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Estado y configuración territorial en el Ecuador 87<br />
La deuda externa continuó creciendo vertiginosamente, pasando del 50%<br />
del PIB en 1982, al 57% del PIB en el año 2003; su pago representó entre 1995 y<br />
2000 un promedio del 11% del PIB, representando casi la mitad del gasto público<br />
(Larrea, 2006: 104).<br />
La heterogeneidad estructural característica de la economía ecuatoriana, ha<br />
dado lugar a la sobrecapitalización de los segmentos modernos y a la subcapitalización<br />
de los tradicionales; a una limitada capacidad para generar encadenamientos<br />
dinamizadores y a la existencia de mercados internos sumamente débiles.<br />
Esta heterogeneidad estructural tiene expresiones espaciales, dando lugar a<br />
la concentración de actividades productivas en ciertos polos, mientras otras áreas<br />
permanecen relegadas, generando profundas disparidades regionales e interregionales<br />
(Barrera, Ramírez y Rodríguez, 1999: 123-124).<br />
Las relaciones entre territorios suponen un conjunto de flujos de entrada y<br />
salida, que en el caso ecuatoriano, por las propias características de la estructura<br />
económica, reproducen las asimetrías. Los principales flujos son: a) de la agricultura<br />
para el consumo interno hacia la industria y el sector financiero; b) del<br />
campo a la ciudad; c) de las periferias al centro; d) del conjunto de la economía<br />
nacional hacia circuitos transnacionalizados. Las asimetrías económicas tienen<br />
su correlato político, puesto que las principales decisiones relacionadas con los<br />
recursos productivos son funcionales a los intereses de acumulación del capital<br />
(Barrera, Ramírez y Rodríguez, 1999: 16-17).<br />
El Ecuador se ha caracterizado por un bicentralismo, en el que las dos mayores<br />
ciudades del país: Guayaquil y Quito han concentrado las inversiones tanto<br />
públicas como privadas. El país no ha desarrollado mecanismos para favorecer<br />
a aquellos territorios con menores posibilidades de desarrollo, y peor aún mecanismos<br />
de compensación solidaria hacia las zonas más deprimidas. El resultado<br />
de este proceso ha sido la profundización de las desigualdades territoriales. El<br />
país cuenta con parroquias en las que los índices de pobreza superan el 95% de la<br />
población y otras en los que estos mismos índices no llegan al 5%. Esto da cuenta<br />
de un país profundamente segmentado, con territorios olvidados que apenas<br />
conocen de la existencia de un Estado nacional por referencias.<br />
La preponderancia otorgada al sector externo, como guía del crecimiento económico,<br />
inhibe un equilibrado desarrollo humano en todo el territorio nacional, ya que evita<br />
que sus regiones se integren en un proceso armónico en el que se reduzcan las disparidades<br />
(SENPLADES, 2009b: 74).<br />
Lourdes Rodríguez, en un estudio sobre la economía y el espacio en el Ecuador,<br />
realiza un análisis del dinamismo productivo por provincias considerando los<br />
distintos sectores de la economía (primario, manufactura y servicios) y establece<br />
una tipología provincial para el país. De acuerdo a este estudio, las provincias<br />
motrices son Guayas y Pichincha 32 , que concentran los mayores niveles de producción<br />
y productividad en las principales ramas. Las provincias con una tendencia<br />
económica dinámica son Azuay, Manabí, El Oro y Tungurahua. Luego aparecen<br />
las provincias con una tendencia económica mediana, entre las que se<br />
32 Dado que el estudio fue realizado cuando la provincia de Pichincha incluía a Santo Domingo, la participación<br />
relativa de Pichincha en la actualidad ha disminuido, de igual forma en Guayas se incluía<br />
a Santa Elena. Sin embargo, el carácter de provincias motrices en términos productivos se mantiene.