Emilio Jéquier, la construcción de un patrimonio
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
El pulso de Jéquier
Jéquier’s pulse
¿Qué puede decirnos hoy la figura del arquitecto Emilio
Jéquier y cómo el alcance de su obra se actualiza en
torno a la presencia urbana de su Palacio de Bellas Artes?
Esta es una pregunta que aparece como tácito hilo
conductor en el libro Emilio Jéquier: La construcción
de un patrimonio, publicado por el Museo Nacional de
Bellas Artes en el contexto de sus 140 años de existencia
institucional y de los 110 años transcurridos desde la
inauguración de su emblemática sede en el Parque
Forestal de Santiago.
En relación a este planteamiento, quisiera destacar
aquí al menos dos aspectos importantes entre los
muchos que emergen de estas páginas, que en un
esfuerzo riguroso y fundamentado entregan, para el
conocimiento de un público general, luces renovadas
sobre el personaje y sobre un periodo pivotante de
nuestra historia republicana.
En primer lugar, y analizado su actuar en un contexto
histórico, urbano y disciplinar, Jéquier aparece como
una figura propia del ciclo de transición en que le
correspondió operar en Chile: la última década del siglo
XIX y las dos primeras del siglo XX. Su trayectoria vital
coincide, y hasta cierto punto encarna, los fenómenos
de construcción de identidad y apertura internacional
que, ligados a nuevos desarrollos tecnológicos, culturales
y comerciales, se daban en el contexto de globalización
temprana del país en dicho periodo.
Aun reconociendo esa correspondencia, tiempo y
sujeto son expuestos aquí no desde una perspectiva
determinista, en que el individuo aparecería simplemente
impelido por el peso de sus circunstancias externas,
sino desde un enfoque en que ese tiempo singular
es encauzado, amplificado y hasta cierto punto
construido por el actuar de caracteres específicos,
con su inteligencia, fortalezas y limitaciones. Por
figuras palpitantes que nos interpelan desde su propia
efervescencia y modernidad.
De padres franceses, Emilio Jéquier nace en Santiago
en 1866 y pasa gran parte de su infancia y juventud en
Francia, donde estudia arquitectura en la École Spéciale
d’Architecture, se perfecciona en la prestigiosa École des
Beaux-Arts y regresa luego al país, en 1890, como parte
What can the architect Emilio Jéquier tell us today
and how is the scope of his work updated around the
urban presence of his Palace of Fine Arts?
This question arises as an implicit storyline in the
book “Emilio Jéquier: The construction of a heritage”,
published by the National Museum of Fine Arts
in the context of its 140 years of existence and the
110 years since the inauguration of its emblematic
headquarters in Santiago’s Forestal Park.
In relation to this approach, I would like to
highlight at least two important aspects among
the many that emerge from these pages, which in
a rigorous and well-founded effort shed renewed
lights on the architect and a pivotal period of our
republican history.
In the first place, after analyzing his actions
in a historical, urban and professional context,
Jéquier appears as a figure of the transition cycle
in which he had to work in Chile: the last decade
of the 19th century and the first two of the 20th
century. His life coincides with, and to some
extent embodies, the phenomena of identity
construction and international receptivity that
linked to new technological, cultural and commercial
developments, occurred in the context of early
globalization of the country in that period.
Even recognizing that correspondence, time and
subject are exposed here not from the perspective
of determinism, in which the individual would
appear simply impelled by the weight of his external
circumstances, but from an approach in which that
singular time is channeled, amplified and to a certain
point constructed by the action of specific characters,
with their intelligence, strengths and limitations. By
vibrating personalities that challenge us from their
own effervescence and modernity.
Emilio Jéquier was born in Santiago in 1866 to
French parents and spent much of his childhood
and youth in France, where he studied architecture
at the École Spéciale d’Architecture, perfected himself
at the prestigious École des Beaux-Arts and then
returned to the country in 1890 as part of the foreign
13