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LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

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Un ejemplo: "Si yo creo, dice el libro de <strong>la</strong>s Confesiones, queso<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> naturaleza humana ha sufrido para mí, entoncesCristo sería un mal salvador porque hasta él necesitaría de unredentor". De este modo se exige, debido a <strong>la</strong> necesidad desalvación, otro ser distinto del hombre que sea mayor que éste.Pero tan pronto que este otro ser se ha creado, origínase tambiénel deseo del hombre hacia sí mismo, hacia su propia esencia, y, enconsecuencia, repónese en seguida el hombre: "Sería un Cristomal hecho que sólo sería un Dios, una persona divina, sinhumanidad". "No, amigo; donde tú pones a Dios debes ponertambién a <strong>la</strong> humanidad".El hombre quiere satisfacerse en <strong>la</strong> religión; <strong>la</strong> religión es subien supremo. Pero ¿cómo podría él encontrar en Dios so<strong>la</strong>z y paz,si Dios fuese un ser esencialmente diferente? ¿Cómo puedo yocompartir <strong>la</strong> paz de un ser sí yo no soy de su esencia? Cuando suesencia es diferente, también lo será su paz y su paz no es paramí. ¿Cómo puedo, entonces, compartir su paz sí no puedoparticipar su esencia? ¿Y cómo puedo compartir su esencia si soyun ser realmente diferente? Todo ser viviente siente <strong>la</strong> paz sólo ensu propio elemento, sólo en su propia esencia. Si por lo tanto elhombre siente paz en Dios, sólo <strong>la</strong> siente porque Dios es suverdadera esencia. Porque sólo en Dios el hombre está en símismo, porque donde hasta ahora buscaba <strong>la</strong> paz y lo que tomabapor su esencia, era otro ser ajeno. Por eso, si el hombre quieresatisfacerse en Dios, debe hal<strong>la</strong>rse a sí mismo en Dios. "Nadiegustará de <strong>la</strong> divinidad misma, pues el<strong>la</strong> quiere ser gustadaso<strong>la</strong>mente de tal manera que se <strong>la</strong> contemple en <strong>la</strong> humanidad deCristo, y si no encuentras de esta manera <strong>la</strong> divinidad, no tendrásjamás <strong>la</strong> tranquilidad del espíritu". "Cualquier cosa descansa en ellugar en el cual ha nacido. El lugar de donde he nacido es <strong>la</strong>divinidad. El<strong>la</strong> es mi patria. ¿Tengo yo un padre en <strong>la</strong> divinidad? Sí;no so<strong>la</strong>mente tengo allí un padre, sino que me tengo allí a mímismo. Antes de que yo naciera, había nacido en <strong>la</strong> divinidad".Por eso, un Dios que sólo expresa <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong>inteligencia, se interesa no so<strong>la</strong>mente por el hombre, sino tambiénpor los seres fuera del hombre, por <strong>la</strong> naturaleza. El hombreintelectual se olvida a sí mismo por <strong>la</strong> naturaleza. Los cristianos sebur<strong>la</strong>ban de los filósofos paganos porque en vez de pensar en símismos y en su salvación, pensaban so<strong>la</strong>mente en <strong>la</strong>s cosas fuerade ellos. El cristianismo sólo piensa en sí mismo. La inteligencia23contemp<strong>la</strong> con el mismo entusiasmo a <strong>la</strong>s chinches y los piojos quea <strong>la</strong> imagen de Dios, que es el hombre. La inteligencia es <strong>la</strong>indiferencia e identidad absoluta frente a todas <strong>la</strong>s cosas y seres.Ni al cristianismo ni al entusiasmo religioso, es al hombreintelectual al cual debemos <strong>la</strong> existencia de <strong>la</strong> Botánica, de <strong>la</strong>Mineralogía, de <strong>la</strong> Zoología, Física y Astronomía. En una pa<strong>la</strong>bra:<strong>la</strong> inteligencia es un ser universal panteísta, es el amor al Universo;pero <strong>la</strong> determinación característica de <strong>la</strong> religión, especialmentede <strong>la</strong> religión cristiana, es que el<strong>la</strong> constituye un ser absolutamenteantropoteístico, el amor exclusivo del hombre hacia sí mismo, <strong>la</strong>afirmación exclusiva del ser humano y esto del ser subjetivamente;porque por cierto <strong>la</strong> inteligencia afirma también <strong>la</strong> esencia delhombre, pero <strong>la</strong> esencia objetiva, <strong>la</strong> esencia que se refiere al objetopor amor al objeto, <strong>la</strong> esencia cuya representación precisamente es<strong>la</strong> ciencia. El hombre que quiere y debe satisfacerse en <strong>la</strong> religión,debe por lo tanto tener como objeto en el<strong>la</strong> todavía otra cosa, noso<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> inteligencia, y esta otra cosa debecontener el núcleo propiamente dicho de <strong>la</strong> religión. Ladeterminación intelectual y razonable de Dios, tal como se presentaen <strong>la</strong> religión y especialmente en <strong>la</strong> cristiana, es ante todo unarepresentación de <strong>la</strong> perfección moral. Pero Dios, en su calidad deser perfectamente moral, no es otra cosa que <strong>la</strong> Idea realizada y <strong>la</strong>ley personificada de <strong>la</strong> moral, es <strong>la</strong> esencia moral absoluta delhombre, concebido como ser absoluto -es <strong>la</strong> propia esencia delhombre-; pues el Dios moral exige del hombre, ser así como es Él.mismo: "Santo es Dios, y así como Dios debéis ser santosvosotros".Dios es <strong>la</strong> propia conciencia; de lo contrario ¿cómo podríatemb<strong>la</strong>r ante el Ser Divino, acusarse de<strong>la</strong>nte de él y hacerle juez desus más íntima Ideas y pensamientos?Pero <strong>la</strong> conciencia del ser moralmente perfecto, por ser unaconciencia de un ser abstracto, insensible para todoantropopatismo, nos deja fríos y vacíos, porque <strong>la</strong> distancia, elvacío que sentimos entre nosotros y este ser, es una conciencia nosentimental, pues es <strong>la</strong> conciencia de nuestra nihilidad personal, yde <strong>la</strong> más sensible o sea moral. La conciencia de <strong>la</strong> omnipotencia yeternidad divina frente a mi limitación en espacio y tiempo, no meafecta; porque <strong>la</strong> omnipotencia no me manda ser omnipotente y <strong>la</strong>eternidad no me exige ser eterno. Pero de <strong>la</strong> perfección moral nopuedo ser consciente sin considerada a <strong>la</strong> vez como una ley paramí. La perfección moral depende, por lo menos para <strong>la</strong> conciencia

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