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Foxe - El Libro de los Mártires

El misterio de la historia no es completamente sombrío, ya que es un velo que solo oculta en parte la actividad creativa y las fuerzas espirituales y la marcha de las leyes espirituales. Es una forma habitual decir que la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia, pero lo que estamos afirmando es simplemente que los hechos individuales de decisión espiritual producen frutos sociales… Ya que los grandes cambios culturales y las revoluciones históricas que deciden el destino de las naciones o el carácter de una era es el resultado acumulativo de un número de decisiones espirituales… La fe y la perspicacia, o el rechazo y la ceguera, de los individuos. Nadie puede señalar el último acto espiritual que desnivela el equilibrio y hace que el orden externo de la sociedad asuma una nueva forma...La persecución, ineficaz para destruir y aun para conmover aquella nueva sociedad, hizo que se sintiese más ella misma, y que se formase en una corporación más compacta.

El misterio de la historia no es completamente sombrío, ya que es un velo que solo oculta en parte la actividad creativa y las fuerzas espirituales y la marcha de las leyes espirituales. Es una forma habitual decir que la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia, pero lo que estamos afirmando es simplemente que los hechos individuales de decisión espiritual producen frutos sociales… Ya que los grandes cambios culturales y las revoluciones históricas que deciden el destino de las naciones o el carácter de una era es el resultado acumulativo de un número de decisiones espirituales… La fe y la perspicacia, o el rechazo y la ceguera, de los individuos. Nadie puede señalar el último acto espiritual que desnivela el equilibrio y hace que el orden externo de la sociedad asuma una nueva forma...La persecución, ineficaz para destruir y aun para conmover aquella nueva sociedad, hizo que se sintiese más ella misma, y que se formase en una corporación más compacta.

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<strong>El</strong> <strong>Libro</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Mártires</strong> por <strong>Foxe</strong><br />

Asícontinuó este buen pastor entre su grey, gobernándo<strong>los</strong> y conduciéndo<strong>los</strong> a través<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> este malvado mundo, todos <strong>los</strong> días <strong>de</strong> aquel santo e inocente rey <strong>de</strong> bendita<br />

memoria, Eduardo VI. Pero a su muerte, y a la accesión <strong>de</strong> la Reina María al trono, no escapó<br />

a la negra nube que se abatió también sobre tantos; porque dos miembros <strong>de</strong> su parroquia, un<br />

abogado llamado Foster, y un comerciante llamado Claik, guiados por un ciego celo,<br />

<strong>de</strong>cidieron que se celebrara la Misa, con todas sus formas <strong>de</strong> superstición, en la iglesia<br />

parroquial dc Hadley, el lunes antes <strong>de</strong> la Pascua. <strong>El</strong> doctor Taylor, entrando en la iglesia, lo<br />

prohibió estrictamente; pero Clark echó al Doctor fuera <strong>de</strong> la iglesia, celebró la Misa e<br />

inmediatamente informó al Lord Canciller, obispo <strong>de</strong> Winchester, <strong>de</strong> su conducta, el cual lo<br />

llamó a comparecer y a dar respuesta a las acusaciones que se hacían contra él.<br />

<strong>El</strong> doctor, al recibir el llamamiento, se preparó bien dispuesto para obe<strong>de</strong>cerlo,<br />

rechazando el consejo <strong>de</strong> sus amigos para que huyera al otro lado <strong>de</strong>l mar. Cuando Gardiner<br />

vio al doctor Taylor, lo injurió, según era su hábito. <strong>El</strong> doctor Taylor escuchó <strong>los</strong> insultos con<br />

paciencia, y cuando el obispo le dijo: ‘¿Cómo te atreves a mirarme a la cara? ¿No sabes quien<br />

soy yo?ª, el doctor Taylor le contestó: ‘Sois Stephen Gardiner, obispo <strong>de</strong> Winchester, y Lord<br />

Canciller, pero sois sólo un hombre mortal. Pero si yo hubiera <strong>de</strong> temer vuestra señorial<br />

apariencia, ¿por qué no teméis vosotros a Dios, el Señor <strong>de</strong> todos nosotros? ¿Con qué rostro<br />

apareceréis ante el tribunal <strong>de</strong> Cristo, y respon<strong>de</strong>réis <strong>de</strong>l juramento que hicisteis primero al<br />

Rey Enrique VIII, y <strong>de</strong>spués a su hijo el Rey Eduardo VI?ª<br />

Siguió una larga conversación, en la que el doctor Taylor habló tan mesurada y<br />

severamente a su antagonista que éste exclamó: ‘¡Eres un blasfemo hereje! ¡En verdad<br />

blasfemas contra el bendito Sacramento (y aquíse quitó el capelo) y hablas en contra <strong>de</strong> la<br />

santa Misa, que es constituida sacrificio por <strong>los</strong> vivos y <strong>los</strong> muertos! ª <strong>de</strong>spués, el obispo lo<br />

entregó al tribunal real.<br />

Cuando el doctor Taylor llegó allí, encontró al virtuoso y diligente predicador <strong>de</strong> la<br />

Palabra <strong>de</strong> Dios que era el señor Bradford, el cual igualmente dio gracias a Dios por darle tal<br />

buen compañero <strong>de</strong> prisión; y ambos juntos alabaron a Dios, y persistieron en oración, en la<br />

lectura, y en exhortarse mutuamente.<br />

Después que el doctor Taylor estuvo un tiempo en la cárcel, fue citado para comparecer<br />

bajo las arcadas <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> Bow.<br />

Con<strong>de</strong>nado, el doctor Taylor fue enviado a Clink, y <strong>los</strong> guardas <strong>de</strong> aquella cárcel<br />

recibieron or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> tratarlo mal. Por la noche fue llevado a Poultry Compter.<br />

Cuando el doctor Taylor hubo permanecido en Compter alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> una semana, el<br />

cuatro <strong>de</strong> febrero llegó Bonner para <strong>de</strong>gradarlo, llevando consigo ornamentos pertenecientes<br />

a la comedia <strong>de</strong> la misa; pero el Doctor rehusó aquel<strong>los</strong> disfraces, que finalmente le fueron<br />

puestos a la fuerza.<br />

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