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dro, y en Tito 1:12 de Epiménides. J. Rendel Harris afirma que encuentra alusiones en las Epístolas de Pablo a Píndaro, Aristófanes y a otros escritores griegos.<br />
No hay razón alguna por la que Pablo no estuviera familiarizado con la literatura griega, aunque no se tiene que forzar el argumento para demostrarlo. Pablo sabía,<br />
naturalmente, que estas palabras habían sido escritas acerca de Zeus (Júpiter), no de Jehová, pero aplica la idea aquí a su argumento acabado de exponer de<br />
que todos los hombres son linaje de Dios.<br />
29. No debemos pensar (ouk opheilomen nomizein). Se trata de una conclusión lógica (oun, por tanto) derivada del mismo lenguaje de Arato y Cleantes.<br />
Que la Divinidad sea semejante (to theion einai homoion). Infinitivo con acusativo de referencia general en discurso [p 337] indirecto. to theion es estrictamente<br />
«la divina» naturaleza, como theiotës (Ro. 1:20), más bien que como theotës (Col. 2:9). Pablo puede haber empleado to theion aquí para volver más allá de sus<br />
conceptos de varios dioses a la verdadera naturaleza de Dios. Los atenienses pueden incluso haber empleado el término ellos mismos. Después de homoios<br />
(semejante) se emplea el caso instrumental asociativo como con chrusöi, arguröi, lithöi. Escultura de arte y de imaginación de hombres (charagmati technës kai<br />
enthumëseös anthröpou). Aposición con lo anterior y por tanto charagmati en el caso asociativo instrumental. Literalmente, una imagen de talla, de charassö,<br />
entallar, tallar, una vieja palabra, pero en el N.T. sólo aquí y en Apocalipsis (de la marca de la Bestia). Obra de arte (technës) esculpida u obra externa, y de pensamiento<br />
o imaginación (enthumëseös) o concepción interna del hombre.<br />
30. Los tiempos de esta ignorancia (tous chronous tës agnoias). Los tiempos antes que llegara el pleno conocimiento de Dios en Jesucristo. Pablo utiliza<br />
esta misma palabra de su ignorancia (agnoountes) usada en el versículo 23. Habiendo pasado por alto (huperidön). Participio aoristo segundo, voz activa, de<br />
huperoraö o hupereidö, viejo verbo, ver más allá, no ver, mirar por encima, pasar por alto. Solamente aquí en el N.T. Aparece en la LXX en el sentido de pasar<br />
por alto o descuidar (Sal. 18:6; 55:1). Pero aquí tiene sólo una fuerza negativa. Dios ha objetado siempre al politeísmo de los paganos, y ahora lo deja bien claro.<br />
En Sabiduría tenemos estas palabras (11:23): «cierras los ojos a los pecados de los hombres para que se arrepientan». Ahora (ta nun). Acusativo de referencia<br />
general, «en cuanto a las cosas, o a la situación actual». Todo es cambiado ahora que Cristo ha llegado con el pleno conocimiento de Dios. Véase igualmente<br />
27:22. A todos en todo lugar (pantas pantachou). Sin excepciones de ningún tipo. Que se arrepientan (metanoein). Presente de infinitivo activo de metanoeö en<br />
mandamiento indirecto, un mandamiento permanente y siempre en vigor. Para metanoeö véase en Hechos 2:38 y los Evangelios Sinópticos. Esta palabra era el<br />
mensaje del Bautista, de Jesús, de Pedro, de Pablo: un cambio radical de actitud y de vida.<br />
31. Por cuanto (kathoti). En base a que (kata, hoti). Una antigua conjunción causal, pero empleada en el N.T. solamente en los escritos de Lucas (Lc. 1:7;<br />
19:9; Hch. 2:45; 4:35; 17:31). Ha establecido un día (estësen hëmeran). Primer aoristo de indicativo, voz activa, de histëmi, poner, colocar, establecer. Dios ha<br />
establecido un día en su consejo y lo cumplirá a su debido tiempo. Va a juzgar (mellei krinein). Mellö y el presente de infinitivo activo de krinö. Pablo cita aquí el<br />
Salmo 9:8, donde krinei aparece. Por aquel varón a quien designó (en andri höi hörisen). Aquí añade al Salmo el lugar y la función de Jesucristo, un pasaje en<br />
armonía con las propias palabras de Cristo en Mateo 25. Höi (a quien) es atraído del acusativo, objeto de hörisen (primer aoristo de indicativo activo de horizö), al<br />
caso del antecedente andri. Se ha dicho que Pablo abandonó el sencillo evangelio en su discurso al consejo del Areópago en favor de la filosofía, pero ¿es así?<br />
Captó habilidosamente la atención de ellos mediante una referencia a un altar al DIOS DESCONOCIDO que él presenta como Creador de todas las cosas y de<br />
todos los hombres, que rige todo el mundo y que ahora manda que todos se arrepientan, habiendo revelado su voluntad acerca de un día de juicio cuando Jesucristo<br />
será el Juez. Ha predicado la unidad de Dios, el Dios único y verdadero; ha proclamado el arrepentimiento, un día de juicio, a Jesús como Juez tal como<br />
queda acreditado por su Resurrección, grandes doctrinas fundamentales, e indudablemente tenía mucho más que decir si no se hubiera visto interrumpido. No<br />
hay razón para tal acusación contra Pablo. Se mostró parejo a la ocasión e hizo una magistral exposición del puesto y poder de Dios en la historia humana.<br />
Dando fe (pistin paraschön). Participio aoristo segundo, voz activa, de parechö, antiguo verbo, proveer, empleado regularmente por Demóstenes para la presentación<br />
de evidencias. Nótese este antiguo uso de pistis como convicción o base de confianza (He. 11:1) como un título de propiedad, una escritura pública,<br />
una convicción que reposa sobre una sólida base factual. Todos los demás empleos de pistis surgen de éste derivándose de peithö, persuadir. Con haberle levantado<br />
de los muertos (anastësas auton ek nekrön). Participio aoristo primero activo de anistëmi, participio causal, pero literalmente, «habiéndole resucitado de<br />
los muertos». Pablo sabía que esto era verdad porque él mismo había visto al Cristo resucitado. Pablo ha llegado ahora al fondo de la cuestión, y podría echar luz<br />
acerca de su malentendido con respecto a «Jesús y la Resurrección» (v. 18). Aquí Pablo ha dado la prueba de todas sus afirmaciones en el discurso que les<br />
habían parecido nuevas y extrañas.<br />
32. De la resurrección de los muertos (anastasin nekrön). Más bien «de resurrección de muertos». Sin artículo en ninguna de ambas palabras. Los griegos<br />
creían que las almas de los muertos seguían viviendo, pero no tenían la concepción de la resurrección del cuerpo. Habían escuchado respetuosamente hasta<br />
que Pablo habló de la verdadera resurrección de Jesús de entre los muertos como un hecho, y entonces ya no quisieron oír más. Unos se burlaban (hoi men<br />
echleuazon). Imperfecto activo de chleuazö, un verbo común (de chleuë, escarnio, burla). Únicamente aquí en el N.T., aunque hay MSS. tardíos que lo tienen en<br />
2:13 (los mejores MSS. tienen diachleuazö). Probablemente incoativo aquí, comenzaron a burlarse. Haciendo escarnio de la declaración de Pablo, rehusaron<br />
escuchar más a «este charlatán» (v. 18) que ahora había perdido lo que había ganado ante este grupo de oyentes (probablemente los triviales y petulantes epicúreos).<br />
Pero otros dijeron (BAS) (hoi de eipan). Un grupo más educado entre los que le habían invitado a hablar (v. 19). No estaban convencidos, pero tenían cortesía,<br />
y estaban por tanto a favor de un receso. Esto se hizo, aunque no está claro si se trataba de un aplazamiento serio o de una cortés negativa a oír más a<br />
Pablo (probablemente esto último). Se trataba de un fin de la audiencia. «Es una triste historia -la más noble de las ciudades de la antigüedad y el más noble de<br />
los hombres de la historia—, y él nunca se cuidó de volverse a ocupar acerca de ello» (Furneaux).<br />
33. Y así salió Pablo de en medio de ellos (houtös ho Paulos exëlthen ek mesou autön). No más preguntas, ningún esfuerzo en arrestarlo, ni más ridiculizaciones.<br />
Salió de allí para no volver nunca más a Atenas. ¿Había fracasado?<br />
34. Se unieron a él y creyeron (kollëthentes autoi episteusan). Primer aoristo pasivo de esta intensa palabra kollaö, colar a, común en Hechos (5:13;<br />
8:29; 9:26; 10:28). Ningún sermón es un fracaso si lleva a un grupo de hombres (andres) a creer (aoristo ingresivo de pisteuö, «creyeron») en Jesucristo. Muchos<br />
de los pretendidos grandes sermones no consiguen tal cosecha. Dionisio el aeropagita (Dionusios ho Areopagitës). Uno de los jueces de la Corte del Areópago.<br />
Ésta no era poca victoria por sí misma. Era uno de este consejo de doce jueces que sirvió entre otras cosas para hacer famosa a Atenas. Eusebio dice que vino<br />
posteriormente a ser obispo de la Iglesia en Atenas, y que murió mártir. Una mujer llamada Dámaris (gunë onomati Damaris). Una mujer de nombre Dámaris. No<br />
la esposa de Dionisio, como algunos han pensado, sino una mujer aristócrata, no necesariamente una instruida cortesana, como mantiene Furneaux. Y había<br />
«otros» (heteroi) con ellos, un grupo lo suficientemente grande como para mantener el fuego ardiendo en Atenas. Se suele decir que Pablo alude en 1 Corintios<br />
2:1–5 a su fracaso en Atenas con la filosofía, cuando descuidó predicar a Cristo crucificado, y que decidió no volver a cometer nunca tal error. Por otra parte,<br />
Pablo decidió mantenerse en la predicación de la Cruz de Cristo a pesar del hecho de que el orgullo intelectual y la cultura superficial de Atenas habían impedido<br />
un mayor éxito. Al afrontar Corinto con su recubrimiento de cultura e imitación de la filosofía y su repentino enriquecimiento, podía ir allí con el mismo evangelio<br />
de la Cruz, el único evangelio que Pablo conocía o predicaba. Y fue una cosa magnífica dar al mundo un sermón como el predicado en Atenas.