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Estado y configuración territorial en el Ecuador 75<br />
conducción. Mientras que durante el liberalismo moderado las élites locales retomaron<br />
el poder de los municipios, a través de la descentralización del cobro de<br />
los impuestos al comercio local e internacional, impulsada por las localidades<br />
costeñas. De esta forma, se establece una diferenciación entre aquellos municipios<br />
que tenían capacidad de generar rentas (ubicados en las arterias regionales<br />
importantes y los municipios agroexportadores) y los municipios marginales,<br />
condenados al abandono (Ramón, 2004: 160).<br />
Otro elemento significativo para configurar el nuevo poder que adquieren<br />
las localidades en este período es la conformación de las Juntas como mecanismo<br />
de manejo directo del presupuesto del Estado.<br />
Las élites de Quito, Guayaquil y Cuenca apelaron a las antiguas redes de parentesco<br />
y al intercambio de votos por asignaciones públicas, para negociar el reparto a través<br />
de la «juntas». Por su parte, los grupos medios y altos de Quito se especializaron<br />
en el manejo de los cargos públicos, el tráfico de influencias y hasta del control<br />
del mismo ejército [...]. Hacia 1924, el 80% de los fondos del presupuesto nacional se<br />
habían descentralizado a las juntas, con lo cual, el estado perdió autoridad nacional<br />
y debió endeudarse con capitalistas nacionales para solventar sus gastos administrativos,<br />
lo cual endosó clamorosamente el estado central a los prestamistas, especialmente<br />
costeños (Ramón, 2004: 164-165).<br />
Las diversas leyes promulgadas en este período y la propuesta de separación de la<br />
Iglesia del Estado generaron tensiones y conflictos que polarizaron a la población<br />
e incluso enfrentaron a cantones liberales con conservadores. Estas tensiones se<br />
prolongaron hasta la década del sesenta (Ramón, 2004: 161).<br />
En el plano de la supuesta construcción de igualdad social, resalta el intento<br />
por «mestizar» a los indios, que se expresa en la abolición del concertaje y la servidumbre,<br />
liberando la fuerza de trabajo necesaria para el desarrollo capitalista.<br />
La supuesta igualación de los indios, produjo su marginación como pueblos con<br />
derechos diferenciados, promoviendo su eclipsamiento como indígenas de la escena<br />
nacional, por largo tiempo. En 1921 se produjo uno de los últimos levantamientos<br />
caracterizado como de indígenas, el de Guano, Cubijíes y Paquicaguán. Después de esa<br />
década, comenzaron a expresarse, o ser vistos, como campesinos (Ramón, 2004: 162).<br />
Con el fin del segundo auge cacaotero (1920), el país enfrenta una de las peores<br />
crisis económica, social y política de su historia, que se prolonga hasta 1948. El<br />
cacao había desaparecido y no se encontraban productos que lo sustituyeran,<br />
arrastrando consigo al sistema bancario. En ningún otro período de la historia<br />
del país hubo tantos gobiernos por lapso de tiempo. Las ciudades crecieron y los<br />
espacios rurales costeños se desarticularon (Ospina, 2004: 76).<br />
El limitado desarrollo del mercado interno, la extrema concentración de la tierra y del<br />
ingreso, la débil urbanización, y la escasa reinversión productiva del excedente cacaotero<br />
impidieron que, en el caso ecuatoriano, la crisis del sector externo abriera posibilidades<br />
para un desarrollo industrial por sustitución de importaciones, como ocurrió<br />
desde 1930 en algunos países grandes y medianos de América Latina, como Argentina,<br />
Brasil, México y Colombia (Larrea, 2006: 58).<br />
El Estado intenta completar los esfuerzos pasados de articular el territorio nacional,<br />
pues la crisis redujo las posibilidades de importación de alimentos básicos