1gp2NwltQ
1gp2NwltQ
1gp2NwltQ
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Autonomías y gobierno intermedio<br />
Territorio, descentralización y desarrollo 111<br />
Con este objetivo, la nueva Constitución establece un nuevo nivel de<br />
gobierno territorial: el nivel intermedio que será regentado por las regiones. Sin<br />
embargo, la nueva Carta Magna no establece cuáles serán estas regiones; solamente<br />
fija unos criterios mínimos para su conformación. De este modo, se abren<br />
las puertas para definir la regionalización del país desde las propias realidades<br />
locales y no de arriba hacia abajo. La constitución establece el procedimiento para<br />
crear una región por iniciativa de varias provincias, prevé incentivos a las provincias<br />
que conformen regiones, establece el mecanismo para la creación de regiones<br />
autonómicas: una ley de creación, un estatuto y la aprobación de una consulta<br />
popular, y el plazo de ocho años para hacerlo.<br />
La creación de las regiones, por lo tanto, estará sujeta a la voluntad popular,<br />
asegurando que sea un proceso de generación de acuerdos entre las provincias<br />
involucradas. De este modo, por primera vez en la historia del país, podremos<br />
contar con un nivel intermedio de gobierno, que haga realidad el sueño de<br />
contar con un Estado fuerte y policéntrico a la vez. La escala territorial regional,<br />
por otra parte, hace factible la generación de procesos de desarrollo económico<br />
local, que con adecuados niveles de planificación y articulación entre escalas<br />
pueden permitir un mayor equilibrio territorial en el país. De esta manera se pretende<br />
enfrentar el grave problema de las desigualdades territoriales existentes en<br />
el Ecuador.<br />
La nueva Constitución reconoce la autonomía de todos los gobiernos territoriales.<br />
Sin embargo, las regiones cuentan con un nivel especial de autonomía,<br />
pues estarán regidas por un estatuto propio. De este modo, se hace realidad el<br />
anhelo autonómico garantizando la unidad del Estado ecuatoriano. La concepción<br />
de autonomías que promueve la nueva Constitución remarca su carácter<br />
solidario e incluyente, pues las regiones deberán mantener los equilibrios territoriales,<br />
de manera que no tengamos en el país regiones ganadoras y regiones<br />
perdedoras. En esta concepción de autonomías se fortalece al Estado y se fortalece<br />
también la democracia, desde una perspectiva de reconocimiento a las<br />
diversidades.<br />
El proceso constituyente en el Ecuador, al abrir las puertas para la creación<br />
de gobiernos autónomos regionales, no solamente le quitó a la oposición su<br />
principal bandera de lucha, sino que además transformó el planteamiento autonómico<br />
al vincularlo a la lucha por la recuperación del Estado y los equilibrios<br />
territoriales.<br />
Los críticos a la creación del nivel regional de gobierno sostienen que es una<br />
propuesta que no parte de las realidades locales, pues no existen actores regionales,<br />
no existe una infraestructura (carreteras, vías de acceso, etc.) que asegure<br />
el enlace horizontal entre las provincias, que las culturas localistas territoriales<br />
tendrán serios conflictos al momento de tomar una decisión sobre la capital<br />
de la región. Mirando las cosas desde otra perspectiva, se puede contra argumentar<br />
que precisamente la creación de las regiones será la oportunidad para ir<br />
construyendo la infraestructura que nos permita conectarnos horizontalmente y<br />
genere elementos culturales regionales que apunten a la superación del marcado<br />
regionalismo existente en el país debido a su geografía. Los procesos de construcción<br />
de identidades son históricos; no nacen, se hacen. Hace dos siglos tampoco