Emilio Jéquier, la construcción de un patrimonio
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
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a architecte élève a la École des Beaux-Arts de París, donde
ingresó en deuxième classe9 y permaneció por tres años.
Un primer aspecto que destaca de la trayectoria
estudiantil de Jéquier en Francia es su inscripción en
ambas escuelas en calidad de extranjero, figurando
como nacional de Chile. Si bien es verdad que el joven
Jules-Émile había nacido en Chile, al ser ambos padres
franceses podría haber optado a dicha nacionalidad sin
mayores obstáculos.10
En la École des Beaux-Arts de la época no había
diferencias significativas entre los alumnos franceses
y los extranjeros, en cuanto a ventajas o desventajas.
La única restricción era el hecho de que en esos años
el Grand Prix de Rome –el premio más importante de
la carrera– estaba reservado para alumnos franceses
(Chafee, 1977). Sin posibilidades de ganar este concurso,
y estando ya diplomado de arquitecto, es probable que
Jéquier no haya tenido mayor motivación para quedarse
por más tiempo en la prestigiosa École. También podría
considerarse que su paso por la École Spéciale fue una
manera de prepararse para asegurar un ingreso expedito
a la École des Beaux-Arts. Por otro lado, en la École
Spéciale, Jéquier fue un alumno sobresaliente que terminó
sus estudios en tres años, diplomándose de arquitecto
con honores en 1886.
En su examen de admisión sobresalen como las
asignaturas mejor calificadas geometría descriptiva,
aritmética, geometría de sólidos y ejercicios literarios.
Estas calificaciones le permitieron ser admitido en el
primer lugar de 23 alumnos ese año (1883) al atelier de
an aspiring “architecte élève” to the École des Beaux-Arts
in Paris, where he entered in “deuxième classe”9 and
remained for three years.
The first aspect that stands out about Jéquier’s
studies in France is that he enrolled in both schools as
a foreigner, appearing as a Chilean national. Although it
is true that the young Jules-Émile was born in Chile, as
both his parents were French, he could have obtained
this nationality without major obstacles.10
At the École des Beaux-Arts at the time, there were
no significant differences between French and foreign
students, in terms of advantages or disadvantages. The
only restriction was the fact that in those years the
Grand Prix de Rome – their most important award –
was reserved for French students. (Chafee, 1977) With
no chance of winning this competition, and having
already graduated as an architect, it is likely that
Jéquier had no further motivation to stay longer at the
prestigious École. It could also be considered that his
time at the École Spéciale was a way of preparation to
ensure an expedited entry to the École des Beaux-Arts.
On the other hand, at the École Spéciale, Jéquier was
an outstanding pupil who completed his studies
in three years, graduating as an architect with
honours in 1886.
In his entrance examination, the subjects that
stood out as the best graded were descriptive
geometry, arithmetic, geometry of solids and literary
exercises. These qualifications enabled him to be
admitted in first place out of 23 students that year
9 En febrero de 1887, Jéquier fue presentado por la Légation du Chili en
France como aspirante a la École des Beaux-Arts de París, mediante
carta firmada por Alberto Blest Gana. También fue presentado
como su alumno por Pierre Chabat, arquitecto profesor de la ESA,
mediante carta fechada el 28 de febrero del mismo año. Rindió sus
pruebas de admisión para la sección de arquitectura el 21 de julio y
fue admitido en 2ème classe, el 6 de agosto de 1887, como alumno
ingresante al atelier de Paul Blondel. Durante sus estudios en la
ENSBA, entre el 29 de diciembre de 1887 y el 14 de junio de 1889,
obtuvo un total de 16,5 valores, incluyendo una tercera medalla en
ornamento. (C. Jaime, 1980 c.-b)
10 En sus memorias, Marguerite Bucknall se pregunta por la
ciudadanía chilena de su padre (hermano de Émile) y por la
aparente decisión de los Jéquier Bertrand de no inscribir a sus
hijos en el consulado francés para así ahorrarles el servicio militar.
Bucknall refiere la aversión absoluta de su abuelo Henri hacia
todo lo militar, pero también comenta que tal omisión podría
haberse tratado de una simple distracción de su parte. (Bucknall
[Jéquier], 1954 c.)
9 In February 1887, Jéquier was presented by the “Légation du
Chili en France” as an applicant to the École des Beaux-Arts of
Paris, through a letter signed by Alberto Blest Gana. He was also
presented, through a letter dated February 28 th , 1887, as a student
of Pierre Chabat, architect and teacher at the École Spéciale. He
sat his exams for admission to the architecture section on July 21 st
and was admitted to the “deuxième classe” on August 6 th , 1887,
getting into Paul Blondel’s atelier. During his studies at the École
des Beaux-Arts, between 29 December 1887 and 14 June 1889, he
obtained a whole of 16 values and ½, including 1 third medal in
“ornament”. (C. Jaime, 1980 c.-b)
10 In her memoirs, Marguerite Bucknall wonders about her
father’s (Émile’s brother) Chilean citizenship and about
the apparent decision of the Jéquiers not to register their
children in the French consulate, thus avoiding military
service. Bucknall recounts her grandfather Henri’s loathing
towards everything military, but she also mentions that such
an omission might have been a simple oversight on his part.
(Bucknall (Jéquier), 1954 c.)
Yolanda Muñoz Lozano
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