14.04.2023 Views

Foxe - El Libro de los Mártires

El misterio de la historia no es completamente sombrío, ya que es un velo que solo oculta en parte la actividad creativa y las fuerzas espirituales y la marcha de las leyes espirituales. Es una forma habitual decir que la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia, pero lo que estamos afirmando es simplemente que los hechos individuales de decisión espiritual producen frutos sociales… Ya que los grandes cambios culturales y las revoluciones históricas que deciden el destino de las naciones o el carácter de una era es el resultado acumulativo de un número de decisiones espirituales… La fe y la perspicacia, o el rechazo y la ceguera, de los individuos. Nadie puede señalar el último acto espiritual que desnivela el equilibrio y hace que el orden externo de la sociedad asuma una nueva forma...La persecución, ineficaz para destruir y aun para conmover aquella nueva sociedad, hizo que se sintiese más ella misma, y que se formase en una corporación más compacta.

El misterio de la historia no es completamente sombrío, ya que es un velo que solo oculta en parte la actividad creativa y las fuerzas espirituales y la marcha de las leyes espirituales. Es una forma habitual decir que la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia, pero lo que estamos afirmando es simplemente que los hechos individuales de decisión espiritual producen frutos sociales… Ya que los grandes cambios culturales y las revoluciones históricas que deciden el destino de las naciones o el carácter de una era es el resultado acumulativo de un número de decisiones espirituales… La fe y la perspicacia, o el rechazo y la ceguera, de los individuos. Nadie puede señalar el último acto espiritual que desnivela el equilibrio y hace que el orden externo de la sociedad asuma una nueva forma...La persecución, ineficaz para destruir y aun para conmover aquella nueva sociedad, hizo que se sintiese más ella misma, y que se formase en una corporación más compacta.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong>Libro</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Mártires</strong> por <strong>Foxe</strong><br />

la mujer <strong>de</strong> su hermano. La había visitado en mejores tiempos, y había recibido particulares<br />

marcas <strong>de</strong> su favor. Pero <strong>los</strong> tiempos habían cambiado: el señor Judson estaba en prisión, y<br />

yo angustiada, lo que era suficiente razón para que me recibiera fríamente. Llevé un presente<br />

<strong>de</strong> valor consi<strong>de</strong>rable. <strong>El</strong>la estaba recostada en su alfombra cuando yo entré, y tenía a sus<br />

damas junto a ella. No esperé la pregunta usual hecha a un suplicante, ‘¿Qué queréis?ª, sino<br />

que <strong>de</strong> manera abierta, con voz intensa pero respetuosa, le expuse nuestra angustia y <strong>los</strong> males<br />

que nos habían sido hechos, y le rogué su ayuda. <strong>El</strong>la levantó la cabeza un poco, abrió el<br />

presente que le había traído , y contestó fríamente: ‘Tu caso no es cosa <strong>de</strong>susada; todos <strong>los</strong><br />

extranjeros reciben el mismo trato.ª ‘Pero si es <strong>de</strong>susado,ª le dije: ‘Los maestros son<br />

americanos, son ministros <strong>de</strong> religión, y nada tienen que ver ni con la guerra ni con política.<br />

Nunca han hecho nada que merezca tales tratos; ¿y es justo tratar<strong>los</strong> así?ª ‘<strong>El</strong> rey hace lo que<br />

le placeª, dijo ella; ‘yo no soy el rey, ¿qué puedo hacer yo?ª ‘Podríais presentar su causa al<br />

rey, y conseguir su liberaciónª, le contesté. ‘Poneos en mi situación; si vos estuvierais en<br />

América, y vuestro marido, inocente <strong>de</strong> cualquier crimen, fuera echado en la cárcel, en hierros,<br />

y vos una solitaria mujer sin protección, ¿qué haría?ª<br />

‘Con un ligero sentimiento en su voz, dijo: ‘presentaré su petición, vuelva mañanaª.<br />

Volvía casa con consi<strong>de</strong>rables esperanzas <strong>de</strong> que estaba a mano la pronta liberación <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

misioneros. Pero al siguiente día fueron tomadas las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l señor Couger, con un<br />

valor <strong>de</strong> cincuenta mil dólares, y llevadas a palacio. Los oficiales, a su regreso, me informaron<br />

educadamente que <strong>de</strong>berían visitar nuestra casa al día siguiente. Me sentíagra<strong>de</strong>cida por esta<br />

información, y por ello hice preparativos para recibir<strong>los</strong> escondiendo tantos artícu<strong>los</strong><br />

pequeños como fuera posible, junto con una consi<strong>de</strong>rable cantidad <strong>de</strong> plata, porque sabia que<br />

si la guerra se prolongaba nos veríamos en serio peligro <strong>de</strong> morir <strong>de</strong> hambre sin ella. Pero mi<br />

mente estaba terriblemente agitada, por si esto se <strong>de</strong>scubría me echarían a míen la cárcel. Y<br />

si me hubiera sido posible conseguir dinero <strong>de</strong> algún otro lugar, no me habría arriesgado a<br />

tomar este paso.<br />

ªPor la mañana siguiente, el tesorero real, Príncipe Tharyawadis, el Jefe Wun, y Koungtone<br />

Myu-tsa, que fue en el futuro nuestro firme amigo, acompañados por cuarenta o<br />

cincuenta seguidores, para tomar posesión <strong>de</strong> todo lo que teníamos. Los traté con cortesía, les<br />

di sillas para que se sentasen, y té y dulces para su refrigerio; y la justicia me obliga a <strong>de</strong>cir<br />

que llevaron a cabo la actividad <strong>de</strong> la confiscación con más consi<strong>de</strong>ración hacia mis<br />

sentimientos que <strong>los</strong> que hubiera pensado que podían exhibir <strong>los</strong> funcionarios birmanos. Solo<br />

entraron <strong>los</strong> tres oficiales a la casa; sus acompañantes recibieron or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> esperar fuera.<br />

Vieron que estaba profundamente afectada, y pidieron excusas por lo que iban a hacer,<br />

diciendo que les sabia mal tomar posesión <strong>de</strong> una propiedad que no era <strong>de</strong> el<strong>los</strong>, pero que<br />

estaban obligados a hacerlo por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l rey.<br />

ª¿Dón<strong>de</strong> están su plata, su oro y sus joyas?ª preguntó el tesorero real. ‘No tengo oro ni<br />

joyas; pero aquítienen la llave <strong>de</strong> un baúl que contiene la plata-hagan lo que les parezcaª. Selló<br />

el baúl, y fue pesada la plata. ‘Este dineroª, dije yo, ‘fue recogido en América por <strong>los</strong><br />

337

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!