JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios
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VIVIENDO LA PALABRA DE DIOS 205<br />
en la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Él inició esta estrofa proclamando su amor por la<br />
P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Ahora no pue<strong>de</strong> contenerse. Entre más crece en la P<strong>al</strong>abra<br />
<strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, más dulce se torna ésta.<br />
En el <strong>S<strong>al</strong>mo</strong> 104:34 David <strong>de</strong>clara: «Dulce será mi meditación en él;yo me<br />
regocijaré en Jehová». La P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> <strong>de</strong>bería ser dulce a nuestro p<strong>al</strong>adar.<br />
Si no lo es, es porque existe <strong>al</strong>gún problema.<br />
¿Ha observado que cuando uno está enfermo, a veces esto afecta el sentido<br />
<strong>de</strong>l gusto? Sus platillos favoritos no saben igu<strong>al</strong>. La comida es la misma;<br />
es la enfermedad <strong>de</strong> su cuerpo la que tempor<strong>al</strong>mente ha afectado su sentido<br />
<strong>de</strong>l gusto. Cuando la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> no le sea dulce a su p<strong>al</strong>adar, recuer<strong>de</strong><br />
que el problema no está en la Biblia.<br />
Al profeta Ezequiel le fue dado up.rollo que contenía las p<strong>al</strong>abras <strong>de</strong> <strong>Dios</strong><br />
y le fue or<strong>de</strong>nado que lo comiera. El también <strong>de</strong>scubrió la dulzura <strong>de</strong> tener<br />
las p<strong>al</strong>abras <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> en su boca.<br />
Me dijo: Hijo <strong>de</strong> hombre, come lo que h<strong>al</strong>las; como este rollo,y ve y habla a<br />
la casa <strong>de</strong> Israel. Y abrími boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo:<br />
Hijo <strong>de</strong> hombre, <strong>al</strong>imenta tu vientre, y llena tus entrañas <strong>de</strong> este rollo que<br />
yo te doy. Y lo comí, y fue en mi bocadulce como miel. Luego me dijo: Hijo<br />
<strong>de</strong> hombre, ve y entra a la casa <strong>de</strong> Israel, y habla a ellosmis p<strong>al</strong>abras (Ez.<br />
3:1-4).<br />
Sencillamente no hay sabor tan dulce como el <strong>de</strong> las p<strong>al</strong>abras <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />
Jeremías sabía esto. «Fueron h<strong>al</strong>ladas tus p<strong>al</strong>abras, y yo las comí;y tu p<strong>al</strong>abra me<br />
fue por gozo y por <strong>al</strong>egría <strong>de</strong> mi <strong>corazón</strong>; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh<br />
Jehová <strong>Dios</strong> <strong>de</strong> los ejércitos» aero 15:16). ,<br />
Job no podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> <strong>de</strong>sear las p<strong>al</strong>abras <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. El dijo: «Del mandamiento<br />
<strong>de</strong> tus labios nunca me separé; guardé las p<strong>al</strong>abras <strong>de</strong> su boca más que mi<br />
comida» Gob 23:12).<br />
Hay <strong>al</strong>go más que usted necesita saber acerca <strong>de</strong> darse un festín en la<br />
increíblemente rica P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Como todo <strong>al</strong>imento rico, a veces empieza<br />
a hacer efecto horas más tar<strong>de</strong>, cuando uno empieza a digerirlo.<br />
Juan experimentó esto en el libro <strong>de</strong>l Apoc<strong>al</strong>ipsis. La escena se <strong>de</strong>sarrolla<br />
cuando Juan recibe las p<strong>al</strong>abras <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> que <strong>de</strong>berá profetizar.<br />
La voz que oí <strong>de</strong>l cielo habló otra 'vez conmigo, y dijo: fié y toma el librito<br />
que está abierto en la mano <strong>de</strong>l ángel que está en pie sobre el mary sobre la<br />
tierra. Y fui <strong>al</strong> ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: TOma,<br />
y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu bocasera dulce como la miel.<br />
Entonces tomé el librito <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l ángel, y lo comí;y era dulce en mi<br />
boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre<br />
(Ap. 10:8-10).<br />
La Biblia tiene un sabor dulce para todo aquel que le tenga amor. Pero es<br />
un libro que es necesario digerir, y a veces esa digestión pue<strong>de</strong> causar un<br />
caso serio <strong>de</strong> indigestión espiritu<strong>al</strong>. Nuevamente, el problema no está en la