original, porque ellos mismos quedan al <strong>la</strong>do de <strong>la</strong> fuente primordialde <strong>la</strong> religión. Cuanto más reducido es el horizonte del hombre,cuanto menos sabe de <strong>la</strong> historia, de <strong>la</strong> naturaleza, de <strong>la</strong> filosofía,tanto más adhiere a su religión.Por eso, el que es religioso no siente <strong>la</strong> necesidad de <strong>la</strong>ilustración. ¿Por qué no tenían los hebreos ningún arte, ningunaciencia, como los que tienen los griegos? Porque no teníannecesidad de ellos. ¿Y por qué no tenían necesidad? Jehová lessustituyó esa necesidad. En <strong>la</strong> omnisciencia divina el hombre seeleva por encima de los límites de su saber, en <strong>la</strong> omnipresenciadivina por encima de los límites de su punto de vista local, en <strong>la</strong>eternidad divina por encima de los límites del tiempo. El hombrereligioso es feliz en su fantasía; el<strong>la</strong> le proporciona todo, ya nonecesita nada. Jehová me acompaña en todos <strong>la</strong>dos, no necesitobuscar algo fuera de mí, en mi Dios tengo el contenido de todos lostesoros y preciosuras, de todo el saber y de todo lo que es dignode pensar. En cambio, <strong>la</strong> ilustración depende de otras cosasextrínsecas y provoca necesidades, porque el<strong>la</strong> sólo vence loslímites de <strong>la</strong> conciencia sensible y de <strong>la</strong> vida misma mediante unaactividad real y sensible, y no mediante <strong>la</strong> fuerza mágica de <strong>la</strong>fantasía religiosa. Por eso <strong>la</strong> religión cristiana, como ya se ha dichoantes, no tiene en su esencia ningún principio de cultura y deilustración, porque el<strong>la</strong> supera los límites y <strong>la</strong>s molestias de <strong>la</strong> vidaterrestre sólo mediante <strong>la</strong> fantasía, sólo en Dios, en el cielo. Dioses todo lo que anhe<strong>la</strong> el corazón, Dios ofrece todas <strong>la</strong>s cosas,todos los bienes. "Si buscas amor o fidelidad, verdad o consuelo opresencia continua, todo lo encuentras en Él sin límite y sinmedida. Si buscas belleza, Él es el más bello de todos. Si anhe<strong>la</strong>sriquezas, Él es el más rico de todos. Si ansías poder, Él es el máspoderoso. Y cualquier cosa que tu corazón exija, lo encuentras milveces en Él por ser Dios el bien más sublime y más perfecto".Pero, quien tiene todo en Dios, quien disfruta felicidad celestial en<strong>la</strong> fantasía, ¿cómo podría sentir aquel<strong>la</strong> necesidad y pobreza quees el estímulo de toda criatura humana? La cultura no tiene ningúnotro fin que realizar un cielo terrenal; pero el cielo religioso estambién realizado o adquirido mediante una actividad religiosa.La diferencia, en un principio so<strong>la</strong>mente cuantitativa, entre elser divino y humano, se transforma ahora, mediante <strong>la</strong> reflexión, enuna diferencia cualitativa y hace, de lo que en un principio sólo eraun afecto sensitivo, una expresión de <strong>la</strong> fantasía sobre el alma. Seconvierte en una cualidad objetiva, en una inconcebibilidad real. La94más preferida expresión de <strong>la</strong> reflexión en este sentido es quenosotros, de Dios, comprendemos <strong>la</strong> existencia, pero jamás <strong>la</strong>esencia. Que por ejemplo a Dios le corresponde el predicado delcreador, que él ha creado el mundo, no de una materia existente,sino mediante su omnipotencia de <strong>la</strong> nada, esto es c<strong>la</strong>ro y seguro;pero ¿cómo ha sido posible? Eso excede naturalmente nuestrainteligencia limitada. Es decir, el concepto específico es c<strong>la</strong>ro ycierto, pero el concepto genérico no lo es.El concepto de <strong>la</strong> actividad, de <strong>la</strong> creación, es de por sí unconcepto divino; por eso se aplica sin dificultad a Dios. En suactividad, el hombre se siente libre, ilimitado, feliz; en cambio,cuando sufre, se siente limitado, oprimido, infeliz. La actividad esun sentimiento positivo de <strong>la</strong> independencia, y positivo, en general,es lo que en el hombre está acompañado por <strong>la</strong> alegría. Por esoDios, como ya hemos dicho anteriormente, es el concepto de <strong>la</strong>alegría pura e ilimitada. Sólo tenemos éxito cuando obramos conalegría; <strong>la</strong> alegría lo vence todo. Una actividad alegre es aquel<strong>la</strong>que coincide con nuestra esencia, que no sentimos como unabarrera, y en consecuencia tampoco como una obligación. Ahorabien; <strong>la</strong> actividad más dichosa y más feliz es <strong>la</strong> actividadproductiva. Leer, por ejemplo, es precioso. La lectura es unaactividad pasiva; en cambio, el crear cosas dignas de leer, es másprecioso. Más feliz es aquel que da que aquel que acepta; esteproverbio vale también aquí. El concepto específico de <strong>la</strong> actividadproductiva se aplica luego a Dios, vale decir, es objetivado enrealidad como una actividad y como una esencia divina. Sólo seelimina cualquier determinación especial, cualquier c<strong>la</strong>se deactividad: sólo queda <strong>la</strong> determinación fundamental, pero que es enel fondo una determinación fundamental humana: <strong>la</strong> producción deuna cosa extrínseca. Dios no ha producido nada, ni esto ni aquello,ni nada especial como lo hace el hombre; sino Todo, toda suactividad es simplemente universal e ilimitada. Por eso secomprende, y es una consecuencia necesaria, que <strong>la</strong> forma cómoDios ha producido todo, es sencil<strong>la</strong>mente inconcebible, porque estaactividad no es ninguna c<strong>la</strong>se de actividad, porque <strong>la</strong> pregunta porel "cómo" es una pregunta insensata, una pregunta que deberechazarse debido al concepto fundamental de <strong>la</strong> actividadilimitada. Cualquier actividad especial produce, de una maneraespecial, sus efectos porque aquí <strong>la</strong> actividad es más bien un mododeterminado de actividad: luego se presenta necesariamente <strong>la</strong>pregunta: ¿cómo produjo esto? Pero <strong>la</strong> contestación a <strong>la</strong> preguntade cómo ha hecho Dios el mundo, debe ser necesariamente
negativa, porque <strong>la</strong> actividad creadora del mundo excluye todaactividad determinada, que so<strong>la</strong> pudiera justificar esta pregunta, yexcluye también toda actividad ligada a un contenido determinado,a una materia. En esta pregunta se interca<strong>la</strong> indebidamente, entreel sujeto que es <strong>la</strong> actividad creadora y el objeto que es el objetocreado, una cosa intermedia que no corresponde y que debeexcluirse: el concepto de <strong>la</strong> "particu<strong>la</strong>ridad". Pues <strong>la</strong> actividad sólose refiere a lo que es colectivo: a todo el mundo. Dios ha creadotodo, pero no una cosa determinada; ha creado <strong>la</strong> Totalidad eindeterminada, no particu<strong>la</strong>r, tal como es objeto para los sentidos, otal como es objeto de <strong>la</strong> inteligencia en su totalidad como Universo.Todo lo que se forma, se forma de una manera natural; es algodeterminado, y tiene, como tal (lo que es nada más que unatautología), una causa determinada. Dios no ha creado eldiamante, sino el carbón; esta sal debe su origen sólo a <strong>la</strong> unión deeste ácido determinado con una base determinada, no a Dios. Diossólo ha creado todo en conjunto, sin diferencia ninguna.Según <strong>la</strong> creencia religiosa, Dios ha creado también cadauna de <strong>la</strong>s cosas que existen porque ya todo está contenido en elUniverso, pero sólo de un modo indirecto; porque no ha creado losseres particu<strong>la</strong>res, ni ha producido lo determinado de un mododeterminado, de lo contrario sería un ser determinado. Por cierto,es inconcebible cómo de esta actividad general e indeterminadapuede haber surgido lo determinado y lo particu<strong>la</strong>r; pero sóloporque yo aquí atribuyo al objeto de <strong>la</strong> contemp<strong>la</strong>ción sensible ynatural lo particu<strong>la</strong>r, porque subordino a <strong>la</strong> actividad divina otroobjeto que aquel que le pertenece. La religión no tiene ningunaintuición física del mundo, ni se interesa tampoco por unaexplicación natural que sólo puede darse con <strong>la</strong> generación. Pero<strong>la</strong> generación es un concepto teórico y propio de <strong>la</strong> filosofía natural.Los filósofos paganos se ocuparon de <strong>la</strong> generación de <strong>la</strong>s cosas,pero el concepto religioso cristiano detestó este concepto por serun concepto pagano e irreligioso, colocando en su lugar elconcepto de <strong>la</strong> creación práctica o subjetiva humana, que no esotra cosa sino <strong>la</strong> prohibición de pensar que <strong>la</strong>s cosas se hayanformado de una manera natural; es una interdicción de todafilosofía natural y de toda <strong>la</strong> física. La conciencia religiosa liga elmundo directamente con Dios; todo lo deduce de éste, porque paraesta conciencia no hay ningún objeto particu<strong>la</strong>r y real, y nada quepudiera ser objeto de <strong>la</strong> razón. Todo proviene de Dios; esto essuficiente, esto satisface perfectamente a <strong>la</strong> conciencia religiosa.La cuestión cómo Dios ha creado <strong>la</strong>s cosas, es una duda indirecta95de que Dios ha creado el mundo. Con esta pregunta el hombrellegó a ser ateo, materialista y naturalista. Quien pregunta de estemodo dec<strong>la</strong>ra que el mundo es objeto de <strong>la</strong> teoría física, es decir,objeto en su facticidad y en su contenido determinado. Pero estecontenido contradice el concepto de una actividad indeterminada einmaterial. Y esta contradicción hace negar el conceptofundamental.La creación por parte de <strong>la</strong> omnipotencia sólo tiene lugar,sólo es allí una verdad donde todos los fenómenos yacontecimientos del mundo se derivan de Dios. Pero <strong>la</strong> creación,como ya se ha dicho, se convierte en un mito de tiempos pasadosdonde interviene <strong>la</strong> física, donde el hombre toma por objeto de suinvestigación <strong>la</strong>s determinadas causas, el cómo de los fenómenos.Por eso, para <strong>la</strong> conciencia religiosa <strong>la</strong> creación no contieneninguna incomprensibilidad, es decir, ningún momento que no lesatisfaga, a no ser en los momentos de <strong>la</strong> irreligiosidad, de <strong>la</strong> duda,donde se aleja de Dios y se dirige hacia <strong>la</strong>s cosas creadas; pero síexiste esta incomprensibilidad para <strong>la</strong> reflexión y para <strong>la</strong> teologíaque contemp<strong>la</strong> con un ojo el cielo y con el otro el mundo. Cuantohay en <strong>la</strong> causa, tanto hay en el efecto. Una f<strong>la</strong>uta sólo producesonidos de f<strong>la</strong>uta y no sonidos de trompeta o de otro fagot. Sioyeras el sonido de un fagot, pero no conocieras ningún otroinstrumento fuera de <strong>la</strong> f<strong>la</strong>uta, no comprenderías cómo el<strong>la</strong> podríaproducir semejante tono. Lo mismo sucede aquí, sólo que nocoincide <strong>la</strong> comparación por cuanto <strong>la</strong> f<strong>la</strong>uta misma es uninstrumento determinado. Pero, imagínate, si es posible, uninstrumento sencil<strong>la</strong>mente universal, que reúna en sí a todos losinstrumentos, sin ser un instrumento determinado, y comprenderásque sería una contradicción tonta exigir de un instrumentodeterminado del cual has quitado todo lo que caracteriza a losinstrumentos determinados, un sonido que sólo puede pertenecer aun instrumento determinado.Pero esta incomprensibilidad tiene por objeto alejar <strong>la</strong>divinidad activa de <strong>la</strong> humana, y destruir <strong>la</strong> semejanza,conformidad o mejor dicho unidad esencial de ésta con <strong>la</strong> actividadhumana, para convertir<strong>la</strong> en una actividad esencialmente distinta.Esta diferencia entre <strong>la</strong> actividad divina y humana, es <strong>la</strong> nada. Dioshace algo, hace algo que está fuera de él, como el hombre. Haceres un concepto fundamentalmente humano. La naturaleza procrea,produce y el hombre hace. Hacer es algo que puedo omitir, es unhacer intencional, premeditado, exterior, es un hacer en que no
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