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Borges, Jorge Luis - Obras Completas - Literatura Argentina UNRN

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152 JORGE LUIS BORGES—OBRAS COMPLETAS<br />

VIII<br />

HISTORIAS DE JINETES<br />

Son muchas y podrían ser infinitas. La primera es modesta:<br />

luego la ahondarán las que siguen.<br />

Un estanciero del Uruguay había adquirido un establecimiento<br />

cíe campo (estoy seguro de que ésa es la palabra que usó) en la<br />

provincia de Buenos Aires. Trajo del Paso de los Toros a un<br />

domador, hombre de toda su confianza pero muy chucaro. I.o<br />

alojó en una fonda cerca del Once. A los tres días fue en su busca;<br />

lo encontró mateando en su pieza, en el último piso. Le preguntó<br />

qué le había parecido Buenos Aires, y resultó que el hombre no<br />

se había asomado a la calle una sola vez.<br />

La segunda no es muy distinta. En 1903, Aparicio Saravia sublevó<br />

la campaña del Uruguay; en alguna etapa de la'contienda<br />

se temió que sus hombres pudieran irrumpir en Montevideo.<br />

Mi padre, que se encontraba allí, fue a pedir consejo a un pariente,<br />

<strong>Luis</strong> Melián Lafinur, el historiador. Éste le dijo que no había<br />

peligro, "porque' el gaucho le teme a la ciudad". En efecto, las<br />

tropas de Saravia se desviaron y mi padre comprobó con algún<br />

asombro que el estudio de la Historia puede ser útil y no (sólo<br />

agradable. l<br />

La tercera que referiré, también pertenece a la tradición • oral<br />

de mi casa. A fines de 1870, fuerzas de López Jordán comandadas<br />

por un gaucho a quien le decían El Chumbiao cercaron la<br />

ciudad de Paraná. Una noche, aprovechando un descuido de la<br />

guarnición, los montoneros lograron atravesar las defensas y dieron,<br />

a caballo, toda la vuelta de la plaza central, golpeándose la<br />

boca y burlándose. Luego, entre pifias y silbidos, se fueron. La<br />

guerra no era para ellos la ejecución coherente de un plan sino<br />

un juego de hombría.<br />

' Burton escribe que los beduinos, en las ciudades árabes, se lapan las<br />

narices con el pañuelo o con algodones; Ammiano, que los hunos tenían<br />

tanto miedo de las casas como de los sepulcros. Análogamente, los sajones<br />

cjue irrumpieron en Inglaterra en el siglo v, no se atrevieron a morar en las<br />

ciudades romanas que conquistaron, l.as dejaron caerse a pedazos % compusieron<br />

luego elegías para lamentar esas ruinas.

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