que perturban, es reconcentración en sí mismo, para enfrentarseso<strong>la</strong>mente con su propio ser. Se dice que sólo una oración llena deconfianza, sincera, cordial, insistente, puede ayudar; pero estaayuda reside en <strong>la</strong> misma oración. Como en toda <strong>la</strong> religión, losubjetivo, lo humano, lo subordinado, es en verdad lo primero, <strong>la</strong>primera causa, <strong>la</strong> cosa misma, así también aquí, estas propiedadessubjetivas son <strong>la</strong> esencia objetiva de <strong>la</strong> misma oración.La visión más superficial de <strong>la</strong> oración es si se <strong>la</strong> considerasólo como una expresión de <strong>la</strong> sensación de <strong>la</strong> dependencia. Enefecto, expresa semejante sentimiento; pero de <strong>la</strong> dependencia delhombre de su corazón, de sus sentimientos que lo inspiran. El quese siente so<strong>la</strong>mente dependiente, no abra su boca para rezar; <strong>la</strong>sensación de <strong>la</strong> dependencia le quita <strong>la</strong>s ganas y el coraje; pues <strong>la</strong>sensación de <strong>la</strong> dependencia es <strong>la</strong> sensación de <strong>la</strong> necesidad. Laoración radica más bien en <strong>la</strong> confianza incondicional del corazónque no se preocupa de ninguna necesidad y que confía que susintereses sean el objeto de; ser absoluto, que el ser todopoderosoe ilimitado, el padre de los hombres, es un ser amante, sensitivo ycompasivo, que por tanto los sentimientos y los deseos mássagrados y más caros para el hombre, son verdades divinas. Pero<strong>la</strong> criatura no se siente dependiente del padre como padre; másbien tiene en el padre <strong>la</strong> sensación de su fuerza, <strong>la</strong> conciencia desu valor, <strong>la</strong> garantía de su existencia, <strong>la</strong> seguridad del cumplimientode sus deseos; sobre el padre recae toda <strong>la</strong> carga de <strong>la</strong>preocupación; en cambio, el hijo vive sin cuidado y feliz, confiandoen el padre, su protector viviente, que no es otra cosa sino el bien y<strong>la</strong> felicidad del hijo. El padre convierte al hijo en fin, y se convierte así mismo en un medio de su existencia. El hijo que pide algunacosa a su padre, no Se dirige a él como si fuera un ser distante eindependiente, como señor, como persona en general, sino que sedirige a él como y en cuanto es dependiente de sus sentimientospaternos del amor hacia su hijo. La oración sólo es una expresiónde <strong>la</strong> fuerza que el hijo ejerce sobre el padre, si es que se puedeaplicar aquí <strong>la</strong> expresión de fuerza; puesto que <strong>la</strong> fuerza del hijo noes otra cosa sino <strong>la</strong> fuerza del mismo corazón paterno. El lenguajetiene para rogar y mandar <strong>la</strong> misma forma: el imperativo. Laoración es el imperativo del amor. Y este imperativo tieneinfinitamente más poder que el imperativo despótico. El amor nomanda; el amor sólo necesita insinuar sus deseos, para estarseguro del cumplimiento de éstos; el déspota ya tiene que expresar<strong>la</strong> fuerza en el tono de su expresión, para convertir otros seres depor sí indiferentes frente a él, en ejecutores de sus deseos. El56imperativo del amor obra con una fuerza electromagnética; elimperativo despótico, en cambio, con <strong>la</strong> fuerza mecánica de untelégrafo de madera. La expresión íntima de Dios en <strong>la</strong> oración, es<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra "padre", es <strong>la</strong> íntima porque aquí el hombre considera elser absoluto como si fuera él mismo; puesto que <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra "padre"es <strong>la</strong> expresión de lo más íntimo, <strong>la</strong> expresión en que se encuentradirectamente <strong>la</strong> seguridad del cumplimiento de mis deseos, y <strong>la</strong>garantía de mi salvación. La omnipotencia, a <strong>la</strong> cual se dirige elhombre en <strong>la</strong> oración, no es otra cosa sino <strong>la</strong> omnipotencia de <strong>la</strong>bondad, que para salvar al hombre, hace posible lo imposible; enverdad no es otra cosa que <strong>la</strong> omnipotencia del corazón, delsentimiento, que rompe todas <strong>la</strong>s barreras de <strong>la</strong> inteligencia,sobrepasando todos los límites de <strong>la</strong> naturaleza, que quiere que nohaya otra cosa sino <strong>la</strong> sensación, que no exista nada quecontradiga al corazón. La creencia en <strong>la</strong> omnipotencia es <strong>la</strong>creencia en <strong>la</strong> nihilidad del mundo externo, de <strong>la</strong> objetividad, es <strong>la</strong>creencia en <strong>la</strong> absoluta verdad y validez del sentimiento. Laesencia de <strong>la</strong> omnipotencia no expresa otra cosa sino <strong>la</strong> esenciadel sentimiento. La omnipotencia es <strong>la</strong> potencia frente a <strong>la</strong> cual nohay ninguna ley, ninguna disposición de <strong>la</strong> naturaleza, ningúnlímite; pero precisamente esta potencia es el sentimiento quesiente toda necesidad y toda ley como una barrera y por eso <strong>la</strong>ssuprime. La omnipotencia no es otra cosa sino ejecutar y realizar <strong>la</strong>voluntad íntima del sentimiento. En <strong>la</strong> oración, el hombre se dirigea <strong>la</strong> omnipotencia de <strong>la</strong> bondad, luego esto no quiere decir otracosa que: en <strong>la</strong> oración, el hombre ruega a su propio corazón ycontemp<strong>la</strong> <strong>la</strong> esencia de su sentimiento como si fuera el sersupremo y divino.CAPÍTULO XIVEl misterio de <strong>la</strong> fe - El misterio del mi<strong>la</strong>gro<strong>LA</strong> FE EN EL PODER DE <strong>LA</strong> ORACIÓN -y sólo donde seatribuye a <strong>la</strong> oración un poder, y por cierto, un poder sobre losobjetos fuera del hombre, <strong>la</strong> oración es una verdad religiosa- esidéntica con <strong>la</strong> fe en el poder mi<strong>la</strong>groso, y <strong>la</strong> fe en los mi<strong>la</strong>gros esidéntica con <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> fe en general. Sólo <strong>la</strong> fe reza; sólo <strong>la</strong>oración de <strong>la</strong> fe tiene fuerza. Pero <strong>la</strong> fe no es otra cosa sino <strong>la</strong>certidumbre absoluta de <strong>la</strong> realidad; es decir, de <strong>la</strong> validez y verdadincondicional de lo subjetivo en oposición a los límites, o sea a <strong>la</strong>sleyes de <strong>la</strong> naturaleza y de <strong>la</strong> razón. El objeto característico de <strong>la</strong> fe
es, por lo tanto, el mi<strong>la</strong>gro, <strong>la</strong> fe es <strong>la</strong> creencia en los mi<strong>la</strong>gros, <strong>la</strong> fey el mi<strong>la</strong>gro son absolutamente inseparables. Lo que esobjetivamente el mi<strong>la</strong>gro o <strong>la</strong> fuerza mi<strong>la</strong>grosa, es subjetivamente<strong>la</strong> fe; el mi<strong>la</strong>gro es <strong>la</strong> cara exterior de <strong>la</strong> fe; <strong>la</strong> fe es el alma interiordel mi<strong>la</strong>gro. La fe es el mi<strong>la</strong>gro del espíritu, el mi<strong>la</strong>gro delsentimiento, que sólo se objetiva en el mi<strong>la</strong>gro exterior. Para <strong>la</strong> fe,nada es imposible y esa omnipotencia de <strong>la</strong> fe es <strong>la</strong> que sólorealiza el mi<strong>la</strong>gro. El mi<strong>la</strong>gro es so<strong>la</strong>mente un ejemplo palpable delo que puede <strong>la</strong> fe. Por eso <strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> fe es el sentimiento sinlímite, <strong>la</strong> abundancia de <strong>la</strong> sensación, en una pa<strong>la</strong>bra: lo queexcede lo natural, lo que es sobrenatural. La fe sólo se refiere acosas que objetivan, en oposición con los límites, es decir, <strong>la</strong>sleyes de <strong>la</strong> naturaleza y de <strong>la</strong> razón, <strong>la</strong> omnipotencia delsentimiento humano y de los deseos humanos. La fe libera losdeseos del hombre de <strong>la</strong>s restricciones de <strong>la</strong> inteligencia natural;concede lo que deniegan <strong>la</strong> inteligencia y <strong>la</strong> razón; por e o hacefeliz al hombre, porque satisface sus deseos más subjetivos. YnInguna duda intranquiliza a <strong>la</strong> fe verdadera. La duda sólo seorigina cuando salgo fuera de mí mismo, pasando los límites de misubjetividad y cuando concedo voto, derecho y verdad a otrascosas fuera de mí y diferentes de mí, cuando reconozco que soyun ser subjetivo, vale decir, limitado, y que busco de ensanchar mislímites, a través de lo otro que existe fuera de mí. Pero en <strong>la</strong> fe elprincipio de <strong>la</strong> duda ha desaparecido; pues para <strong>la</strong> fe lo subjetivoen sí mismo es lo objetivo, lo absoluto. La fe no es otra cosa sino <strong>la</strong>creencia en <strong>la</strong> divinidad del hombre."La fe es el coraje del corazón que se procura todo lo buenoen Dios." Semejante fe, que únicamente confía en Dios, <strong>la</strong> exigeDios en el primer mandamiento, donde dice: "Yo soy el señor tuDios... Esto quiere decir: Yo sólo quiero ser tu Dios, tú no debesbuscar otro Dios; yo quiero salvarte de toda <strong>la</strong> necesidad... nodebes pensar que yo sea tu enemigo o que no quisiera ayudarte.Cuando pienses así, haces de mí en tu corazón otro Dios del quesoy". "Por eso tienes que estar seguro de que yo quieroampararte." "Así como tú te encaminas, así se encamina tu Dios.""Así como tú eres, así es tu Dios." "Si piensas que está enojadocontigo, entonces él estará enojado." "Si piensas que esdesconsiderado y quiere condenarte al infierno, entonces será así.""Lo que crees de Dios, así lo tienes." "Si lo crees, lo tendrás: si nolo crees, no lo tendrás." "Por eso, así como nosotros creemos, asínos sucederá." "Si lo consideramos nuestro Dios, no será por ciertonuestro demonio. Pero si no lo consideramos nuestro Dios, no57será, por cierto, nuestro Dios sino que deberá ser un fuegodestructor." "Por <strong>la</strong> falta de fe convertimos a Dios en un diablo."!Por eso, si yo creo en un Dios, tengo un Dios, es decir, <strong>la</strong> creenciaen Dios es el Dios de los hombres. Si Dios es aquello que yo creo ysi es así como lo creo, ¿qué otra cosa es <strong>la</strong> esencia de Dios si no<strong>la</strong> esencia de <strong>la</strong> fe? Pero, ¿puedes tú creer en un Dios bueno parati, si tú no eres bueno para ti mismo, si tú desesperas de loshombres, si el hombre no es nada para ti? Si tú crees que Diosestá a tu favor, entonces crees que nada está contra ti, ni puedeestar, que nada te contradice. Pero si tú crees que nada está, nipuede estar, en contra de ti, entonces no crees en otra cosa sinoque tú eres Dios. Que Dios sea un ser diferente sólo es unaapariencia, una imaginación. Que Dios es tu propio ser, lo dices alconfesar que Dios es un ser para ti. ¿Qué otra cosa es, entonces,<strong>la</strong> fe que <strong>la</strong> seguridad del hombre, <strong>la</strong> certidumbre libre de duda deque su ser propio y subjetivo sea el ser objetivo y absoluto, el serde los seres?La fe no se limita por <strong>la</strong> idea de un mundo, de un universo, deuna necesidad; para <strong>la</strong> fe sólo existe Dios, es decir, <strong>la</strong> subjetividadlibre de barreras. Donde <strong>la</strong> fe surge en el hombre, allí sucumbe elmundo, o mejor dicho, ya ha sucumbido. La fe en <strong>la</strong> destrucción deeste mundo, que es inminente y que para el sentimiento es yapresente, porque este mundo contradice a los deseos humanos,esa destrucción del mundo es, por lo tanto, un fenómenoproveniente de <strong>la</strong> esencia intrínseca de <strong>la</strong> fe cristiana, una fe quede ninguna manera puede separarse del contenido restante de <strong>la</strong>fe cristiana, porque renunciar a ese contenido, sería renunciar alcristianismo verdadero y positivo. La esencia de <strong>la</strong> fe, que esposible comprobar hasta en el más especial de todos los objetos,consiste en que se realiza lo que desea el hombre: él desea serinmortal; él desea que haya otro ser que pueda todo lo que esimposible a <strong>la</strong> naturaleza y a <strong>la</strong> inteligencia; luego, existe tal ser; éldesea que haya un mundo que corresponda a los deseos del alma,un mundo de ilimitada subjetividad, es decir, de <strong>la</strong> calma noperturbada, de <strong>la</strong> felicidad ininterrumpida: pero como hay un mundoopuesto a aquel mundo apacible, este mundo debe perecer, tannecesariamente, como existe un Dios y como existe el ser absolutodel sentimiento humano. La fe, <strong>la</strong> caridad y <strong>la</strong> esperanza, forman <strong>la</strong>trinidad cristiana. La esperanza se refiere al cumplimiento de <strong>la</strong>spromesas, de los deseos que todavía no son cumplidos, pero queserán cumplidos; <strong>la</strong> caridad se refiere al ser que da esas promesas
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eligión- o como hacia una persona,
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vale ella por sí misma como un pod