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JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

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192 SALMO <strong>119</strong>: UNA ODISEA AL CORAZÓN DE DIOS<br />

que le da vida en su aflicción presente y será la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> la que le dará<br />

victoria en cu<strong>al</strong>quier situación que enfrente.<br />

Ha ocurrido antes<br />

«Si tu ley no hubiese sido mi <strong>de</strong>licia,ya en mi aflicción hubiera perecido. Nunca<br />

jamás me olvidaré <strong>de</strong> tus mandamientos, porque con ellos me has vivificado»<br />

(S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:92, 93).<br />

En los versículos 81-88, David se vio empujado hasta ellimite mismo <strong>de</strong> su<br />

resistencia. Se vio casi echado por tierra, pero sólo casi. Ahora lo vemos<br />

clamando en victoria. ¡La P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> permanece en los cielos para siempre!<br />

-David, ¿cómo lo lograste? ¿Pue<strong>de</strong>s compartírnoslo?<br />

-«Si tu ley no hubiese sido mi <strong>de</strong>licia,ya en mi aflicción hubiera perecido.»<br />

La conquista <strong>de</strong> David surgió a través <strong>de</strong> la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. La victoria<br />

en su propia vida proviene <strong>de</strong> la misma fuente: la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />

Existe otra distinción importante que <strong>de</strong>bemos observar en este versículo.<br />

No fue el conocimiento que David tenía <strong>de</strong> la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> 10 que le dio<br />

la victoria, sino su amor por ella. «Si tu le)' no hubiese sido mi <strong>de</strong>licia.» La<br />

p<strong>al</strong>abra <strong>de</strong>licia enfatiza el gozo intenso que siente. Es su amor por el Libro<br />

Divino lo que podrá sacarlo a<strong>de</strong>lante en los momentos <strong>de</strong> aflicción terrible,<br />

cuando usted ha llegado hasta el límite.<br />

Este es el <strong>corazón</strong> <strong>de</strong> este gran s<strong>al</strong>mo: el amor por la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />

Observe cómo se enfatiza este aspecto repetidas veces en este s<strong>al</strong>mo. «Pues<br />

tus testimonios son mis <strong>de</strong>licias)' mis consejeros» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:24). «Vengan a mítus<br />

misericordias, para que viva, porque tu leyes mi <strong>de</strong>licia» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:77). «He <strong>de</strong>seado<br />

tu s<strong>al</strong>vación, ohJehová,)' tu le)' esmi <strong>de</strong>licia» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:174).<br />

Debiéramos escuchar 10 que dice David, un hombre que sufrió más aflicción<br />

que lo que la mayoría <strong>de</strong> nosotros podríamos imaginar. El fue un hombre<br />

que nunca olvidaría lo que su amor por la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> había hecho<br />

en su vida. «Nuncajamás me olvidaré <strong>de</strong> tus mandamientos, porque con ellosme<br />

has vivificado» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:93).<br />

En el versículo 88 David le pidió a <strong>Dios</strong> que lo vivificara. Aquí vemos la<br />

respuesta a esa oración. También vemos que su oración fue respondida a<br />

través <strong>de</strong> la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. En toda aflicción <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> David, fue la<br />

P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> la que le dio s<strong>al</strong>vación.<br />

Está ocurriendo ahora<br />

David era lo suficientemente maduro y re<strong>al</strong>ista para saber que para el<br />

creyente que vive en esta tierra, la aflicción nunca queda tot<strong>al</strong>mente en el<br />

pasado. No po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>scansar sobre lo que ha ocurrido, porque la aflicción<br />

siempre surgirá mientras vivamos esta vida.<br />

Después <strong>de</strong> hablar sobre lo que <strong>Dios</strong> hizo para s<strong>al</strong>varle en el pasado, David<br />

cambia su expresión a tiempo presente. Confiesa su fe continua en que la<br />

P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> le s<strong>al</strong>vará <strong>de</strong> todo peligro presente. «Tuyo so)', sálvame, porque<br />

he buscado tus mandamientos. Los impíos me han agum'dado para <strong>de</strong>struirme;<br />

mas)'o consi<strong>de</strong>raré tus testimonios» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:94, 95).<br />

David apela a la s<strong>al</strong>vación <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> basándose en la re<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> que él

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