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También Jesús fue bautizado (kai lësou baptisthentos). Construcción en genitivo absoluto, primer aoristo participio pasivo. En la oración de Lucas el bautismo<br />
de Jesús es meramente introductorio al descenso del Espíritu Santo y a la voz del Padre. Para la narración del bautismo ver Marcos 1:9 y Mateo 3:13–16. Y<br />
mientras oraba (kai proseuchomenou). Solamente en Lucas, que tan frecuentemente menciona las oraciones de Jesús. Participio presente y así significando,<br />
naturalmente, que el cielo fue abierto mientras Jesús estaba orando, aunque no necesariamente en respuesta a su oración. Se abrió el cielo (aneöichthënai ton<br />
ouranon). Primer aoristo pasivo infinitivo con doble aumento, en tanto que no se supone que el infinitivo tenga ningún aumento. La forma regular sería anoichthënai,<br />
como en D (Códice de Beza). Así, el aumento aparece en el futuro de indicativo kateaxei (Mt. 12:20) y en el segundo aoristo pasivo de subjuntivo kateagösin<br />
(Jn. 19:31). Estas insólitas formas aparecen en el Koiné. Este infinitivo aquí, con el acusativo de referencia general, es el sujeto de egeneto (aconteció). Mateo<br />
3:16 emplea el mismo verbo, pero Marcos 1:10 tiene schizomenous, partidos (V.M.).<br />
22. Descendió (ketabënai). La misma construcción que el infinitivo anterior. El Espíritu Santo (to pneuma to hagion). Marcos 1:10 tiene meramente el Espíritu<br />
(to pneuma), mientras que Mateo 3:16 tiene el Espíritu de Dios (pneuma theou). En forma corporal (sömatiköi eidei). Sólo en Lucas, que también dice «como<br />
una paloma» (hös peristeran), al igual que Mateo y Marcos. Esto significa probablemente que el Bautista vio la visión que se asemejaba a una paloma. Nada se<br />
consigue con la negación del hecho o posibilidad de la visión que se asemejara a una paloma. Dios manifiesta su poder según su voluntad. El simbolismo de la<br />
paloma para el Espíritu Santo es inteligible. No tenemos que entender por ello que éste fuera el principio de la Encarnación de Cristo, como pretendían los gnósticos<br />
seguidores de Cerinto. Pero este lozano influjo del Espíritu Santo puede haber profundizado la consciencia mesiánica de Jesús y, desde luego, lo reveló al<br />
Bautista como el Hijo de Dios. Y salió del cielo una voz (kai phönën ex ouranou genesthai). La misma construcción del infinitivo con acusativo de referencia general.<br />
La voz del Padre al Hijo es dada aquí como en Marcos —lo cual véase— y Mateo 3:17 para discusión de la variación que allí aparece. La Trinidad se manifiesta<br />
aquí en el bautismo de Jesús, lo que constituye la entrada formal de Jesús en su ministerio mesiánico. Entra en Él con la bendición y aprobación del Padre<br />
y con la aprobación y el poder del Espíritu Santo sobre Él. La deidad de Cristo se ve aquí de una manera clara en los Evangelios Sinópticos. La consciencia de<br />
Cristo queda clara acerca de este punto aquí, lo mismo que en el Evangelio de Juan, donde Juan el Bautista lo describe, después de bautizarlo, como el Hijo de<br />
Dios (Jn. 1:34).<br />
23. Jesús mismo (autos Iësous). Pronombre intensivo enfático llamando la atención a la personalidad de Jesús en esta coyuntura. Cuando inaugura su<br />
obra mesiánica. Al comenzar (archomenos). Algunas versiones añaden «a predicar» (V.M.), «su ministerio» (BAS), pero no se encuentran en el texto griego. La<br />
traducción de la Versión Autorizada inglesa, «comenzó a ser de alrededor de treinta años», es una traducción imposible. La Versión Revisada inglesa añade «a<br />
enseñar», como correctamente añaden también V.M. y BAS sus equivalentes, después del participio presente archomenos. Tanto el infinitivo como el participio<br />
pueden ir después de archomai; en Koiné lo normal es el infinitivo. No es necesario añadir nada, sin embargo, y es lo que hace la RVR77 (cf. Hch. 1:22). Tenía<br />
unos treinta años (ën hösei etön triakonta). Tyndale lo tenía bien: «Jesus was about thirty years of age when he began» (Jesús tenía alrededor de treinta años de<br />
edad cuando comenzó). Lucas no se compromete a una edad concreta de treinta años precisos como la edad de Cristo. Los levitas entraban en la plenitud de su<br />
servicio a los treinta años, pero esto no demuestra nada acerca de Jesús. Los profetas de Dios inician su tarea en el momento en que viene a ellos la palabra de<br />
Dios. Jesús puede haber tenido unos cuantos meses menos o más de los treinta, o un año o dos de más o de menos. Siendo hijo (según se suponía) de José, el<br />
hijo de Elí (ön huios hös enomizeto Iösëph tou Heli). Para la discusión de la genealogía de Jesús véase sobre Mateo 1:1–17. Las dos genealogías difieren muy<br />
ampliamente y se han propuesto muchas teorías acerca de ellas. Uno se da cuenta en el acto de que Lucas comienza con Jesús y que va retrocediendo hasta<br />
Adán, el Hijo de Dios, mientras que Mateo comienza con Abraham y llega a «José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo» (1:16). Mateo emplea<br />
la palabra «engendró» en cada ocasión, mientras que Lucas tiene el artículo tou repitiendo huiou (hijo) excepto delante de José. Ambos concuerdan en la<br />
mención de José, pero Mateo dice que «Jacob engendró a José», mientras que Lucas llama a José «el hijo de Elí». Hay otras diferencias, pero ésta hace que uno<br />
se detenga a considerar. José, naturalmente, no tuvo dos padres. Si entendemos que Lucas nos da la verdadera genealogía de Jesús a través de María, el asunto<br />
es bien simple. Las dos generaciones difieren desde José a David excepto en los casos de Zorobabel y Salatiel. Lucas evidentemente quiere sugerir algo muy<br />
insólito en su genealogía con el uso de la frase «según se suponía» (hös enomizeto). Su propia narración en Lucas 1:26–38 nos ha mostrado que José no era el<br />
verdadero padre de Jesús. Plummer objeta que si Lucas nos da la genealogía de Jesús a través de María, huios tiene que ser empleado aquí en dos sentidos<br />
(hijo según se suponía de José, y nieto de Elí a través de Elí). Pero esto no es nada insólito. En ninguna de ambas listas dan ni Mateo ni Lucas una genealogía<br />
completa. Así como Mateo emplea «engendró» de descendencia, del mismo modo emplea Lucas el término «hijo» significando descendiente. Era natural para<br />
Mateo, que escribía para judíos, dar la genealogía legal a través de José, aunque se cuida de un modo concreto de mostrar, en 1:16 y 1:18–25, que José no era<br />
el padre real de Jesús. Era igualmente natural para Lucas, un griego él mismo y escribiendo para todo el mundo, dar la genealogía real de Jesús a través de María.<br />
Es en armonía con la universalidad [p 129] de Pablo (Plummer) que Lucas lleva la genealogía hasta Adán y no se detiene en Abraham. No está claro por qué<br />
añade Lucas «el hijo de Dios» después de Adán (3:8). Desde luego, no significa por ello que Jesús sea el Hijo de Dios en el sentido en que lo es Adán. probablemente<br />
lo que desea es eliminar los mitos paganos acerca del origen del hombre, y mostrar que Dios es el creador de toda la raza humana, y en este sentido el<br />
Padre de todos los hombres. Ningún mero origen animal del hombre está en armonía con esta concepción.<br />
NOTA ADICIONAL (del traductor)<br />
Como evidencias adicionales de que la línea dada en el Evangelio de Lucas es la natural de María, se pueden mencionar los siguientes puntos: La visión<br />
apócrifa de Isaías, que es probablemente del año 68, declara que María era del linaje de David, como también lo era José. Esto sólo para mostrar cuál era la<br />
concepción popular de entonces. Por su parte, Tertuliano apela de un modo insistente al censo como estableciendo la descendencia de Cristo de David a través<br />
de María. Por otra parte, los Talmudistas judíos se refieren a María como hija de Elí, en un pasaje que hace referencia a que es atormentada en el otro mundo.<br />
Así, en Lucas tendríamos la línea natural de María, y la legal de José como yerno de Elí. Jesús es así hijo de David carnalmente (a través de María), e hijo legalmente<br />
de David (a través de los derechos de José al trono).<br />
CAPÍTULO 4<br />
1. Lleno del Espíritu Santo (plërës pneumatos hagiou). Una evidente alusión al descenso del Espíritu Santo sobre Jesús en su bautismo (Lc. 3:21ss.). La<br />
distintividad de las Personas en la Trinidad queda aquí evidente, pero con una patente unidad. Recuerda también el relato de Lucas del sombreamiento de María<br />
por el Espíritu Santo (1:35). Mateo 4:1 dice que «Jesús fue llevado por el Espíritu», mientras que Marcos 1:12 afirma que «el Espíritu le impulsó al desierto», pasaje<br />
que debe verse para su discusión. «Jesús había sido dotado con poder sobrenatural; y fue tentado a emplearlo en sus propios intereses sin considerar la<br />
voluntad del Padre» (Plummer). Y era conducido por el Espíritu (ëgeto en toi pneumati). Imperfecto pasivo, continuamente conducido. En puede ser el empleo<br />
instrumental, como sucede generalmente, porque Mateo 4:1 tiene aquí hupo de agencia directa. Pero Mateo tiene el aoristo pasivo anëchthë, que puede ser ingresivo,<br />
como tiene eis tën erëmon (al desierto), mientras que Lucas tiene en töi erëmöi (en el desierto: no al desierto, como RVR77; cp. BAS). En todo caso,<br />
Lucas afirma que Jesús estaba ahora de continuo bajo la guía del Espíritu Santo. De ahí que en esta misma oración menciona dos veces al Espíritu. Por cuarenta