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~ 536 ~<br />

venir. El uso de hös hoti puede ser aquí menospreciativo, aunque no es así en 2 Corintios 5:19. En el Koiné viene en el vernáculo a significar simplemente «que»<br />

(Moulton, Proleg. pág. 212), pero esto difícilmente parece así en el N.T. (Robertson, Grammar, pág. 1.033). Aquí significa «como que», «en el sentido de que».<br />

Desde luego, niega claramente que hubiera dicho ni por conversación ni por carta que la segunda venida fuera inminente. «Es esta declaración conducente a<br />

error que explica tanto el desaliento en aumento de los de poco ánimo, para alentar a los cuales Pablo escribe 1:3–2:17, como la actividad creciente de los entremetidos<br />

ociosos, para advertencia de quienes Pablo escribe 3:1–18» (Frame). Es suficiente que uno se detenga a reflexionar para ver la indignación de Pablo<br />

acerca de este empleo de su nombre por parte de los excesivamente celosos partidarios del punto de vista de que la venida de Cristo era inminente. Es cierto que<br />

Pablo aún vivía, pero si este tipo de «fraudes piadosos» era tan común y fácilmente perdonado como algunos pretenden en la actualidad, es difícil de dar explicación<br />

a la evidente ira de Pablo. Además, las palabras de Pablo deberían llevarnos a vacilar antes de afirmar que Pablo hubiera proclamado de manera clara el<br />

pronto retorno de Jesús. Es indudable que lo esperaba, pero no lo proclamó de manera específica, como tantos hoy en día pretenden, acusándole de llevar al<br />

error a los cristianos primitivos con una falsa presentación de la cuestión.<br />

3. Que nadie os engañe en ninguna manera (më tis humas exapatësëi kata mëdena tropon). Primer aoristo de subjuntivo, en voz activa, de exapataö<br />

(antiguo verbo, engañar, forma intensificada del verbo simple apataö) con doble negación (më tis, mëdena), de acuerdo con el idioma griego regular como en 1<br />

Corintios 16:11, más que el aoristo de imperativo que sí aparece en ocasiones en la tercera persona como en Marcos 13:15 (më katabatö). Pablo amplía su advertencia<br />

para ir más allá de conversaciones y cartas, e incluye «trucos» de cualquier tipo. Es asombroso lo crédulos que pueden ser algunos [p 560] de los santos<br />

cuando un nuevo engañador saca nuevas modas religiosas. Porque no vendrá (hoti). Hay una elipse aquí de ouk estai (o genësetai), que se debe suplir tras<br />

hoti. Westcott y Hort hacen un anacoluto al final del versículo 4. El sentido es claro. Hoti es causal, debido a que, pero el verbo se sobrentiende. La segunda venida<br />

no sólo no es «inminente», sino que no se efectuará hasta que no hayan tenido lugar ciertos acontecimientos de gran importancia, 3 lo que es una repulsa concreta<br />

a los falsos entusiastas del versículo 2. Sin que antes venga la apostasía (ean më elthëi hë apostasia pröton). Condición negativa de la tercera clase, indeterminada<br />

con perspectiva de determinación y el aoristo de subjuntivo. Apostasia es la forma tardía de apostasis y es nuestra palabra apostasía. Plutarco la emplea<br />

de revuelta política y aparece en 1° Mac. 2:15 acerca de Antíoco Epifanes, que procuraba forzar a una apostasía del judaísmo, para llevar hacia el helenismo.<br />

En Josué 22:22 se emplea de rebelión en contra del Señor. Parece claro que la palabra, aquí, denota una revuelta religiosa, y el empleo del artículo determinado<br />

(hë) parece significar que Pablo había ya hablado a los tesalonicenses acerca de ello. El único otro empleo de la palabra en el N.T. está en Hechos 21:21,<br />

donde significa apostasía de Moisés. No está claro si Pablo significa una revuelta de los judíos contra Dios, de los gentiles contra Dios o de los cristianos contra<br />

Dios, o si la referencia es a una apostasía que incluye a todas las clases dentro y fuera del cuerpo de los cristianos. Pero tiene que ser primero (protön) antes de<br />

que Cristo vuelva. Nótese este adverbio cuando solamente se comparan dos acontecimientos (cf. Hch. 1:1). Y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición<br />

(kai apokaluphthëi ho anthröpos tës anomias, ho huios tës apöleias). Primer aoristo de subjuntivo, voz pasiva, después de ean më y la misma condición<br />

que con elthëi. El empleo de este verbo apokaluptö, como apokalupsin de la segunda venida en 1:7, parece designar al carácter sobrehumano (Milligan) del acontecimiento,<br />

y el mismo verbo es repetido en los versículos 6 y 8. La implicación es que el hombre de pecado está oculto en alguna parte, y que será repentinamente<br />

desvelado, de la misma manera en que los falsos apóstoles se presentan como ángeles de luz (2 Co. 11:13ss.), sea que éste sea el acontecimiento coronador<br />

de la apostasía u otra descripción de dicho acontecimiento. Lightfoot señala el paralelo entre el hombre de pecado, de quien la principal característica es el<br />

pecado (caso genitivo, un hebraísmo para describir al inicuo del versículo 8) y Cristo. Tanto Cristo como el adversario de Cristo son revelados, hay misterio acerca<br />

de cada uno de ellos, los dos hacen reivindicaciones de divinidad (v. 4). Parece tratarse del Anticristo de 1 Juan 2:18. La terrible frase, hijo de perdición, es<br />

Nuevo Testamento? El primer caso que cita Trom (Concord. Gr. in Sept. i. 529) de la versión de Teodoción de Daniel 7:5 es un ridículo error, eis kairous enestathë. El texto<br />

Aldino no iba tan errado, pero leía eis merous, que es difícilmente inteligible, y tiene el mismo error en cuanto al verbo. La versión Complutense lo dio correctamente, eis<br />

meros hen estathë, como en los MSS. Alejandrino y Vaticano. La copia Quisiana de la verdadera Septuaginta da epi tou henos pleurou estathë. Éste es el único caso que<br />

tenemos, excepto en los Apócrifos, en los que Trom da 3° Esdras 5:72 (47), 9, 6; 1 Mac. 12:44; 2 Mac. 3:17; 4:43; 12:3, donde en cada caso se confirma en todos los respec‐<br />

tos la traducción de la Versión Revisada (inglesa) en cada uno de los casos, y la de la Versión Autorizada también excepto en el infundado “es inminente” que tenemos ante<br />

nosotros.<br />

»Se puede añadir que la palabra bajo examen, al menos en el perfecto, es empleada por los autores clásicos ordinarios precisamente como en el Nuevo Testamento.<br />

Véase Herodoto, i. 83; Isócrates 82 B; Polibio, i. 71,4; Plutarco, Lucull. 13, Demóstenes 255, 10–274, 6. Los tres casos, como el resto citado por los deanes Liddell y Scott en<br />

su admirable Lexicon (Aristófanes, Nub. 779, Iseo 88.40, Demóstenes 896, 29), tienen el sentido usual, no “inminente” sino “presente”, ya comenzado, y en progreso. En<br />

cada uno de ellos el pleito estaba ya iniciado, incluso si aún estaba pendiente. Lo mismo sucede, sin ningún tipo de dudas, con ho nun enestëkös agön, Licurgo 148, 32; tou<br />

enest. mënos, Phil. ap. Dem. 280.12 significa el mes presente, no uno inminente, y lo mismo sucede con enest. polemos en Esquilo 35, 27. Y chronos en. significa el tiempo<br />

presente, no futuro, del mismo modo que traumata en., Plat. Legg. 378 B, significa heridas infligidas, no meramente amenazadas; y ta en. o en. pragmata, Jenofonte, Hell.<br />

2.1, 6; Polibio 2. 26, 3, significa circunstancias presentes, y en ningún caso “cercanas” o “inminentes”. Ni se ha podido nunca presentar ni un solo caso en el que este verbo<br />

en tiempo perfecto signifique un estado de cosas que no haya aún comenzado. Por ello, su sentido, tanto en escritos profanos como sagrados, era “presente”, “llegado”, no<br />

“cercano” o “inminente”.<br />

»Esto puede ser suficiente de una manera bien fundamentada para dar certeza al lector de que el error enseñado con tan pocos escrúpulos por los fanáticos en Te‐<br />

salónica era, no que el día fuera «inminente» o «cercano» (porque el mismo apóstol había enseñado esto de modo expreso en Ro. 13:12), sino que en verdad había “llega‐<br />

do”. Estos engañadores eran probablemente de un tipo similar a Himeneo y Fileto, “que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan<br />

la fe de algunos” (2 Ti. 2:18) …<br />

»… el apóstol sólo pretendía negar que el día del Señor ya hubiera comenzado o estuviera realmente presente» (W. Kelly, «On 2 Thessalonians, cap. ii. 2», Bible Trea‐<br />

sury, Jan. [Ene] 1883, págs. 196–199).<br />

No es la intención de esta nota entrar en la controversia escatológica «postmilenialismo frente a premilenialismo», sino la de precisar acerca del sentido de esta im‐<br />

portante palabra, que desde luego tiene gran trascendencia en la interpretación escatológica. Para una consideración de las diversas posturas escatológicas, el lector que<br />

comprenda inglés podrá leer con provecho la obra The Millenniam: Four Views (Ed, Robert G. Clouse; cuatro contribuyentes: G. E. Ladd, Herman A. Hoyt, Loraine Boettner,<br />

Anthony A. Hoekema, publicado por Intervarsity Press, Downers Grove, 1977). En castellano es recomendable la obra Eventos del Porvenir, de Dwight Pentecost, Ed. Vida (1ª<br />

ed. en castellano, Ed. Libertador, Maracaibo 1977), así como Las bases de la fe premilenial (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona 1984) (N. del T.).<br />

3 Se debe observar que en su hipótesis escatológica, Robertson, además de traducir injustificadamente «es inminente» en lugar de «ha llegado» (v. 2) identifica aquí (v. 3)<br />

«el día del Señor» con «la Segunda Venida», esto es, en su modelo escatológico, la venida del Señor a por Sus santos (el arrebatamiento) coincide con Su venida con Sus<br />

santos para ejecutar los juicios sobre la apostasía descrita en los versículos 3–12. Esta identificación está abierta a objeciones pues el día del Señor es en la Escritura siempre<br />

día de juicios e ira, y así como el creyente es llamado a esperar la Venida del Señor y a desearla como un bien (cf., p.e., Tit. 2:13), el día del Señor y la manifestación del mis‐<br />

mo son cosas presentadas como espantosas (Am. 5:18–20). Es por ello que Pablo dice a los creyentes: «no nos ha puesto Dios para ira (el día del Señor, ver 1 Ts. 5:2–3), sino<br />

para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo (véase v. 4)» (1 Ts. 5:9). (N. del T.).

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