JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios
JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios
JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
276 SALMO <strong>119</strong>: L'NA ODISEA AL CORAZÓN DE DIOS<br />
CONFIAR EN DIOS AL SENTIRSE<br />
DÉBIL Y AL SENTIRSE FUERTE (v. 149)<br />
«Oye mi voz conforme a tu misericordia; oh Jehová, vivifícame conforme a tu<br />
juicio» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:149).<br />
El confiar en <strong>Dios</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una posición <strong>de</strong> fuerza es tan fácil como <strong>de</strong>terminar<br />
la táctica ganadora <strong>de</strong> un partido <strong>de</strong> fútbol que se jugó ayer. David<br />
está orando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una posición <strong>de</strong> <strong>de</strong>bilidad en medio <strong>de</strong> su aflicción. La<br />
victoria espiritu<strong>al</strong> consiste en apren<strong>de</strong>r a confiar en <strong>Dios</strong> cuando nos sentimos<br />
fuertes y cuando nos sentimos débiles. Esto implica una relación continua<br />
con El, semejante <strong>al</strong> apren<strong>de</strong>r a clamar a <strong>Dios</strong> con tanto el <strong>corazón</strong><br />
como el <strong>al</strong>ma, y el apren<strong>de</strong>r a buscarle <strong>de</strong> día y <strong>de</strong> noche.<br />
Este breve versículo contiene dos peticiones. La primera es que <strong>Dios</strong> escuche<br />
<strong>al</strong> s<strong>al</strong>mista conforme a su misericordia. Esta es la base <strong>de</strong> la comunión:<br />
«conforme a tu misericordia». En oportunida<strong>de</strong>s anteriores David ha<br />
pedido la misericordia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:41,58,76,77,124,132). <strong>Dios</strong> nos<br />
ha provisto <strong>de</strong> mucho más que s910la s<strong>al</strong>vación <strong>de</strong>l infierno. N 9S ha abierto<br />
la puerta <strong>de</strong> la comunión con El en base a su misericordia. El no estaba<br />
obligado a hacerlo. Ni siquiera estaba obligado a s<strong>al</strong>varnos <strong>de</strong>l infierno.<br />
En el versículo 145 David pi<strong>de</strong> a <strong>Dios</strong> que le responda. En el versículo<br />
149 nos da la base <strong>de</strong> nuestra comunión, por la cu<strong>al</strong> El nos escucha y respon<strong>de</strong>:<br />
la misericordia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />
Debido a que <strong>Dios</strong> es quien es, darnos por sentado que Él es amante y<br />
misericordioso. Esperamos esto <strong>de</strong> El. Desafortunadamente, esto frecuentemente<br />
significa que nos volvemos <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cidos. Es lo inesperado lo que<br />
frecuentemente propicia nuestro agra<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong> <strong>corazón</strong>. Pero ¿no cree<br />
usted que <strong>de</strong>biéramos dar un mayor v<strong>al</strong>or a ese amor y misericordia que<br />
fluyen como un po<strong>de</strong>roso río que nunca se seca? ¿Re<strong>al</strong>mente apreciamos la<br />
misericordia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>?<br />
Mi madre es una santa. Nunca he conocido a una persona más dulce y<br />
poco egoísta que ella. Nunca la he visto ser otra cosa que amorosa y gentil.<br />
La he observado en toda clase <strong>de</strong> circunstancias y ella nunca me ha <strong>de</strong>cepcionado<br />
por la consistencia <strong>de</strong> su natur<strong>al</strong>eza maravillosamente dulce. T<strong>al</strong> vez<br />
es por eso que doy por sentado mi relación con ella y frecuentemente olvido<br />
<strong>de</strong>cirle cuánto es que re<strong>al</strong>mente la amo y aprecio.<br />
¿No es esto lo que hacemos con <strong>Dios</strong>? Sencillamente suponemos que su<br />
misericordia estará <strong>al</strong>lí para nosotros. jY lo está! Pero eso no es excusa para<br />
<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> reconocer que esa es la base por la cu<strong>al</strong> nos escucha cuando clamamos<br />
a El. ¿Por qué se levanta una madre a media noche para aten<strong>de</strong>r a su<br />
hijo que llora? Es su misericordia natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> madre. Esa es la base <strong>de</strong> su<br />
comunión con ese hijo.<br />
Cuando consi<strong>de</strong>ramos los versículos 147-148, también consi<strong>de</strong>ramos el<br />
<strong>S<strong>al</strong>mo</strong> 63:1-6 para ver el gran v<strong>al</strong>or que David había puesto sobre meditar<br />
en la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> <strong>de</strong> día y <strong>de</strong> noche. En el <strong>S<strong>al</strong>mo</strong> 63 David menciona la<br />
relación con la misericordia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, t<strong>al</strong> como lo hizo aquí en el <strong>S<strong>al</strong>mo</strong> <strong>119</strong>.<br />
«Porque mejor es tu misericordia que la uida; mis labios te <strong>al</strong>abarán. Asíte ben<strong>de</strong>ciré<br />
en mi vida; en tu nombre <strong>al</strong>zaré mis manos» (S<strong>al</strong>. 63:3,4).