10.05.2013 Views

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CONSUMIDO, CARGADO Y EDIFICADO 73<br />

Confesando sus propios caminos<br />

«TI he manifestado mis caminos, y me has respondido» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:26).<br />

El s<strong>al</strong>mista no está hablando <strong>de</strong> manifestar los caminos <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Está<br />

hablando <strong>de</strong> sus propios caminos. Hasta ahora en el <strong>S<strong>al</strong>mo</strong> <strong>119</strong> hemos visto<br />

<strong>al</strong> s<strong>al</strong>mista añorando los caminos <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Ahora ha llegado a la misma conclusión<br />

a la cu<strong>al</strong> llegó en el versículo 5: él sabe que sus caminos por natur<strong>al</strong>eza<br />

no se dirigen a seguir los caminos <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. En el versículo 9 reconoció<br />

su necesidad <strong>de</strong> limpiar su camino. ¿Qué hizo entonces? Manifestó sus caminos<br />

ante <strong>Dios</strong>. Los reconoció. Otra forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirlo es <strong>de</strong>cir que «confesó»<br />

sus caminos a <strong>Dios</strong>. «Si confesamos nuestrospecados, él esfiel y justo para<br />

perdonar nuestrospecados, y limpiarnos <strong>de</strong> toda m<strong>al</strong>dad» (1Jn. 1:9).<br />

A nadie le gusta admitir sus equivocaciones. Sin embargo, ése es el punto<br />

<strong>de</strong> partida para recuperarse <strong>de</strong>l estar consumido. Todos queremos la ayuda<br />

<strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Pocos queremos confesar que no po<strong>de</strong>mos lograrlo por nosotros<br />

mismos. Nuestros caminos resultan en confusión, pecado, frustración, <strong>de</strong>bilidad,<br />

temor, etc. Pero los caminos <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> no son como nuestros caminos<br />

(Is. 55:8).<br />

David dijo que manifestó sus caminos a <strong>Dios</strong> y que <strong>Dios</strong> le respondió.<br />

¡Por supuesto que lo hizo! El confesar nuestros propios caminos a <strong>Dios</strong> es<br />

seguir sus caminos. Nuevamente, h<strong>al</strong>lamos estas p<strong>al</strong>abras en 1Juan 5:14, 15:<br />

«yesta esla confianza que tenemosen él, que sipedimos<strong>al</strong>guna cosa conforme a su<br />

voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cu<strong>al</strong>quiera cosa que pidamos,<br />

sabemos que tenemoslaspeticiones que le hayamosbecbo.»<br />

¿Sigue usted h<strong>al</strong>lando un pozo vacío cuando se acerca a la Biblia? Quizás<br />

el problema radica en su <strong>corazón</strong>. El problema ciertamente no radica en la<br />

P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Confiese sus pecados a <strong>Dios</strong>, presentando su <strong>corazón</strong> <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> El, para que pueda limpiarle con el lavamiento <strong>de</strong>l agua por la P<strong>al</strong>abra<br />

(Ef. 5:26). Sencillamente reconozca que lo que usted está haciendo no<br />

funciona, porque no es según su P<strong>al</strong>abra. Si usted lo hace, pue<strong>de</strong> estar seguro<br />

que Elle oye y le conce<strong>de</strong> los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> su <strong>corazón</strong>. Pero ¿cuál <strong>de</strong>be ser el<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> su <strong>corazón</strong>, si usted se ha cedido <strong>al</strong> control <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>?<br />

Nuevamente, seguimos la progresión <strong>de</strong> David, mientras él busca cómo levantarse<br />

<strong>de</strong>l polvo.<br />

Deseando conocimiento y entendimiento<br />

«TI he manifestado mis caminos, y me has respondido; enséñame tus estatutos.<br />

Hazme enten<strong>de</strong>r el camino <strong>de</strong> tus mandamientos, para que medite en tus maravillas»<br />

(S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:26, 27).<br />

David le pi<strong>de</strong> a <strong>Dios</strong> que le enseñe sus estatutos. Él quiere conocimiento.<br />

El verda<strong>de</strong>ro conocimiento <strong>de</strong> la Biblia sólo pue<strong>de</strong> provenir <strong>de</strong> su Autor.<br />

Parece un concepto tan sencillo, y sin embargo muchos nunca se dan cuenta<br />

que sólo <strong>Dios</strong> pue<strong>de</strong> enseñarnos la Biblia.<br />

La Biblia es un libro viviente, y sólo el Espíritu viviente <strong>de</strong>l <strong>Dios</strong> viviente<br />

pue<strong>de</strong> hacer que produzca vida en nosotros. En cuanto a este tema se <strong>de</strong>bería<br />

leer todo el capítulo 2 <strong>de</strong> 1 Corintios, pero consi<strong>de</strong>re los versículos 12­<br />

14:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!