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JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

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17<br />

CÓMO EL HOMBRE COMÚN<br />

LLEGA A SER POCO COMÚN<br />

Marauillosos son tus testimonios; por tanto, los ha guardado mi<strong>al</strong>ma.<br />

La exposición <strong>de</strong> tus p<strong>al</strong>abras <strong>al</strong>umbra; hace enten<strong>de</strong>r a los simples.<br />

Mi boca abríy suspiré, porque<strong>de</strong>seaba tus mandamientos. Mirame, y<br />

ten misericordia <strong>de</strong> mí, como acostumbras con los que aman tu nombre.<br />

Or<strong>de</strong>na mispasos con tu p<strong>al</strong>abra, y ninguna iniquidadseenseñoree<br />

<strong>de</strong> mi Librame <strong>de</strong> la violencia <strong>de</strong> los hombres, y guardaré tus mandamientos.<br />

Haz que tu rostro resplan<strong>de</strong>zca sobre tu siervo, y enséñame<br />

tus estatutos. Ríos <strong>de</strong> agua <strong>de</strong>scendieron <strong>de</strong> mis ojos, porque no<br />

guardaban tu ley.<br />

<strong>S<strong>al</strong>mo</strong> <strong>119</strong>:129-136<br />

l filósofo Platón creía que una élite pequeña <strong>de</strong>bía controlar <strong>al</strong> popula­<br />

Echo gener<strong>al</strong> por el bien <strong>de</strong> la república. Esta i<strong>de</strong>a ha s<strong>al</strong>ido a la superficie<br />

en muchas formas diferentes a lo largo <strong>de</strong> la historia humana. Si bien las<br />

luchas por el po<strong>de</strong>r entre grupos elitistas distintos surgen, siempre resulta<br />

ser el hombre común el que pelea, sufre y muere.<br />

Es poca sorpresa entonces ver que cuando los políticos prometen regresar<br />

el po<strong>de</strong>r <strong>al</strong> hombre común, la gente los recibe con entusiasmo. El problema<br />

es que esto nunca llega a concretarse. El comunismo prometía poner<br />

el po<strong>de</strong>r en manos <strong>de</strong>l pueblo. En este siglo, millones han muerto en la<br />

lucha por darle el po<strong>de</strong>r <strong>al</strong> proletariado. Pero el testimonio <strong>de</strong> las últimas<br />

décadas ha <strong>de</strong>mostrado que nuevamente el hombre común no ha sido más<br />

que un peón en manos <strong>de</strong> sus gobernantes.l\!1ientras la élite comunista vivía<br />

como reyes en p<strong>al</strong>acios, aunque vestían uniformes militares para tener aspecto<br />

<strong>de</strong> hombres comunes, los pobres seguían siendo pobres.<br />

En toda la historia sólo ha habido una manera re<strong>al</strong>mente efectiva <strong>de</strong> darle<br />

po<strong>de</strong>r <strong>al</strong> hombre común: entregarle una Biblia en sus manos, <strong>de</strong>cirle que ésta<br />

es la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> y equiparlo para atacar las puertas mismas <strong>de</strong>l infierno.<br />

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