12.07.2015 Views

LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO Ludwig Feuerbach Prólogo a la ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

servicio divino es el Dios verdadero de los hombres; para loscristianos lo es el Dios del servicio divino íntimo, no el Dios de <strong>la</strong>teología sofística. Los cristianos creían ofrecer a su Dios el honormáximo con lágrimas, pero con lágrimas de arrepentimiento y deanhelo. Luego, <strong>la</strong>s lágrimas son el punto culminante delsentimiento cristiano religioso, en el<strong>la</strong>s se refleja <strong>la</strong> esencia de suDios. Pero un Dios que gusta de lágrimas, no expresa otra cosasino <strong>la</strong> esencia del corazón, especialmente del sentimiento. Dice <strong>la</strong>religión cristiana: "Cristo ha hecho por nosotros todo, nos haredimido, nos ha reconciliado con Dios". O lo que es igual:"Alegrémonos, ¿para qué preocupamos de cómo nosreconciliaremos con Dios?, pues ya lo estamos". Pero <strong>la</strong>imperfección del sufrimiento, hace una impresión más fuerte y másinsistente que <strong>la</strong> perfección de <strong>la</strong> redención. La redención sólo esel resultado del sufrimiento; el sufrimiento es <strong>la</strong> causa de <strong>la</strong>redención. Por eso el sufrimiento arraiga mucho más profundo enel sentimiento que <strong>la</strong> alegría; el sufrimiento se convierte en unobjeto de imitación; no así <strong>la</strong> redención. Si Dios mismo ha sufridopor mí, ¿cómo puedo alegrarme, como puedo estar lleno de júbilopor lo menos en esta tierra corrompida que ha sido el teatro de supasión? ¿Acaso soy yo mejor que Dios, acaso no debo participaren sus sufrimientos? ¿No es lo que hace ese Dios, mi señor, unmodelo para mí, o es que yo sólo corro con <strong>la</strong>s ganancias y no conlos gastos? ¿Acaso sé yo so<strong>la</strong>mente que él me ha redimido, no es<strong>la</strong> historia de su pasión también un objeto para mí? ¿Acaso es el<strong>la</strong>so<strong>la</strong>mente un objeto de recuerdo frío o hasta un objeto de alegríaporque este sufrimiento me ha dado <strong>la</strong> beatitud? ¿Quién podríapensar de esta manera, quién podría excluirse de los sufrimientosde su Dios?La religión cristiana es <strong>la</strong> religión del sufrimiento, los cuadrosdel sacrificado que hoy todavía vemos en todas <strong>la</strong>s iglesias no nosrepresentan a ningún redentor, sino sólo al sacrificado. Hasta <strong>la</strong>smodificaciones del cristianismo son consecuenciaspsicológicamente fundadas, muy bien fundadas en sus creenciasreligiosas. ¿Quién si no tendría ganas de sacrificarse a sí mismo oa otras personas pensando constantemente en <strong>la</strong> imagen de unsacrificado? Por lo menos llegamos a esta conclusión con <strong>la</strong> mismarazón con que Agustín y otros padres eclesiásticos reprochaban a<strong>la</strong> religión el hecho de que <strong>la</strong>s imágenes religiosas pornográficasde los paganos eran un estímulo y una justificación de <strong>la</strong>fornicación.30Dios sufre; pero esto, en realidad, no significa otra cosa queDios es un corazón. El corazón es <strong>la</strong> fuente y el contenido de todoslos sufrimientos. Un ser sin sufrimientos es un ser sin corazón. Poreso el secreto del Dios que sufre, es un secreto del sentimiento; unDios que sufre, es un Dios sensible, es un Dios que sientes. Pero<strong>la</strong> frase: Dios es un ser sensible, sólo es <strong>la</strong> expresión religiosa de <strong>la</strong>frase: el sentimiento es <strong>la</strong> esencia divina.El hombre tiene en sí no so<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> conciencia de unafuente de actividad sino también de una fuente de sufrimientos. Yosiento; yo experimento el sentimiento, no so<strong>la</strong>mente el querer, elpensar, lo que a menudo está en oposición conmigo y con missentimientos; siento <strong>la</strong> sensación como perteneciente a mi esenciay aunque sea <strong>la</strong> fuente de todos los sufrimientos, debilidades ydolores, <strong>la</strong> considero al mismo tiempo como un poder y unaparticipación divina y como una perfección magnífica. ¿Qué seríael hombre sin sensación? El<strong>la</strong> es el poder musical en el hombre.¿Pero qué sería el hombre sin el sonido? Por eso el hombre, asícomo siente en sí un instinto musical, una necesidad intrínseca deexpresar sus sentimientos en el sonido, en <strong>la</strong> canción, asínecesariamente expresa en los gemidos y <strong>la</strong>s lágrimas religiosas <strong>la</strong>esencia de <strong>la</strong> sensación como ser objetivado y divino.La religión es <strong>la</strong> reflexión, es el espejamiento del ser humanoen sí mismo. Lo que existe tiene necesariamente p<strong>la</strong>cer y alegríade sí mismo, se ama y se ama con razón; y si tú reprochas que seame, le reprochas que exista. Existir significa afirmarse, amarse;quien está cansado de <strong>la</strong> vida, se <strong>la</strong> quita. Por eso tampoco <strong>la</strong>sensación no ha sido reprimida, como, por ejemplo, lo hacen losestoicos; donde uno se alegra de su existencia ahí tiene tambiénpoder y significado religioso, y es elevado a aquel grado en quepueda reflejarse en Dios como en su propio espejo. Dios es elespejo del hombre.Lo que tiene valor esencial para el hombre, lo que para él eslo perfecto, lo exacto, en lo que él verdaderamente se deleita, estosólo es para él Dios. Si <strong>la</strong> sensación para ti es una cualidadmagnífica, será por ello mismo también para ti una cualidad divina.Por eso el hombre sensible sólo cree en un Dios sensible, es decir,sólo cree en <strong>la</strong> verdad de su propio ser y esencia, pues no puedecreer otra cosa sino lo que es en su propia esencia. Su fe es <strong>la</strong>conciencia de lo que para él es santo: porque santo es para elhombre sólo lo que es su propio interior, <strong>la</strong> última causa, <strong>la</strong> esencia

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!