10.05.2013 Views

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CASI ECHADO POR TIERRA, PERO SÓLO CASI 177<br />

No hay mejor manera <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir esto que <strong>de</strong>cir que Él fue como una<br />

vieja bota <strong>de</strong> cuero, colgada sobre el fuego <strong>de</strong>l infierno para secarla. Job no<br />

podría haber entendido la forma maravillosa en la que él también nos ilustra<br />

la angustia <strong>de</strong> Cristo en la cruz. El dijo: «¡VIi piel se ha ennegrecido y seme cae,<br />

y mis huesos ar<strong>de</strong>n <strong>de</strong> c<strong>al</strong>or» (lob 30:30).<br />

¿Cree que está siendo objeto <strong>de</strong> trato injusto por parte <strong>de</strong> su enemigo que<br />

cava hoyos para ten<strong>de</strong>r trampas en su camino? Consi<strong>de</strong>re lo que tuvo que<br />

sufrir nuestro Maestro y Señor. En otra profecía mesiánica, David escribió:<br />

«Porque sin causa escondieron para mísu red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo<br />

para mi <strong>al</strong>ma» (S<strong>al</strong>. 35:7).<br />

Ya vimos que la primera vez que un hombre en la Biblia es echado en un<br />

hoyo fue en el caso <strong>de</strong>José: otro tipo <strong>de</strong> Cristo. Dos gran<strong>de</strong>s tipos <strong>de</strong> Cristo,<br />

David y José, ilustran la constante bat<strong>al</strong>la que Satanás libra intentando atrapar<br />

<strong>al</strong> Señor.<br />

La persecución <strong>de</strong>scarada no fue <strong>al</strong>go <strong>de</strong>sconocido para el Señor. Hay<br />

muchas referencias bíblicas que vienen a la mente, pero Mateo 26:60,61 es<br />

un ejemplo representativo <strong>de</strong> ellas. «yno lo h<strong>al</strong>laron, aunque muchos testigos<br />

f<strong>al</strong>sos sepresentaban. Pero <strong>al</strong> fin vinieron dos testigos f<strong>al</strong>sos, que dijeron: Este dijo:<br />

Puedo <strong>de</strong>rribar el templo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, yen tres días reedificarlo.»<br />

Cuando estamos justo en el límite <strong>de</strong> nuestras fuerzas, cuando estamos<br />

débiles y a punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>splomarnos, sólo tenemos que ver el ejemplo <strong>de</strong> nuestro<br />

Señor cuando fue colgado <strong>de</strong> esa cruz. Isaías nos <strong>de</strong>scribe la escena gráficamente.<br />

«Ciertamente llevó él nuestras enfermeda<strong>de</strong>s, y sufrió nuestros dolores; y<br />

nosotros le tuuimos por azotado, por herido<strong>de</strong> <strong>Dios</strong>y abatido. 2VIas él heridofue por<br />

nuestras rebeliones, molido por nuestrospecados; el castigo <strong>de</strong> nuestra paz fue sobre<br />

él,)' por su llagafuimos nosotros curados» (Is. 53:4, 5).<br />

Ahora bien, no pierda <strong>de</strong> vista lo siguiente. Aun las preguntas <strong>de</strong>sesperadas<br />

<strong>de</strong> David nos presentan un cuadro profético <strong>de</strong> lo que el Señor sintió<br />

aquella tar<strong>de</strong> en la cruz. Sí, el Perfecto, Aquel que no conoció pecado, clamó:<br />

«Cerca <strong>de</strong> la hora novena, Jesús clamóa gmn voz, diciendo: EH, EH, ¿lama<br />

sabactani? Estoes: <strong>Dios</strong>mío, <strong>Dios</strong>mío, ¿porquéme has<strong>de</strong>samparado?» (Mt. 27:46).<br />

Aun esto había sido profetizado p<strong>al</strong>abra por p<strong>al</strong>abra por medio <strong>de</strong> David en<br />

el <strong>S<strong>al</strong>mo</strong> 22:1.<br />

Todo lo que David sufrió, todo lo que usted yyo podamos sufrir, todo ello<br />

lo sufrió el SeñorJesucristo. «Porque no tenemosun sumo sacerdote que nopueda<br />

compa<strong>de</strong>cerse <strong>de</strong> nuestras <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s, sino uno que fue tentado en todo según<br />

nuestra semejanza, pero sin pecado» (He. 4:15).<br />

No es pecado el ser llevado <strong>al</strong> límite mismo <strong>de</strong> las fuerzas humanas. El ser<br />

llevado hasta el límite no es necesariamente un indicativo <strong>de</strong> carn<strong>al</strong>idad. No<br />

constituye violar la fe el clamar en angustia ante un <strong>Dios</strong> que nos ama. Jesús<br />

lo hizo! Es por ello que Pedro escribe en 1 Pedro 4:12, 13: «Amados, no os<br />

sorprendáis <strong>de</strong>lfuego <strong>de</strong>prueba que osha sobreoenido, como si <strong>al</strong>guna cosa extraña<br />

osaconteciese, sinogozaospor cuantosois participantes<strong>de</strong> lospa<strong>de</strong>cimientos <strong>de</strong> Cristo,<br />

par'a que también en la revelación <strong>de</strong> su gloria osgocéis con gran <strong>al</strong>egría».<br />

Nuestro Señor Jesucristo fue llevado hasta el límite, casi echado por tierra,<br />

pero sólo casi. El diablo casi lo <strong>de</strong>rrota, pero sólo casi. Las esperanzas

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!