porque deifican al individuo humano,haciendo de él el ser absoluto.Especialmente característica es <strong>la</strong> diferencia entre elcristianismo y el paganismo con respecto a <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción que hayentre el individuo y <strong>la</strong> inteligencia, <strong>la</strong> razón, el nous. Los cristianosindividualizaban <strong>la</strong> inteligencia, los paganos hicieron de el<strong>la</strong> un seruniversal. Para los paganos, <strong>la</strong> razón, <strong>la</strong> inteligencia, era <strong>la</strong> esenciadel hombre; para los cristianos sólo es una parte de ellos. Por eso,para los paganos sólo <strong>la</strong> inteligencia era <strong>la</strong> especie; en cambio,para los cristianos es el individuo inmortal, es decir, divino. De ahíresulta <strong>la</strong> diferencia ulterior entre <strong>la</strong> filosofía pagana y <strong>la</strong> cristiana.68La expresión más inequívoca, el símbolo característico deesta unidad inmediata entre <strong>la</strong> especie y el individuo en elcristianismo, es Cristo, el Dios verdadero de los cristianos. Cristoes el modelo, el concepto existente de <strong>la</strong> humanidad, el contenidode todas <strong>la</strong>s perfecciones morales y divinas, con exclusión de todocuanto sea negativo e imperfecto; es un hombre puro celestial einmacu<strong>la</strong>do, es el hombre de <strong>la</strong> especie, es el Adán Kadmo, perono contemp<strong>la</strong>do como <strong>la</strong> totalidad de <strong>la</strong> especie, de <strong>la</strong> humanidad;sino directamente como un individuo, como una persona única.Cristo, es decir, el Cristo cristiano y religioso, no es por lo tanto elcentro, sino el final de <strong>la</strong> historia. Esto se deduce del conceptotanto como de <strong>la</strong> historia. Los cristianos esperaban el fin delmundo, de <strong>la</strong> historia. Cristo mismo profetiza en <strong>la</strong> Biblia, a pesarde todas <strong>la</strong>s mentiras y sofismas de nuestros exegetas, c<strong>la</strong>ramenteel cercano fin del mundo. La historia sólo descansa en <strong>la</strong> diferenciaentre el individuo y <strong>la</strong> especie. Donde termina esta diferenciatermina <strong>la</strong> historia, se pierde <strong>la</strong> inteligencia, el sentido de <strong>la</strong> historia.Para el hombre ya no queda otra cosa sino <strong>la</strong> contemp<strong>la</strong>ción y <strong>la</strong>apropiación de ese ideal hecho realidad y <strong>la</strong> vana obsesión dedivulgar <strong>la</strong> prédica de que Dios ha aparecido y que el fin del mundoha llegado.Y porque <strong>la</strong> unidad inmediata entre <strong>la</strong> especie y el individuopasa los límites de <strong>la</strong> inteligencia v de <strong>la</strong> naturaleza, por eso mismoera completamente natural y necesario, dec<strong>la</strong>rar ese individuouniversal e ideal un ser celestial y sobrenatural. Por eso sería unerror deducir de <strong>la</strong> razón <strong>la</strong> unidad inmediata entre <strong>la</strong> especie y elindividuo; pues sólo es <strong>la</strong> fantasía que produce esta unidad, <strong>la</strong>fantasía para <strong>la</strong> cual nada es imposible; <strong>la</strong> misma fantasía quetambién ha sido <strong>la</strong> creadora del mi<strong>la</strong>gro; pues el mi<strong>la</strong>gro máximo esel individuo, que como individuo es a <strong>la</strong> vez <strong>la</strong> idea, <strong>la</strong> especie, <strong>la</strong>humanidad en <strong>la</strong> abundancia de su perfección e infinidad. Por esosería también un error aceptar por un <strong>la</strong>do al Cristo bíblico odogmático y rechazar por el otro los mi<strong>la</strong>gros. Si tú aceptas elprincipio, ¿cómo quieres negar sus consecuencias necesarias?La ausencia del concepto de especie en el cristianismo, <strong>la</strong>documenta especialmente su doctrina característica de <strong>la</strong>pecaminosidad general de los hombres. Pues <strong>la</strong> base de estadoctrina es que el individuo no debe ser un individuo, una exigenciaque a su vez tiene por fundamento <strong>la</strong> suposición de que cadaindividuo es un ser perfecto y <strong>la</strong> representación o existenciacompleta de <strong>la</strong> especie. Falta aquí enteramente <strong>la</strong> intuición
objetiva, <strong>la</strong> conciencia que el tú precisa para <strong>la</strong> perfección ideal delyo, que los hombres sólo son hombres cuando están juntos; quelos hombres sólo juntos son lo que son y son así como son o seaasí como el hombre debe ser y puede ser. Todos los hombres sonpecadores. Lo concedo; pero no todos pecan de <strong>la</strong> misma manera.Hay una grande y hasta esencial diferencia entre ellos conrespecto a eso. El uno tiene una inclinación hacia <strong>la</strong> mentira, peroel otro no: daría su vida por no faltar a su pa<strong>la</strong>bra o mentir; eltercero tiene una inclinación hacia <strong>la</strong> bebida, el cuarto hacia <strong>la</strong> vidasexual y el quinto no tiene ninguna de estas inclinaciones, ya seadebido a <strong>la</strong> gracia de <strong>la</strong> naturaleza, ya sea debido a <strong>la</strong> energía desu carácter. Luego, los hombres se completan tanto en lo moralcomo en lo físico e intelectual; de manera que son en total asícomo deben ser representando en su totalidad al hombre perfecto.Por eso el trato enmienda al hombre y lo eleva; sin quererlo,sin imaginarlo, el hombre es muy diferente en su trato con losdemás hombres de lo que es cuando está solo. Especialmente e<strong>la</strong>mor, el amor sexual hace verdaderos mi<strong>la</strong>gros. El hombre y <strong>la</strong>mujer se enmiendan y se completan el uno al otro pararepresentar, así unidos, a <strong>la</strong> especie o sea al hombre perfecto. Sin<strong>la</strong> especie, el amor es imposible. El amor no es otra cosa que elsentimiento consciente de <strong>la</strong> especie dentro de <strong>la</strong> diferencia sexual.En el amor reside <strong>la</strong> verdad de <strong>la</strong> especie, que de lo contrario sólosería un objeto del razonamiento, un objeto del pensamiento; esuna cuestión del sentimiento, una verdad del sentimiento; pues enel amor expresa el hombre <strong>la</strong> insuficiencia de su individualidad,exige <strong>la</strong> existencia de otro ser como necesidad para su corazón,considera a ese otro ser como su propio, dec<strong>la</strong>ra que sólo su vidaligada con él por el amor, es una vida verdadera, una vida quecorresponde al concepto del hombre, es decir, a <strong>la</strong> especie. Elindividuo es defectuoso, imperfecto, débil y exigente; por el amores fuerte, perfecto, se satisface, no necesita de nada, es infinito,porque en el amor el sentimiento de <strong>la</strong> individualidad es elsentimiento de <strong>la</strong> perfección de <strong>la</strong> especie. Pero, así como el amor,obra también <strong>la</strong> amistad; por lo menos donde es verdadera ysincera, donde es una religión, como era entre los antiguos. Losamigos se completan; <strong>la</strong> amistad es un medio de <strong>la</strong> virtud y másaún: es <strong>la</strong> virtud misma, pero una virtud común. Sólo entre losvirtuosos puede haber amistad, como decían los antiguos. Pero nopuede haber una igualdad perfecta, sino que debe más bien haberdiferencia: porque <strong>la</strong> amistad se funda en el impulso decompletarse. El amigo se da a sí mismo, mediante el otro amigo, lo69que él mismo no tiene. La amistad expía, mediante <strong>la</strong>s virtudes deluno, <strong>la</strong>s faltas del otro. El amigo justifica al amigo ante Dios. Pormás defectuoso que sea un hombre para sí mismo, sin embargodemuestra tener un buen fondo por el hecho de que tiene poramigos a hombres capaces. Aunque yo mismo no pueda serperfecto, sin embargo amo en los demás <strong>la</strong> virtud, <strong>la</strong> perfección.Por eso mismo, si Dios quiere responsabilizarme de mis pecados,debilidades y faltas, interca<strong>la</strong> como intercesores, como personasintermediarias, <strong>la</strong>s virtudes de mis amigos. ¡Cuán bárbaro, cuánirrazonable sería aquel Dios que me condenara por los pecadosque he cometido, pero que yo mismo condeno por amor a misamigos, que eran libres de estos pecados!Ahora bien; si <strong>la</strong> amistad, si el amor, convierten a seres depor sí imperfectos en un conjunto por lo menos re<strong>la</strong>tivamenteperfecto, ¡cuánto más desaparecen los pecados y <strong>la</strong>s faltas decada uno de los hombres en <strong>la</strong> misma especie, que sólo tiene unaexistencia adecuada en <strong>la</strong> totalidad de <strong>la</strong> humanidad y que por esomismo sólo puede ser un objeto de <strong>la</strong> razón! Por eso, el <strong>la</strong>mentosobre el pecado sólo es posible allí donde el individuo humano, ensu individualidad, se considera un ser perfecto y absoluto, que nonecesita de otro ser para realizar <strong>la</strong> especie del hombre perfecto;donde en lugar de <strong>la</strong> conciencia de <strong>la</strong> especie, se ha colocado <strong>la</strong>conciencia exclusiva del individuo; donde el individuo no seconsidera como una parte de <strong>la</strong> humanidad, donde no se diferenciade <strong>la</strong> especie, y donde por eso mismo considera a sus propiospecados, sus deficiencias, sus debilidades, pecados de <strong>la</strong>generalidad, pecados, deficiencias y debilidades de <strong>la</strong> humanidadmisma. Pero, sin embargo, el hombre no puede perder <strong>la</strong>conciencia de <strong>la</strong> especie; pues su conciencia está ligadaesencialmente a <strong>la</strong> conciencia del otro. Por eso, donde el objeto delhombre no es <strong>la</strong> especie como especie, allí <strong>la</strong> especie será esteobjeto como Dios. La falta del concepto de <strong>la</strong> especie, <strong>la</strong> completamediante el concepto de Dios como de un ser que es libre de <strong>la</strong>slimitaciones y defectos que pesan sobre el individuo y según suopinión, porque el individuo se identifica con <strong>la</strong> especie, tambiénsobre <strong>la</strong> especie misma. Pero este ser ilimitado, libre de los límitesdel individuo, no es precisamente ninguna otra cosa sino <strong>la</strong> especieque manifiesta <strong>la</strong> infinitud de su esencia por el hecho de que serealiza en un número ilimitado de individuos diferentes. Si todos loshombres fuesen absolutamente iguales, no habría ningunadiferencia entre <strong>la</strong> especie y el individuo. Pero en tal caso sería <strong>la</strong>existencia de muchos hombres un mero lujo, pues uno solo
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vale ella por sí misma como un pod