Hall de acceso de la Estación Mapocho. La limpiaregularidad del exterior se complementabacon el logrado refinamiento de su espaciointerior, constituyéndose en un elegante hallurbano. El vestíbulo de la Estación Mapocho fuepensado para recibir a los viajeros con la mismaprestancia que se hacía en las más importantescapitales del mundo. Fotografía Odber Heffer.Archivo Cenfoto-UDP.Mapocho Station Entrance Hall. The neatregularity of the Station’s exterior wascomplemented by the nobility of its interiorspace, thus becoming one of the mostdistinguished urban spaces. In tune with othersimilar ones, the entrance hall of the MapochoStation was designed to receive travellers withthe same elegance as in the most importantcapitals of the world. Photo by Odber Heffer.Cenfoto-UDP Archive.Germán Hidalgo Hermosilla150
totalmente debido a la presencia del Parque Forestalque, finalmente, terminaría mediando entre ambasestaciones –enfrentándolas a la distancia–, en uno delos espacios urbanos más notables de Santiago hasta laactualidad. Pese a ello, estas presentaban significativasdiferencias, principalmente, como producto de la agudainterpretación de Jéquier de sus respectivas condicionescontextuales. El sitio destinado a la Estación Mapochogozaba de gran centralidad, a pesar de encontrarse enuna zona de la ciudad con condiciones ambientalespropias de la periferia, una cualidad que persiste enla actualidad. Sin embargo, su proximidad al MercadoCentral y a la Plaza de Armas, perfiló su carácter urbano,que Jéquier supo apreciar. De este modo, su imponentefachada, orientada hacia la cordillera, debía terminar deurbanizar el amplio espacio definido por la caja del ríoMapocho, canalizado pocas décadas antes. Su volumenmacizo, de geometría regular, perforado por tres ampliosvanos, pero donde los llenos predominan sobre los vacíos,harían de ella un magnífico telón de fondo para aquellafantástica escena paisajística, estructurada a escalamonumental. Mientras tanto, en una escala menor, ynetamente urbana por su altura y detalles ornamentales,se constituiría en un elegante remate del Parque Forestal.La ya comentada regularidad de su volumetría, sumadaa la nobleza de su espacio interior, a tono con otros hallsurbanos del momento, vinieron a reafirmar su especialpresencia, sumándose como uno de los espacios másnotables del centro de la ciudad. Por el contrario, en elotro extremo del Ferrocarril de Circunvalación, y dándoleesta vez la cara al cerro San Cristóbal, Jéquier reconocióel carácter diverso del lugar destinado a la EstaciónPirque, caracterizado aún por condiciones ambientalesde ruralidad, naturaleza y vida saludable. Característicasque de algún modo conserva hasta la actualidad al ser lapuerta de entrada de la comuna de Providencia.El sector en que se ubica la actual Plaza Italia, acomienzos del siglo XX, se encontraba todavía muy pocourbanizado y en él dominaba sin contrarresto la presenciade la cordillera, que podía ser vista en toda su larga ymagnífica extensión, como inequívocamente lo muestranalgunas fotografías de la época, particularmente, aquellasque retratan la Estación Pirque, solitaria, en medio deeste paisaje abierto y difícil de medir y de dominar.Estas especiales condiciones ambientales y paisajísticasnos hacen pensar que su modulación fue la intencióndeliberada de equiparar escalas y asimilar morfologías.De allí el resultado final en que cristalizó la forma delthe city, limiting it at the same time, a wish sinceVicuña Mackenna’s times that the Ring Railroad cameto fulfil. Nevertheless, the circuit as such was notfully completed due to the existence of the ForestalPark, which would finally act as special mediatorbetween both stations, facing them at a distance inone of the most notable urban spaces of Santiago,even today. Despite this, the stations presentedsignificant differences, mainly due to Jéquier’s sharpinterpretation of their respective contexts. The sitechosen for Mapocho Station was very central inspite of being in an area of the city with peripheryconditions, something that persists at present.Nevertheless, its proximity to the Central Marketand to the Plaza de Armas (Main Square) outlined itsurban character, which Jéquier took full advantageof. In this way, its imposing façade, faced towards theAndes mountain range, had to finish urbanizing thewide space defined by the bed of the Mapocho river,canalized a few decades earlier. Its massive volume ofregular geometry, perforated by three wide openings,but where the solids prevail over the voids, turnedit into the magnificent backdrop of that fantasticlandscape scene structured in a monumental scale.Meanwhile, in a minor and clearly urban scale due toits height and ornamental details, it elegantly crownsthe Forestal Park. The regularity of its volumes, alongwith the nobility of its interior space, in tune withother urban spaces of the time, reaffirm its specialpresence, becoming one of the most distinguishedspaces of the city centre. On the contrary, at theother end of the Ring Railroad, and this time facingSan Cristóbal hill, Jéquier recognized the diversecharacter of the place intended for the Pirque Station,characterized by rural conditions, of nature andhealthy life, conditions that somehow still prevailtoday, being the gateway to the district of Providencia.The area in which the current Plaza Italia islocated was, at the beginning of the 20th century,still scarcely urbanized and in it the presence of themountain range dominated without counterpoint,from where it could be seen in all its long andmagnificent extension, as some photographs of thetime unequivocally show, particularly those thatportray Pirque Station, isolated in the middle of thisopen scenery, difficult to take in or dominate. Theseunique environmental and landscape conditionslead us to believe that its modulation was theLOS JÉQUIER DE JÉQUIER ∙ THE JÉQUIERS OF JÉQUIER151