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JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

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312 SALMO <strong>119</strong>: UNA ODISEi\ AL CORAZÓN DE DIOS<br />

que es más, a <strong>de</strong>leitarse en ella. Él escogió <strong>al</strong>abar a <strong>Dios</strong>, cuando tenía todo<br />

motivo por el cu<strong>al</strong> cuestionar a <strong>Dios</strong>.<br />

El leer este libro no lo convertirá en una persona espiritu<strong>al</strong>. No resolverá<br />

los problemas <strong>de</strong> su vida. Nli oración es que le proporcione la información<br />

bíblica que usted necesite para tomar una <strong>de</strong>cisión correcta que le dé victoria<br />

aun en los problemas <strong>de</strong> la vida.<br />

Sea cu<strong>al</strong> sea la información que usted encuentre en la Biblia, en última<br />

instancia necesita tomar una <strong>de</strong>cisión. El conocimiento por sí solo no resuelve<br />

los problemas. En <strong>al</strong>gún punto <strong>de</strong>berá escoger aplicar la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong><br />

<strong>Dios</strong> a su propia vida.<br />

El camino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong><br />

Parte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión que tenemos que tomar es el permitir que <strong>Dios</strong> emprenda<br />

su camino en los problemas <strong>de</strong> nuestra vida y abandonar nuestros<br />

esfuerzos carn<strong>al</strong>es por ganar la victoria. Escogemos creer y obe<strong>de</strong>cer la P<strong>al</strong>abra<br />

<strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, pero esa <strong>de</strong>cisión no pue<strong>de</strong> activarse en el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la carne.<br />

Continuamente necesitamos recurrir a <strong>Dios</strong> para obtener la fuerza necesana<br />

para vencer.<br />

Esta es la i<strong>de</strong>a tras la oración <strong>de</strong> David: «Esté tu manoprontapara SOCOrTeT'lJte»<br />

(S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:173). David ahora necesita apoyarse en la po<strong>de</strong>rosa mano <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>,<br />

y no en su propia mano <strong>de</strong> carI}e. Frecuentemente he dicho <strong>al</strong> predicar que<br />

<strong>Dios</strong> no quiere ayudar a nadie. El quiere tomar control completo <strong>de</strong> nuestras<br />

vidas y no sólo darnos una ayudita. Sigo creyendo que eso es cierto y ése no<br />

es el sentir <strong>de</strong> la p<strong>al</strong>abra «socorrerme» que David usa en este versículo.<br />

Hay aquellos que nunca quieren ce<strong>de</strong>r el control <strong>de</strong> sus vidas. Quieren<br />

que <strong>Dios</strong> haga sólo aquellas cosas que ellos no pue<strong>de</strong>n hacer por sí mismos.<br />

Quieren un «empujón» y no una vida en sujeción a <strong>Dios</strong>. Lo que más les<br />

importa es retener el control. No compren<strong>de</strong>n que en juego está el señorío<br />

<strong>de</strong> Cristo. Estos son los individuos que necesitan ver que a <strong>Dios</strong> no le interesa<br />

sólo «socorrerlos», sino tomar el control completo <strong>de</strong> sus vidas.<br />

Cuando David clama a <strong>Dios</strong> por el socorro <strong>de</strong> su mano, él no está tratando<br />

<strong>de</strong> guardar el control <strong>de</strong> su vida. Senc:i11amente está reconociendo que<br />

sólo el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> pue<strong>de</strong> ayudarle en su situación. Es una confesión <strong>de</strong><br />

que el camino <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> es el único camino. /<br />

Este fue el dilema que enfrentó Pablo en Romanos 7. El había establecido<br />

el rumbo a la victoria sobre el pecado en Romanos 6. Pero entre más luchaba<br />

Pablo por ganar la victoria en su vida, más frustrado quedaba. En 10 intelectu<strong>al</strong>,<br />

él conocía 10 que la Biblia enseña. En la práctica, había escogido<br />

obe<strong>de</strong>cer la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Pero se h<strong>al</strong>ló a sí mismo en pecado. «Yyo séque<br />

en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; p01'que elquerer el bien estáen mí, pero<br />

no el hacerlo» (Ro. 7:18).<br />

El conocimiento está <strong>al</strong>lí; la <strong>de</strong>cisión ha sido tomada. Sin embargo, Pablo<br />

se ve a sí mismo con f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. No pue<strong>de</strong> cumplir 10 que ha <strong>de</strong>cidido. El<br />

resto <strong>de</strong> Romanos 7 y 8 nos muestra que sólo el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> pue<strong>de</strong> vencer<br />

la esclavitud <strong>de</strong> la carne.<br />

Somos una raza <strong>de</strong>sv<strong>al</strong>ida. Cuando se trata <strong>de</strong> vivir según el camino <strong>de</strong>

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