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5. No sabía (ouk ëidein). Segundo pretérito perfecto de oida empleado como imperfecto. El lenguaje griego significa, naturalmente, que Pablo no sabía que<br />
era el sumo sacerdote el que había dado la orden de que le golpeasen en la boca. Si se acepta esta postura, se pueden decir varias cosas a guisa de explicación.<br />
El sumo sacerdote pudiera no estar revestido de sus ropajes oficiales por cuanto la reunión fue convocada urgentemente por Lisias. Pablo había estado mucho<br />
tiempo fuera del país, por lo que no debía conocer a Ananías de vista. Y también la vista de Pablo puede haber sido deficiente o el sumo sacerdote no estar sentado<br />
en el asiento principal. Otra forma de explicarlo es decir que Pablo se encendió tanto de indignación, incluso de cólera, ante la orden dada, que habló sin<br />
considerar quién la hubiera dado. El término griego permite también esta idea. En todo caso, Pablo reconoce en el acto la justicia del punto que se le señala.<br />
Había sido culpable de irreverencia contra el cargo del sumosacerdote como lo muestra el pasaje de Éxodo 22:18 (LXX), y confiesa su falta, pero la reprensión<br />
había sido merecida. Jesús no amenazó (1 P. 2:23) cuando fue golpeado en la mejilla (Jn. 18:22), pero sí protestó contra el acto y no volvió la otra mejilla.<br />
6. Entonces Pablo, dándose cuenta (gnous de ho Paulos). Segundo aoristo ingresivo de ginöskö. Pablo se dio cuenta rápidamente de que su causa estaba<br />
ya perdida ante el Sanedrín por su involuntario ataque contra el sumo sacerdote. Era imposible que le oyeran imparcialmente. Por ello, dice Vincent, «Pablo,<br />
con gran tacto, intenta provocar el choque de los dos partidos que constituían el Sanedrín». Así argumenta Alford con el lema de «divide y vencerás». Farrar condena<br />
a Pablo y toma 24:21 como confesión de error aquí, pero esto es leer en las palabras de Pablo acerca de la resurrección más que lo que dice. Page considera<br />
que el registro que nos ha dejado Lucas es pobre e insatisfactorio. Rackham cree que el juicio ya había comenzado y que Pablo había repetido parte de su<br />
discurso del día anterior cuando «los saduceos recibieron sus palabras con abierto escepticismo y ridículo: esto provocaría una contraexpresión de simpatía y<br />
credulidad entre los fariseos». Pero todo esto son inferencias. No tenemos que adoptar el principio jesuita de que el fin justifica los medios a fin de ver astucia y<br />
un duro sentido común en lo que Pablo dijo e hizo. Pablo sabía, naturalmente, que el Sanedrín estaba dividido casi igualmente entre fariseos y saduceos, porque<br />
él mismo había sido fariseo. Yo soy fariseo, hijo de fariseo (Egö Pharisaios eimi huios Pharisaiön). Esto era estrictamente cierto, como lo sabemos por sus Epístolas<br />
(Fil. 3:5). Se me juzga por esperar la resurrección de los muertos, o BAS: Se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos (peri elpidos<br />
kai anastaseös nekrön krinomai). Esto era también verdad, y este es el extremo que Pablo menciona en 24:21. Su descuido en [p 361] volver a mencionar el<br />
hecho de que era fariseo no desacredita aquí el informe de Lucas. El principal punto de diferencia entre fariseos y saduceos era precisamente este asunto de la<br />
resurrección. Y como ministro cristiano ésta era la doctrina cardinal de Pablo. Fue este mismo hecho el que le convenció de que Jesús era el Mesías y era «el<br />
núcleo mismo de su fe» (Page) y de su predicación. No era un mero truco por parte de Pablo proclamar aquí este hecho y dividir así al Sanedrín. De hecho, los<br />
fariseos se mantuvieron al margen mientras los saduceos perseguían a Pedro y a los otros apóstoles por predicar la resurrección en el caso de Jesús, e incluso<br />
Gamaliel echó agua fría sobre el esfuerzo de castigarlos por ello (Hch. 5:34–39). Así, Pablo estaba realmente recurriendo a la división ya existente sobre este<br />
punto, y pudo conseguir una victoria contra los saduceos tal como Gamaliel, su gran maestro, lo había hecho antes de él. Además, «Pablo y el fariseísmo nos<br />
parecen unas ideas tan opuestas que a menudo olvidamos que el cristianismo de Pablo era el desarrollo natural del judaísmo» (Page). Pablo muestra esto en<br />
Gálatas 3 y Romanos 9–11.<br />
7. Cuando dijo esto (touto autou lalountos). Genitivo absoluto del participio presente (Westcott y Hort) y no aoristo (eipontos). Mientras lo estaba diciendo.<br />
Un altercado (stasis). Ya hemos visto esta vieja palabra para posición o estar en pie (He. 9:8), de histëmi, poner, significando insurrección (Hch. 19:40, que véase).<br />
Aquí es pendencia, altercado, como en 15:2. Se dividió (eschisthë). Véase 14:4.<br />
8. No hay resurrección, ni ángel, ni espíritu (më einai anastasin mëte aggelon mëte pneuma). Infinitivo con la negación më en aserción indirecta. Estos<br />
puntos constituyen las principales diferencias doctrinales entre los fariseos y los saduceos. Todas (amphotera). Aquí empleado aunque se usan tres artículos de<br />
fe como en 19:16, donde se designa con esta palabra a los siete hijos de Esceva. Este giro idiomático es común y corriente en los papiros y en el griego bizantino<br />
(Robertson, Grammar, pág. 745).<br />
9. Se oponían enérgicamente (diemachonto). Imperfecto medio de diamachomai, un viejo verbo ático, pelearlo (entre, de uno a otro, fieramente). Sólo<br />
aquí en el N.T. Fue una pendencia animada y Lucas la describe como en marcha. Los fariseos se ponen decididamente del lado de Pablo. ¿Qué, si un espíritu le<br />
ha hablado, o un ángel? (ei de pneuma elalësen autöi ë aggelos;). Esto es una aposiopesis, no infrecuente en el N.T., como en Lucas 13:9; Juan 6:62 (Robertson,<br />
Grammar, pág. 1.203). Véase también una en Éxodo 32:32.<br />
10. Y al ir en aumento el altercado (pollës tës ginomenës staseös). Participio presente en voz media (genitivo absoluto). Literalmente, «mucha deviniendo<br />
la disensión». Que Pablo fuese despedazado por ellos (më diaspasthëi ho Paulos). Primer aoristo de subjuntivo pasivo de diaspaö, estirar en dos, desgarrar<br />
en trozos, un viejo verbo. Sólo aquí en el N.T. y en Marcos 5:4 de romper cadenas en dos. El subjuntivo con më es la construcción común después de un verbo<br />
de temer (Robertson, Grammar, pág. 995). La tropa (to strateuma), la banda de soldados, y lo mismo en el versículo 27. Que bajase (kataban). Participio aoristo<br />
segundo activo de katabainö, habiendo bajado. Sacaran … a la fuerza (harpasai). Arrebatar. Los soldados debían sacar a Pablo salvándolo de en medio (ek mesou)<br />
de los rabinos o predicadores (en su rabia al atacarse mutuamente). Pablo era ahora para Lisias un enigma aún mayor.<br />
11. A la noche siguiente (tëi epiousëi nukti). Caso locativo, en la próxima noche. El Señor (ho kurios). Jesús. Pablo nunca había necesitado más al Señor<br />
que ahora. En una ocasión anterior toda la iglesia había orado por la liberación de Pedro (12:5), pero Pablo evidentemente no tenía un favor tan grande en la<br />
iglesia, aunque había sido acogido con amabilidad (21:18). En cada crisis Jesús se le aparece (cf. Hch. 18:9). Todo se veía negro ante el apóstol hasta que Jesús<br />
le habló. Una vez antes en Jerusalén Jesús le había dado palabras de aliento (22:18). Entonces le había sido ordenado que dejase Jerusalén. Ahora tiene que<br />
tener «ánimo» o «valor» (tharsei). Jesús empleó esta misma palabra para otros (Mt. 9:2, 22; Mr. 10:49). Es una palabra valiente. Has testificado (diemarturö).<br />
Primer aoristo de indicativo en voz media, segunda persona del singular de diamarturomai, una palabra fuerte (ver 22:18). Así has de (se dei). Ésta es la palabra<br />
necesaria y en ésta se apoya Pablo. Sus esperanzas (19:21) de ir a Roma no serán en vano. Puede esperar ahora el tiempo de Cristo. Y Jesús ha aprobado su<br />
testimonio en Jerusalén.<br />
12. Tramaron un complot (poiesantes sustrophën). Véase 19:40 (motín), pero aquí conspiración, una combinación secreta, uniéndose entre sí como<br />
cuerdas retorcidas. Se comprometieron bajo juramento (anathematizö heautous). Primer aoristo de indicativo activo de anathematizö, una palabra tardía, considerada<br />
por Cremer y Thayer como totalmente bíblica o eclesiástica. Pero Deissmann (Light from the Ancient East, pág. 95) cita varios ejemplos del verbo en una<br />
tableta ática de execración procedente de Megara, de los siglos primero o segundo d.C. Esto demuestra que esta palabra, así como anathema (sustantivo), de la<br />
que se deriva el verbo, era empleada también por los paganos, no sólo por los judíos. Deissmann sugiere que los judíos griegos como los siete hijos de Esceva<br />
pudieran haber sido los primeros en acuñarla. Aparece en la LXX, así como en Marcos 14:71 (véase, y también Lc. 21:5); Hechos 23:12, 14, 21. Se pusieron bajo<br />
anatema o maldición, se dedicaron a Dios (cf. Lv. 27:28ss.; 1 Co. 16:22). Beberían (pein = piein). Segundo aoristo de infinitivo, voz activa, de pinö. Para esta<br />
forma abreviada, véase Robertson, Grammar, pág. 343. Hasta que hubiesen dado muerte (heös hou apokteinösin). Primer aoristo de subjuntivo, voz activa, de<br />
apokteinö, un verbo común. No hay razón para traducir «hasta que hubiesen dado muerte», sino simplemente «hasta que diesen muerte», expresando el aoristo<br />
meramente una acción en un punto temporal, y el subjuntivo que aquí se retiene en lugar del optativo da una viveza usual en el Koiné (Robertson, Grammar,