JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios
JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios
JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
266 SALMO <strong>119</strong>: L:NA ODISEA AL CORAZÓN DE DIOS<br />
ese bien conocido pasaje <strong>de</strong> Efesios 2. «Porque por gracia sois s<strong>al</strong>vos [hechos<br />
justos] P01" medio <strong>de</strong> la fe;y esto no <strong>de</strong> vosotros, pues es don <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> [su pacto con<br />
usted]; no por obras [el conformarse a unas normas], pam que nadie se glorie»<br />
(Ef. 2:8, 9).<br />
Hemos sido justificados por nuestra fe en la gracia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Esta es la<br />
promesa que <strong>Dios</strong> nos hace a nosotros, <strong>al</strong> igu<strong>al</strong> que 10 hizo con Abraham,<br />
según Pablo explica en Romanos 4:9-14.<br />
¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los <strong>de</strong> la circuncision, o<br />
también para los <strong>de</strong> incircuncision? Porque <strong>de</strong>cimos que a Abrabam le fue<br />
contada la fe por justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la<br />
circuncisión, o en la incircuncision] No en la circun cisión, sino en la<br />
incircuncisum. Y recibió la circuncisión comoseñ<strong>al</strong>, como sello <strong>de</strong> la justicia<br />
<strong>de</strong> la fe que tuvo estando aún incircunciso:para que fuese padre <strong>de</strong> todoslos<br />
creventes no circuncidados, a fin <strong>de</strong> que también a ellosla fe les sea contada<br />
porjusticia; y padre <strong>de</strong> la circuncisión, para los que no solamente son <strong>de</strong> la<br />
circuncisión, sino que también siguen las pisadas <strong>de</strong> la fe que tuvo nuestro<br />
padre Abrabam antes <strong>de</strong> ser circuncidado. Porque no por la ley fue dada a<br />
Abrabam o a su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia la p7wllCsa <strong>de</strong> que seria here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l mundo,<br />
sino por lajusticia <strong>de</strong> la fe. Porque si los que son <strong>de</strong> la ley son los here<strong>de</strong>ros,<br />
vana resulta la fe, y anulada la promesa.<br />
Luego, Pablo dice nuevamente: «Sino también con respecto a nosotrosa quienes<br />
ba <strong>de</strong> ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó <strong>de</strong> los muertos a<br />
Jesús, Señor nuestro, el cu<strong>al</strong>fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado<br />
para nuestraJitstificaclon» (Ro. 4:24, 25).<br />
Somos hechos justos por fe, y el justo por la fe vivirá (Ro. 1:17). La justicia<br />
es vivir por fe según aquello en lo que nos transformamos cuando aceptamos<br />
a Cristo como S<strong>al</strong>vador, porque hemos sido hechos participantes <strong>de</strong><br />
la natur<strong>al</strong>eza divina (2 P. 1:3,4).<br />
Todo lo que no proviene <strong>de</strong> fe es pecado. «Pero el que duda sobre lo que<br />
come, es con<strong>de</strong>nado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene <strong>de</strong> fe, es<br />
pecado» (Ro. 14:23). Aun el intentar conformarse a las «normas» <strong>de</strong> su iglesia,<br />
o a la misma Biblia.<br />
Si usted re<strong>al</strong>mente ama a sus hijos, no se <strong>de</strong>jará caer en el engaño <strong>de</strong><br />
pensar que pue<strong>de</strong> aislarlos <strong>de</strong> la m<strong>al</strong>dad <strong>de</strong> este mundo. Usted no esperará<br />
que ellos se conformen a un conjunto <strong>de</strong> normas que usted o que otra persona<br />
ha confeccionado. Usted les enseñará con su vida que ellos han <strong>de</strong> amar a<br />
<strong>Dios</strong> y a su P<strong>al</strong>abra por encima <strong>de</strong> todas las cosas. Usted les enseñará que<br />
nadie cumple la norma <strong>de</strong> justicia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> y que por ello es que Jesucristo<br />
murió en nuestro lugar en la cruz. Usted les enseñará que el <strong>Dios</strong> <strong>de</strong> justicia<br />
nos ha dado una p<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> justicia por la cu<strong>al</strong> hemos <strong>de</strong> vivir. Aun cuando<br />
pecamos, no <strong>de</strong>bemos olvidar su P<strong>al</strong>abra. El hijo que apren<strong>de</strong> estas lecciones<br />
a partir <strong>de</strong> su ejemplo quedará amparado contra la m<strong>al</strong>dad <strong>de</strong>l mundo y<br />
quedará mejor protegido que con el aislamiento más estricto que se pudiera<br />
proveer.