Emilio Jéquier, la construcción de un patrimonio
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
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inicialmente eran modestas: reunir las obras de arte
en poder del Estado y los envíos que desde Europa
hacían los pensionados, artistas becados por el gobierno
chileno.9 A pesar de sus limitaciones, se la considera
la primera iniciativa de su tipo en Latinoamérica. Esta
versión inicial del museo, originalmente llamado de
Pinturas, funcionó en los altos del Congreso Nacional.
En 1887 se trasladó al edificio denominado El Partenón,
ubicado en la Quinta Normal.10 A medida que la
colección se incrementaba, la sede de proporciones más
bien modestas, se fue haciendo insuficiente. Tal situación
reforzó la idea de construir un edificio ad-hoc para
el museo.
Entretanto, en 1899,11 Alberto Mackenna había
propuesto la idea de implementar en el país un museo
de copias, que ya tenía precedentes.12 Ello con el
fin de incrementar la disponibilidad de esculturas
clásicas, tanto para el público como para la formación
de nuevos artistas. Su idea encontró eco oficial y, en
1900, fue comisionado por el gobierno para adquirir
dichas copias en Europa, además de muebles de
estilo, según el modelo de los existentes en museos
franceses (Gallardo, 2014; Zamorano y Herrera, 2015).
La localización de esta colección de copias suponía la
existencia de un nuevo museo, ya que era imposible
instalarlas en las dependencias de El Partenón.
Por otra parte, la Academia de Pintura, desde su
fundación en 1849, había funcionado en diversos locales
que no satisfacían sus reales necesidades. Primero,
estuvo al sur de la Casa Central de la Universidad
de Chile y, posteriormente, en la calle Maturana. La
necesidad de contar con locales adecuados para una
institución de enseñanza, que ya llevaba medio siglo
funcionando, debió ser bastante evidente a fines del
siglo XIX. De hecho, en 1889, el ministro de Instrucción
were initially modest: to assemble the works of art
in the possession of the state and the consignments
from Europe by artists with grants from the
Chilean government.9 In spite of its limitations, it
is considered to be the first initiative of its kind in
Latin America. This initial version of the museum,
originally called of Paintings, took place in the upper
floors of the National Congress. In 1887 it moved to
the building named “The Parthenon” located in the
Quinta Normal.10 As the collection increased, the
head office of rather modest proportions became
insufficient, a situation which fostered the idea to
provide a building suitable for the museum.
Meanwhile, in 1899,11 Alberto Mackenna proposed
to implement in the country a museum of copies
that already had precedents12 in order to increase
the availability of classical sculptures, both for the
public and for the formation of new artists. His
idea received official approval and in 1900 he was
commissioned by the government to acquire suchlike
copies in Europe, as well as style furniture, according
to the model of existing ones in French museums
(Gallardo, 2014; Zamorano y Herrera, 2015). The
location for this collection of copies assumed the
existence of a new museum, since it was impossible
to house them in “The Parthenon”.
The Academy of Painting, however, had occupied
various places since its foundation in 1849 that
did not satisfy its needs. It was firstly located to
the south of the University of Chile and later
moved to Maturana Street. The need for suitable
places for an educational institution, which was
already operating for half a century, should have
been quite clear at the end of the 19th century. In
fact, in 1889 the minister of Public Instruction
9 La primera colección constaba de unas 140 piezas. (Balmaceda,
1978, p. 50)
10 Este pertenecía originalmente a la Unión Artística y allí se
realizaban los salones de arte.
11 «El origen del museo de copias», conferencia en el Ateneo de
Santiago, en Luchas por el arte, pp. 3-14 (Mackenna, 2015).
12 Ximena Gallardo menciona una iniciativa no concretada de Daniel
Barros Grez, de 1869. (Gallardo, 2014, p. 14)
9 The first collection consisted of around 140 pieces. (Balmaceda,
1978, p. 50)
10 It belonged originally to the Artistic Union where the art
exhibitions took place.
11 “El origen del museo de copias”, conference in the Ateneo de
Santiago, in Luchas por el arte, pp. 3-14 (Mackenna, 2015).
12 Ximena Gallardo mentions an unsuccessful initiative by Daniel
Barros Grez, in 1869. (Gallardo, 2014, p. 14)
Fernando Pérez Oyarzun
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