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120 Ana María Larrea Maldonado<br />

donde solamente aquellas regiones «con capacidad» puedan acceder al estatuto<br />

autonómico.<br />

No todos los asambleístas de oposición mostraron su acuerdo con la creación<br />

del nivel intermedio de gobierno. Diana Acosta, por ejemplo, se opone a ello<br />

argumentando que implica «más burocracia y más confusión de competencias»<br />

y propone que se permita «a los Consejos Provinciales y Concejos Municipales<br />

constituirse en regiones autónomas» (Acosta, 2008e: 2).<br />

En relación al sistema de competencias, el informe de minoría defiende que<br />

la transferencia de competencias debe ser voluntaria y no obligatoria (Maruri y<br />

Azín, 2008a: 7). Consideran que se debería incrementar las competencias de las<br />

regiones autónomas y los distritos metropolitanos con el fin de incentivar la conformación<br />

de regiones y diferenciar claramente las competencias del nivel intermedio<br />

de gobierno:<br />

[…] si no se da a las regiones y a los distritos mayores competencias —o mayor capacidad<br />

de asumir competencias— que a las provincias y los cantones, no habrá novedad<br />

en el sistema, y se habrá creado un nuevo nivel de gobierno casi idéntico al ya<br />

existente. […] podría ser conveniente que existan ciertas competencias […] que únicamente<br />

puedan salir de manos del estado central si pasan a una región o distrito,<br />

pero no a una provincia o cantón […] las competencias de salud y educación son buenos<br />

ejemplos. Esto constituiría un incentivo a la creación de regiones (Maruri y Azín,<br />

2008a: 7-8).<br />

Las regiones autónomas y los distritos metropolitanos deben ser sustancialmente<br />

distintas a las provincias y cantones en sus competencias (deben poder asumir más<br />

y mayores competencias) y en sus potestades legislativas (deben poder normar más<br />

temas) (Maruri y Azín, 2008b: 1).<br />

Rossana Queirolo comparte el criterio de que las regiones autónomas y los distritos<br />

metropolitanos deberían tener la capacidad para poder asumir mayores competencias<br />

que las provincias y los cantones, y que por lo tanto es necesario diferenciar<br />

el nivel local del nivel intermedio de gobierno, de manera que se incentive<br />

la conformación de las regiones (Queirolo, 2008f: 3).<br />

Pablo Lucio Paredes propone que las regiones autónomas puedan «tomar<br />

decisiones sobre tributos nacionales dentro de los límites que determine la ley»<br />

(Paredes, 2008e: 1).<br />

El debate en torno a las competencias de salud y educación fue altamente<br />

controversial. En contraposición a lo planteado en el informe de minoría, varios<br />

sectores, incluido el Movimiento Popular Democrático, defendían que estas competencias<br />

sean privativas del gobierno central (Ávila, 2008: 1). Pablo Lucio Paredes,<br />

al contrario, propone que estas competencias sean asumidas por los niveles<br />

subnacionales:<br />

El Estado Central fijará las políticas y normas generales del sistema, pero las entidades<br />

del régimen seccional autónomo asumirán las competencias en materia educativa,<br />

bajo criterios de desconcentración, descentralización y/o autonomía administrativa,<br />

financiera y pedagógica conforme a la ley. Se respetará la libertad de los modelos<br />

de gestión territorial, local y de las unidades educativas que, apegados a la normativa<br />

general, cumplan eficientemente con los objetivos de la educación (Paredes, 2008e: 1).

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