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~ 89 ~<br />

do véase 1 Corintios 5:6. Les encargaba, acción insistente (diestellö, imperfecto de indicativo), evidenciando que la advertencia era necesaria. Los discípulos<br />

provenían de una atmósfera farisaica y acababan de encontrarse otra vez con ella en Dalmanuta. Era algo insidioso. Nótese aquí la combinación de Herodes con<br />

los fariseos. Ello es debido a la agitación de Herodes a causa de la muerte del Bautista y del ministerio de Jesús (Mr. 6:14–29 = Mt. 14:1–12 = Lc. 9:7–9). Jesús<br />

advierte de un modo decidido a sus discípulos en contra de «la levadura de Herodes» (mala política) y la levadura de los fariseos y de los saduceos (mala teología<br />

y mala política).<br />

16. Razonaban entre sí (dielogizonto pros allëlous), implicando discusión. Tiempo imperfecto, seguían en ello. Mateo 16:7 dice en heautois, en sí mismos<br />

o entre ellos mismos.<br />

17–20. Marcos da aquí seis agudas preguntas de Jesús, mientras que Mateo 16:8–11 da cuatro preguntas que realmente incluyen las seis de Marcos, algunas<br />

de ellas juntas. Las preguntas revelan la decepción de Jesús ante el embotamiento intelectual de sus discípulos. Las preguntas tienen que ver con el intelecto<br />

(noeite, de nous, suniete, comprender), el corazón en un estado endurecido (pepörömenën, perfecto pasivo predicado participio como en Mr. 6:52, véase), los<br />

ojos, los oídos, la memoria de la alimentación de los cinco mil y de los cuatro mil, aquí bien distinguidas incluso hasta en las dos clases de cestos (kophinous,<br />

sphuridön). Los discípulos recordaron la cantidad de cestos de sobras en cada uno de ambos casos, doce y siete. Jesús «les propina una fuerte reprensión por la<br />

preocupación de ellos en meros asuntos temporales, como si no hubiera nada más elevado en qué pensar que el pan» (Bruce). «Por un tiempo, los Doce son<br />

oyentes junto al camino, con corazones como un camino pisoteado, en el que las verdades más elevadas no pueden hundirse para germinar» (Bruce).<br />

21. ¿Todavía no os dais cuenta? (oupö suniete;). Después de toda esta reprensión y explicación. El mayor de todos los maestros tenía la más magna de<br />

todas las clases, pero aquí había tropezado con un inconveniente. Mateo 16:12 da el resultado: «Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen<br />

de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos». Una vez habían dicho que comprendían las parábolas de Jesús (Mt. 13:51). Pero<br />

había transcurrido mucho tiempo. El maestro tiene que tener paciencia si sus discípulos han de aprender.<br />

22. A Betsaida (eis Bëthsaidan). En la costa oriental, no lejos del lugar de la alimentación de los cinco mil. Betsaida Julia. Nótense los dramáticos presentes:<br />

Llegan (erchontai), traen (pherousin). Este incidente lo relata solamente Marcos (versículos 22–26).<br />

[p 95] 23. Lo sacó fuera de la aldea (exënegken auton exö tës kömës). Había sido una aldea, pero Felipe la había agrandado y había hecho de ella una<br />

ciudad (polis), aunque seguía siendo llamada aldea (versículos 23, 26). Como el caso del sordomudo endemoniado dado también sólo por Marcos (7:31–37), así<br />

Jesús observa la mayor reserva al efectuar el milagro, por razones no dadas por Marcos. Era la época del retiro, y Jesús está efectuando su cuarta retirada de<br />

Galilea. Este hecho puede también explicarlo. Los varios toques que se dan aquí son también interesantes. Jesús lo llevó de la mano, puso saliva sobre sus ojos<br />

(empleando la palabra poética y que se halla en los papiros, Koiné, ommata, en lugar del término usual ophthalmous), y puso sus manos sobre él, quizá todo ello<br />

para ayudar a la fe del hombre.<br />

24. Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que están andando (Blepö tous anthröpous hoti hös dendra horö peripatountas). Una<br />

vívida descripción de una visión incipiente. Su visión no era perfecta, aunque podía ver que se trataba de hombres porque andaban. Este es el único caso de una<br />

curación gradual en las sanidades obradas por Jesús. No se nos da la razón para este método en este caso.<br />

25. Él miró fijamente (dieklepsen). Vio totalmente ahora, aoristo efectivo (dieblepsen), quedó totalmente restaurado (apekatestë, segundo aoristo, doble<br />

compuesto y doble aumento), y siguió viendo (eneblepen, imperfecto, acción continuada) todas las cosas claramente o a una distancia (tëlaugös, griego común<br />

derivado de tële, lejano, y augë, brillo, resplandor de lejos). Algunos manuscritos (margen en Westcott y Hort) leen dëlaugös, de dëlos, llano, y augë, brillo.<br />

26. A su casa (eis oikon autou). Una alegre vuelta al hogar. Pero no se le permitió que entrara en la aldea y provocara entusiasmos antes que Jesús pasara<br />

a Cesarea de Filipos.<br />

27. Hacia las aldeas de Cesarea de Filipos (eis täs kömas Kaisariäs tës Philippou). Región (merë) dice Mateo 16:13, la Cesarea de Filipos en contraste<br />

con la que se encontraba en la costa del mar Mediterráneo. Marcos se refiere a las aldeas pertenecientes al distrito alrededor de Cesarea de Filipos. Esta región<br />

se encuentra en las estribaciones del monte Hermón, en Iturea, que era regida por Herodes Felipe, de modo que Jesús estaba a cubierto de las tramas de Herodes<br />

Antipas o de los fariseos y saduceos. Aquí arriba, en esta ladera de montaña, Jesús tendrá su mejor oportunidad para dar a los discípulos una enseñanza<br />

especial con respecto a la crucifixión, que ya asoma a sólo seis meses de distancia. Así, Jesús preguntó (epërötä, imperfecto descriptivo): ¿Quién dicen los hombres<br />

que soy yo? (Tina me legousin hoi anthröpoi einai;). Mateo 16:13 tiene «el Hijo del Hombre» en lugar del «yo» aquí en Marcos y en Lucas 9:18. Él mismo se<br />

describía frecuentemente como «el Hijo del Hombre». Ciertamente, aquí la frase no podía significar meramente «un hombre». Ellos conocían las varias opiniones<br />

populares acerca de Jesús, de las que había oído Herodes Antipas (Mr. 3:21, 31). Era hora de que los discípulos revelaran cuánto habían sido influenciados por<br />

su medio, así como por la instrucción directa de Jesús.<br />

28. Ellos le respondieron (hoi de eipan). Lo sabían muy bien. Véase Mateo 16:14, 28 para su tratamiento.<br />

29. Tú eres el Cristo (Su ei ho Christos). Marcos no dice «el Hijo del Dios viviente» (Mt. 16:16) o «de Dios» (Lc. 9:20). La confesión plena se encuentra en<br />

Mateo. El lenguaje de Lucas significa prácticamente lo mismo, mientras que la forma de Marcos es la más breve. Pero la forma que aparece en Marcos significa<br />

realmente la misma idea plena. Marcos omite toda alabanza a Pedro, probablemente porque Pedro la había omitido en su relato del incidente. Para una crítica a<br />

la postura de que la narración de Mateo se debe a desarrollos eclesiásticos y un esfuerzo en justificar prerrogativas eclesiásticas, véase esta consideración en<br />

Mateo 16:16, 18. Los discípulos ya lo habían confesado antes como Mesías. Esto se ve en Juan 1:41; 4:29; 6:69; Mateo 14:33. Pero Jesús había dejado de usar<br />

la palabra Mesías para evitar complicaciones políticas y un movimiento revolucionario (Jn. 6:14ss.). Pero, ¿seguían creyendo los discípulos en Jesús como Mesías<br />

después de todas las defecciones y oposiciones que habían presenciado? Era una seria prueba que Jesús les proponía.<br />

30. De Él (peri autou). Como siendo el Mesías, que él era el Cristo (Mt. 16:20). No aún, porque el tiempo no había llegado todavía. Cuando ello llegue, la<br />

entrada triunfal en Jerusalén, las mismas piedras clamarán si los hombres no lo hacen (Lc. 19:40).<br />

31. Comenzó a enseñarles (ërxato didaskein autous). Éste es un modismo favorito de Marcos, pero no se trata de un mero recurso retórico. Mateo 16:21<br />

dice expresamente: «Desde entonces». Se les tenía que advertir pronto acerca de la muerte de Jesús, que se avecinaba. La confesión de fe en Jesús indicaba<br />

que éste era un buen momento para empezar. La muerte a manos del Sanedrín (ancianos, principales sacerdotes y escribas), en la que fariseos y saduceos tuvieron<br />

un igual empuje. Se hace mención de la resurrección al tercer día, pero no hizo impacto en sus mentes. Este arco iris no fue visto en medio de los nubarrones<br />

de tormenta. Después de tres días (BAS) (meta treis hëmeras). Mateo 16:21 tiene «al tercer día» (tëi tritëi hëmeräi) en el caso locativo de punto temporal<br />

(lo mismo en Lc. 9:22). Los hay que se aferran a una interpretación estricta de «después de tres días», lo cual significaría «al cuarto día», no «al tercer día». Es<br />

evidente que la frase de Marcos tiene aquí el mismo sentido que en Mateo y Lucas, o serían totalmente contradictorias. En lenguaje popular, «después de tres<br />

días» puede significar, y así es frecuentemente, «al tercer día», pero el cuarto día es imposible.

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