08.05.2013 Views

Descarga

Descarga

Descarga

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

~ 63 ~<br />

4. ¡Allá tú! (su opsëi). Literalmente: «Tú verás». Judas hizo una tardía confesión de su pecado de traicionar sangre inocente ante el Sanedrín, pero no a<br />

Dios ni a Jesús. El Sanedrín ignora la sangre justa o inocente (haima athöion o dikaion) y le dicen a Judas que se ocupe él mismo de su propia culpa. También<br />

echan a un lado la propia culpa de ellos en este asunto. El uso de su opsëi como futuro volitivo, un equivalente al imperativo, es más común en latín (tu videris)<br />

que en griego, aunque en Koinë también se encuentra. El sentimiento es el de Caín (Grotius, Bruce).<br />

5. Se ahorcó (apëgxato). Voz media directa. Su acto fue repentino, después de haber echado el dinero en el santuario (eis ton naon), el recinto sagrado en<br />

el que estaban los sacerdotes. Los motivos de Judas en la traición estaban mezclados, como sucede generalmente con los criminales. El dinero fue para él una<br />

motivación menor, excepto como expresión de menosprecio como el precio corriente de un esclavo.<br />

6. En el tesoro (eis ton korbanän). Josefo (Guerras II, 9, 4) emplea este mismo término para designar la tesorería sagrada. korban es un término arameo<br />

que significa don (döron), como se ve en Marcos 7:11. El precio de sangre era contaminación para la tesorería, como es evidente en Deuteronomio 23:18ss. Los<br />

rabinos sabían muy bien cómo hacer sutilezas con el korban (Mr. 7:1–23; Mt. 15:1–20), pero ante este dinero de sangre se detienen.<br />

7. El campo del alfarero (tou agrou tou kerameös). Grotius sugiere que era un campo pequeño donde se obtenía la arcilla para la alfarería, como una<br />

bóbila (Broadus). En otro caso no sabemos a qué se debe el nombre. En Hch. 1:18 tenemos otro relato de la muerte de Judas, al reventar (posiblemente cayendo<br />

después de colgarse) después de haber obtenido el campo con la paga de su iniquidad. Pero es posible que aquí ektësato se refiera al empleo rabínico del korban:<br />

que el dinero seguía siendo de Judas aunque hubiera ya muerto, por lo que realmente «adquirió» el campo con su precio de sangre.<br />

8. Campo de sangre (agros haimatos). Este nombre le fue dado porque era el precio de la sangre, y ello no es inconsecuente con Hch. 1:18ss. El campo<br />

del alfarero lleva hoy la idea aquí iniciada de lugar de sepultura para extranjeros que no tienen otro lugar donde yacer (eis taphën tois xenois), probablemente al<br />

principio judíos de otros lugares muriendo en Jerusalén. En Hechos (1:19) es llamado Acéldama o Lugar de sangre (chörion haimatos) por la razón de que la<br />

sangre de Judas fue derramada allí, y aquí porque fue comprado con dinero de sangre. Ambas razones pueden ser ciertas.<br />

9. Por medio del profeta Jeremías (dia Ieremiou). Esta cita viene principalmente de Zacarías 11:13, aunque no con un lenguaje exacto. En Jeremías<br />

18:18 el profeta cuenta de una visita a la casa de un alfarero y en 32:6ss. de la compra de un campo. Es en Zacarías que se mencionan las treinta piezas de<br />

plata. Se ofrecen muchas teorías para la combinación de Zacarías y Jeremías y de su atribución de todo ello a Jeremías, como en Marcos 1:2ss. la cita de Isaías<br />

y Malaquías es atribuida totalmente a Isaías como el principal de los dos. Broadus y McNeile dan una plena consideración a las varias teorías, desde un mero<br />

desliz mecánico hasta la acabada de dar. Mateo tiene aquí (27:10) «el campo del alfarero» (eis ton agron tou kerameös) por «al alfarero en la casa del Señor» en<br />

Zacarías 11:13. Esto lo pone más en paralelo con el lenguaje de Mateo 27:7.<br />

11. Jesús, pues, estaba de pie delante del gobernador (ho de Iësous estathë emprosthen tou hëgemonos). Aquí tenemos uno de los más dramáticos<br />

episodios de la historia. Jesús frente al gobernador romano. El verbo estathë, no estë (segundo aoristo, voz activa), es primer aoristo, voz pasiva, y puede significar<br />

«fue puesto» allí, pero de pie, no sentado. El término hëgemön (de hëgeomai, conducir) denotaba técnicamente un legatus Caesaris, un oficial del Emperador,<br />

más exactamente procurador, gobernador bajo el Emperador de una provincia menos importante que un propraetor (como el que estaba sobre Siria). Las provincias<br />

senatoriales como Acaya eran gobernadas por procónsules. Pilato era el representante de la ley romana. ¿Eres tú el rey de los judíos? (Su ei ho basileus tön<br />

Ioudaiön?).<br />

Esto era lo que verdaderamente importaba. Mateo no da las acusaciones presentadas por el Sanedrín (Lc. 23:2) ni la entrevista privada con Pilato (Jn.<br />

18:28–32). Él no podía dejar caer la acusación de que Jesús pretendía ser Rey de los judíos. O él podría ser acusado ante César por deslealtad. Había buen<br />

número de rivales y pretendientes por el imperio. Así que, aquí había uno más. Con su respuesta (Tú lo dices), Jesús confiesa que lo es. Así que Pilato se encuentra<br />

con un problema. ¿Qué clase de rey pretende ser éste que tiene ante él? ¿Tú (su) el Rey de los judíos?<br />

[p 68] 14. Mas no le respondió, ni siquiera una sola palabra (V.M.) (kai ouk apekrithë autöi pros oude hen rhëma). Jesús rehusó responder a las acusaciones<br />

de los judíos (v. 12). Ahora persistió en su silencio bajo las preguntas directas de Pilato. El griego es aquí muy preciso además de la doble negación.<br />

«No le contestó ni siquiera en una sola palabra.» Esta silenciosa dignidad dejó asombrado a Pilato, y sin embargo se quedó extrañamente impresionado.<br />

17. A Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? (Barabbän ë Iësoun ton legomenon Christon;). Pilato estaba aferrándose a un clavo ardiendo o buscando<br />

alguna salida para escaparse de condenar a un pobre lunático o al expositor de un culto supersticioso, tal como él consideraba que era Jesús, y desde luego<br />

no un rival, en lo político, de César. Los judíos interpretaron el título «Cristo» ante Pilato como una afirmación de ser Rey de los judíos en oposición a César, «una<br />

actuación totalmente carente de escrúpulos» (Bruce). Así, le vino a la memoria la ancestral costumbre para la pascua de liberar al pueblo «un preso, el que quisiesen»<br />

(desmion hom ëthelon). No se ha descubierto ningún caso paralelo, pero Josefo menciona esta costumbre (Antigüedades XX, 9, 3).<br />

Por la razón que fuera, Barrabás era un héroe popular, un preso notable (episëmon), si no notorio, cabecilla de una insurrección o revuelta (Mr. 15:7), probablemente<br />

contra Roma, y por ello culpable de aquel mismo crimen que intentaban atribuir a Jesús, que sólo afirmaba ser rey del reino espiritual. Así, Pilato, sin<br />

querer, enfrentó a los dos prisioneros que representaban las fuerzas antagonistas de todas las edades.<br />

Hay una estructura elíptica en la siguiente pregunta: «¿A quién queréis que os suelte?» (tina thelete apolusö?), bien dos preguntas en una (asíndeton) o la<br />

elipse de hina antes de apolusö. Ver el mismo modismo en el versículo 21. Pero la pregunta de Pilato puso a prueba a los judíos así como a él mismo. Y pone a<br />

prueba a todos los hombres hoy. Algunos MSS. añaden el nombre de Jesús a Barrabás, y ello lo pone tanto más contrastado: ¿Jesús Barrabás o Jesús el Cristo?<br />

18. Por envidia (dia phthonon). Pilato era torpe acerca de muchas cosas, pero sabía que los líderes judíos eran celosos del poder que tenía Jesús sobre el<br />

pueblo. Puede que hubiera oído acerca de los acontecimientos de la Entrada Triunfal y de su Enseñanza en el Templo. La envidia, naturalmente, provenía primariamente<br />

de los líderes.<br />

19. Su mujer (hë gunë autou). El pobre Pilato se estaba viendo más enredado a cada momento mientras dudaba acerca de liberar a Jesús, de quien sabía<br />

que estaba exento de todo crimen contra el César. Precisamente en el momento en que estaba intentando reunir apoyo de parte del pueblo en favor de Jesús en<br />

contra de la trama de los líderes judíos, su esposa le mandó un mensaje acerca de Jesús. Ella llama a Jesús «ese justo» (töi dikaiöi ekeinöi), y los sufrimientos<br />

anímicos de ella aumentaron los supersticiosos temores de Pilato. La tradición le asigna el nombre de Procla, e incluso afirma que fue cristiana, lo que no es probable.<br />

Pero fue suficiente para enervar al débil Pilato al sentarse en el tribunal (epi tou bëmatos) en el enlosado.<br />

20. Persuadieron (epeisan). Los principales sacerdotes (saduceos) y los ancianos (fariseos) vieron el peligro de la situación, y no se descuidaron. Mientras<br />

Pilato vacilaba en sus preguntas, ellos emplearon todas sus mañas para conseguir que la multitud «pidieran para sí mismos» (aitësöntai, aoristo indirecto ingresivo<br />

de subjuntivo en voz media) y eligieran a Barrabás, y no a Jesús.<br />

22. ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? (ti oun poiësö Iësoun ton legomenon Christon;). Habían pedido a Barrabás bajo las sugerencias del<br />

Sanedrín, pero Pilato les apremió el problema de Jesús, con la débil esperanza de que pudieran también pedir su liberación. Pero habían aprendido la lección.<br />

Algunos de los mismos que gritaran «Hosanna» aquella mañana de domingo en la Entrada Triunfal gritaban ahora ¡Sea crucificado! (stauröthëtö). La marea iba

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!