JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios
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142 SALMO <strong>119</strong>: UNA ODISEA AL CORAZÓN DE DIOS<br />
creyentes tienen una perspectiva incorrecta o una perspectiva incompleta.<br />
Después <strong>de</strong> escuchar a muchos predicadores <strong>de</strong> hoy en día, nos veríamos<br />
obligados a concluir que éstos tienen una perspectiva negativa.<br />
Vivimos en los últimos días antes <strong>de</strong> la segunda venida <strong>de</strong> Cristo. Se nos<br />
ha dicho que los m<strong>al</strong>os hombres irán <strong>de</strong> m<strong>al</strong> en peor (2 Ti. 3:13). El Señor<br />
]esucristo, en Lucas 17:26-30, comparó este tiempo a los días <strong>de</strong> Sodoma y<br />
Gomarra V a los días <strong>de</strong> Noé en Génesis 6.<br />
No hay'forma en que podamos cerrar los ojos ante la m<strong>al</strong>dad e iniquidad<br />
que nos ro<strong>de</strong>a en este mundo pecaminoso. Sin embargo, no tenemos que<br />
<strong>de</strong>jar que t<strong>al</strong> inmundicia corrompa nuestra perspectiva. Po<strong>de</strong>mos enfocarnos<br />
en la inmundicia, o po<strong>de</strong>mos maravillarnos <strong>de</strong> la misericordia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />
La elección es nuestra. ¿Cómo ocupará usted su mente?<br />
La conclusión <strong>de</strong>l s<strong>al</strong>mista es nada menos que asombrosa. Todo lo que<br />
David vio y experimentó en este mundo era suficiente para opacarle el ánimo<br />
a cu<strong>al</strong>quiera. ¡Pero <strong>Dios</strong> era su porción! Esto le consumía. Ardía en su<br />
interior continuamente. Toda su vida se vio afectada por ello. Yo quiero<br />
tener una perspectiva como la <strong>de</strong> él. Quiero po<strong>de</strong>r ver este mundo lleno <strong>de</strong><br />
con<strong>de</strong>nación y <strong>de</strong> gente necesitada y po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>cir: «De tu misericordia, oh<br />
Jehová, está llena la tierra».<br />
El examinar los efectos <strong>de</strong>l pecado se ha vuelto una industria entre los<br />
cristianos. Hay una cantidad <strong>de</strong> publicaciones cuya única función es la <strong>de</strong><br />
enfocar <strong>al</strong> creyente en lo m<strong>al</strong> que están las cosas en este mundo. Los titulares<br />
anuncian a voz en cuello la m<strong>al</strong>dad <strong>de</strong> este mundo. Los pecados se enumeran,<br />
se cat<strong>al</strong>ogan y se an<strong>al</strong>izan.<br />
Necesitamos estar conscientes <strong>de</strong>l pecado y nunca tornarnos inmunes a<br />
su veneno. Pero no necesitamos que t<strong>al</strong> perspectiva absorba el enfoque <strong>de</strong><br />
nuestra atención. El pecado ha formado parte <strong>de</strong> la raza humana <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Adán,<br />
y continuará formándola hasta que el postrer Adán (1 Ca. 15:45) regrese.<br />
Sí, las cosas andan m<strong>al</strong>. El pecado es horrible. La sociedad se <strong>de</strong>teriora a<br />
diario. No hay duda <strong>de</strong> ello. Pero también sé por qué ocurre esto. También<br />
sé que será imposible repararlo hasta que el Rey <strong>de</strong> reyes esté sentado sobre<br />
su trono en]erus<strong>al</strong>én. Sé por qué El permite que el pecado continúe abundando.<br />
Sé que su P<strong>al</strong>abra dice: «El Señor no retarda su promesa, según <strong>al</strong>gunos<br />
la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que<br />
ninguno perezca, sino que todosprocedan <strong>al</strong> arrepentimiento» (2 P. 3:9).<br />
Usted pue<strong>de</strong> subir a un avión en un día nublado <strong>de</strong> invierno sólo para<br />
<strong>de</strong>scubrir que una vez que el piloto eleva la nave sobre las nubes el sol brilla<br />
radiantemente. Por encima <strong>de</strong> las nubes <strong>de</strong>l pecado hay un sol brillante que<br />
<strong>de</strong>slumbra. La verdad <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> nunca ha variado. «De tu misericordia, ohJehová,<br />
está llena la tierra.»<br />
Así es como guardo mi perspectiva. Por eso no me he convertido en un hombre<br />
duro y amargado que anda por la c<strong>al</strong>le gritándole a todos que el fin <strong>de</strong>l<br />
mundo se acerca. Sí proclamo el fin <strong>de</strong>l mundo. Pero lo hago con una perspectiva<br />
matizada por el hecho <strong>de</strong> la misericordia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> sobre los creyentes. La<br />
tierra está llena <strong>de</strong> ella. Por ello es que todavía <strong>Dios</strong> me pue<strong>de</strong> enseñary mol<strong>de</strong>ar<br />
según estime necesario. «Ensbiame tus estatutos» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:64b).