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LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

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sólo como un ser parcial, que necesita de otro ser parcial, paraproducir lo total, es decir, <strong>la</strong> humanidad verdadera. En cambio, elcristiano se concibe, en su subjetividad sobrenatural y exagerada,como un ser de por sí y por sí solo completo. Pero contra estaconcepción se levanta el instinto sexual, el cual está en pugna consu ideal, con su ser supremo; por eso el cristiano debe sometereste instinto.Efectivamente, el cristiano sentía también <strong>la</strong> necesidad de<strong>la</strong>mor sexual; pero sólo como una necesidad que contradice a sudestino celestial, una necesidad puramente natural -natural en elsentido vulgar y despectivo que esta pa<strong>la</strong>bra tiene en elcristianismo-, no como una necesidad moral, íntima, metafísica,esencial tal como el hombre <strong>la</strong> siente donde no suprime <strong>la</strong>diferencia sexual, sino que <strong>la</strong> considera como parte esencial de suexistencia. Por eso el matrimonio no es sagrado en el cristianismo;sólo lo es aparentemente, en <strong>la</strong> forma ilusoria, porque el principionatural del matrimonio, el amor sexual, es en el cristianismo algono santo, algo que excluye del cielo. Pero lo que el hombre excluyede su cielo lo excluye de su ser verdadero. El cielo es su cofre detesoros. En <strong>la</strong> tierra, el cristiano debe amoldarse a muchas cosasque le suceden que no caben en su sistema: en <strong>la</strong> tierra seencuentra entre seres ajenos que lo intimidan. Pero en el cielo dejasu incógnito, se muestra en su dignidad verdadera, en su gloriacelestial: en el cielo, allí está su corazón, el cielo es su corazónabierto. El cielo no es otra cosa sino el concepto de <strong>la</strong> verdad, de lobueno, de lo válido, de lo que debe ser; <strong>la</strong> tierra no es otra cosaque el concepto de <strong>la</strong> falsedad, de lo inválido, de lo que no debeser. El cristiano excluye del cielo <strong>la</strong> vida conyugal: allí termina <strong>la</strong>especie, allí viven so<strong>la</strong>mente individuos puros, asexual es,"espíritus", allí reina <strong>la</strong> absoluta subjetividad y por lo tanto elcristiano excluye de su vida al instinto sexual y a <strong>la</strong> vida conyugal;niega el principio del matrimonio como un principio pecaminoso yrechazable; porque <strong>la</strong> vida verdadera y no contaminada es <strong>la</strong> vidacelestial.CAPÍTULO XIXEl cielo cristiano o <strong>la</strong> inmortalidad personal<strong>LA</strong> VIDA <strong>DEL</strong> CELIBATO, Y en general <strong>la</strong> vida ascética, es elcamino directo hacia <strong>la</strong> vida celestial e inmortal: porque el ciclo no74es otra cosa sino <strong>la</strong> vida sobrenatural, libre de matrimonio, asexual,absolutamente subjetiva. La fe en <strong>la</strong> inmortalidad personal tiene porbase <strong>la</strong> creencia de que <strong>la</strong> diferencia sexual sólo es una aparienciaexterior de <strong>la</strong> individualidad, que el individuo en sí es un serabsoluto, completo por sí solo, y asexual. Pero quien no pertenecea ningún sexo, no pertenece a <strong>la</strong> especie: <strong>la</strong> diferencia sexual es elcordón umbilical por el que <strong>la</strong> individualidad está ligada a <strong>la</strong>especie, y quien no pertenece a <strong>la</strong> especie, sólo pertenece a símismo, es un ser sencil<strong>la</strong>mente divino y absoluto por no tenernecesidades. Luego, sólo donde <strong>la</strong> especie desaparece de <strong>la</strong>conciencia, <strong>la</strong> vida celestial se convierte en certeza. Quien vive en<strong>la</strong> conciencia de <strong>la</strong> especie y consecuentemente confirma a <strong>la</strong>verdad, vive también en <strong>la</strong> conciencia de <strong>la</strong>: verdad de <strong>la</strong>determinación sexual. Semejante hombre no <strong>la</strong> considera comouna piedra de toque casual y mecánicamente ligada al hombre;sino que <strong>la</strong> considera como una parte componente química eintrínseca de su esencia. Él se considera como hombre, pero a <strong>la</strong>vez reconoce <strong>la</strong> determinación de su sexo, que no so<strong>la</strong>mentecompenetra carne y huesos, sino también su propio ser y el modoesencial de su pensamiento, de su querer y sentir. Por eso, quienvive en <strong>la</strong> conciencia de <strong>la</strong> especie, quien limita sus sentimientos ysu fantasía, debido al concepto de <strong>la</strong> vida fáctica y del hombre real,no puede imaginarse ninguna vida, donde el instinto sexual y <strong>la</strong>vida conyugal y con ello <strong>la</strong> diferencia sensual sean suprimidas; él, aun individuo asexual y a un espíritu celestial los tiene por unaimaginación sensitiva de <strong>la</strong> fantasía. Así como el hombre verdaderono puede abstraer de <strong>la</strong> diferencia sexual, no puede abstraertampoco de su determinación moral o espiritual, que estáÍntimamente ligada con su determinación natural. Precisamenteporque vive con <strong>la</strong> idea de lo total, está convencido de que élmismo sólo es un ser parcial, que so<strong>la</strong>mente es lo que es, porque<strong>la</strong> determinación lo convierte en una parte del todo, o en un totalre<strong>la</strong>tivo. Por eso cada hombre considera con razón a sus negocios,a su profesión, a su arte o ciencia, como lo más alto: porque elespíritu del hombre no es sino <strong>la</strong> forma esencial de su actividad.Quien es verdaderamente práctico en su profesión y en su arte;quien, como se dice, cumple con su tarea, quien está dedicado conalma y espíritu a su profesión y a su arte, <strong>la</strong> cree también como <strong>la</strong>profesión más sublime y más bel<strong>la</strong>. ¿Cómo negaría en su espíritu,cómo rebajaría en su pensamiento, lo que celebra por el hecho,consagrándole con alegría sus fuerzas? ¿Cómo puedo consagrarmi tiempo y mis fuerzas a lo que desprecio? Si debo hacer<strong>la</strong>, miactividad es desgraciada, porque estoy en contradicción conmigo

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