Emilio Jéquier, la construcción de un patrimonio
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
En el marco de las celebraciones de su 140° aniversario, el Museo Nacional de Bellas Artes, con el auspicio de LarrainVial y el patrocinio de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, se impulsó la edición del libro Emilio Jéquier: la construcción de un patrimonio, que rescata por primera vez la obra, la figura y el pensamiento del autor del edificio en el cual se emplaza este Museo, el Palacio de Bellas Artes, inaugurado en 1880.
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aniversario quedaría marcado por el desarrollo
de las iniciativas monumentales que involucran
directamente a Jéquier. No fue un camino fácil y
amable, pero, para septiembre de 1910, ya se veían los
resultados de algunos de estos proyectos.14
Sin lugar a duda, el Museo de Bellas Artes –obra
que había ganado por concurso en 1902–, es la más
importante dentro de su aporte a la arquitectura
chilena. Pero a ella se deben sumar otros edificios
significativos en el clima de celebración del
Centenario, como el Palacio de los Tribunales de
Justicia –donde colaboró con Emilio Doyère– y la
Estación Mapocho, que Jéquier comenzó en 1905.
Volvía en parte a las raíces familiares, ya que su padre
Henri Jéquier había contribuido como ingeniero
en la significativa expansión de los ferrocarriles en
Chile desde los años ochenta, los de la expansión
ferroviaria y el viaducto del Malleco. Años más
tarde Jéquier patrocinará, desde la Sociedad Central
de Arquitectos, una propuesta de transformación
urbana de Santiago, dando cuenta de cómo este
gremio incidía en la vida nacional.15
También en 1900 comenzó a circular el diario
El Mercurio de Santiago, periódico que se presentaba
como informativo y comercial, y que pronto desplazaría
a otros medios ligados al siglo anterior como El
Ferrocarril. En los años sucesivos se fundaron Las
Últimas Noticias, el Diario Popular, El Diario Ilustrado
y, más adelante La Nación. Hubo un florecimiento
de publicaciones que vinieron a renovar el escenario
de la cultura chilena. En las principales ciudades
circularon nuevas revistas que, con un sello
magazinesco, ofrecieron un modo novedoso de mirar
y percibir el mundo. Sucesos, en Valparaíso, Chantecler,
de Concepción, y Zig-Zag, de Santiago, son buenos
ejemplos de estas publicaciones ilustradas que, como
se definió para la publicación santiaguina, llevaban
información «concisa, original y vibrante», propiciando
14 Para una presentación detallada de las polémicas y el despliegue
de las celebraciones del Centenario, véase Reyes, S. (2004). Chile
en 1910. Una mirada cultural en su Centenario. Sudamericana.
15 Véase la tesis de magíster en Historia de Correa, M. (2015).
Proyectos para la transformación urbana de Santiago: La búsqueda
de un nuevo orden y la consolidación del urbanismo como una
disciplina profesional (1872-1934). Pontificia Universidad Católica
de Chile. En particular, las pp. 92 y ss.
began in 1905. He returned partly to his family roots,
since his father Henri Jéquier had worked as engineer
in the significant expansion of railroads in Chile and
the Malleco Viaduct since the 1880s. Years later Jéquier
would sponsor, from the Central Society of Architects, a
proposal of urban transformation of Santiago, putting in
evidence this union’s preponderance in national life.15
Also in 1900 El Mercurio from Santiago began
to circulate, a newspaper that presented itself as
informative and commercial, that would soon displace
the other press media related to the previous century
as El Ferrocarril. In the successive years Las últimas
noticias, Diario popular, El diario ilustrado and later La
Nación were founded. A flourishing of publications took
place renewing Chile’s cultural scene. In Chile’s main
cities new newspapers and magazines circulated that
with a miscellaneous character offered a novel way of
looking at and perceiving the world. Sucesos in Valparaíso,
Chantecler in Concepción and Zig-Zag in Santiago are
good examples of these illustrated publications that
comply with the profile defined for Santiago’s publication
as “concise, original and vibrant”, providing a means
to entertain, inform and educate.16 Later, emblematic
magazines of Chile’s arts and cultural worlds would
appear in the beginnings of the 20th century. As is the
case of Los Diez that tireless Pedro Prado impelled,
assembling the efforts of a versatile group of creators17
who would later continue with the Revista de Artes
y Letras led by Fernando Santiván and Miguel Luis
Rocuant. They were magazines that continued the course
set by magazines such as Pluma i Lápiz, “illustrated
weekly paper of arts, literature and current affairs” that
15 Cf. Master in History thesis by Correa, M. (2015). Proyectos para
la transformación urbana de Santiago: La búsqueda de un nuevo
orden y la consolidación del urbanismo como una disciplina
profesional (1872-1934). Pontificia Universidad Católica de Chile. In
particular, p. 92 and ss.
16 Dussaillant, J. and Urzúa, M. (2020). Concisa, Original y Vibrante.
Lecturas sobre la revista Zig-Zag, Santiago, Ediciones Universidad
Finis Terrae y Centro Barros Arana, Biblioteca Nacional. See also
Garcia Huidobro, C. and Escobar, P. (2012). Una historia de las
revistas chilenas, Santiago, Ediciones Universidad Diego Portales.
17 Los Diez group included writers such as Manuel Magallanes Moure
and Augusto D’Halmar, the painters Julio Ortiz de Zárate and
Juan Francisco González, sculptor Alberto Ried, the architect Julio
Bertrand and the musicians Acario Cotapos and Alfonso Leng
among others.
Claudio Rolle Cruz
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