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JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

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18 SALMO <strong>119</strong>: UNA ODISEA AL CORAZÓN DE DIOS<br />

S<strong>al</strong>omón tuvo problemas serios en su vida, uno <strong>de</strong> los cu<strong>al</strong>es fue su relación<br />

con mil mujeres. No es sorpresa que <strong>Dios</strong> usara el testimonio <strong>de</strong> David,<br />

su padre, para repren<strong>de</strong>rle.<br />

¡Pero, un momento! ¿No es este el mismo David que cometió adulterio<br />

con Betsabé, que luego mintió <strong>al</strong> respecto y cometió un asesinato <strong>de</strong>liberado<br />

para ocultarlo? Y estas p<strong>al</strong>abras en testimonio <strong>de</strong> David <strong>Dios</strong> las habló retrospectivamente.<br />

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre el pecado <strong>de</strong> David y el pecado <strong>de</strong><br />

S<strong>al</strong>omón? ¿Acaso es la cantidad <strong>de</strong> mujeres? No. De hecho, la diferencia no<br />

existe en cuanto <strong>al</strong> pecado, porque en términos <strong>de</strong>l pecado no hay diferencia.<br />

El pecado es el gran <strong>de</strong>nominador común entre los hombres. Nunca es<br />

asunto <strong>de</strong> la cantidad, ni <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong>l pecado porque el pecado es parte <strong>de</strong><br />

nuestra propia natur<strong>al</strong>eza. Todos somos igu<strong>al</strong>mente culpables <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />

Todo pecado es igu<strong>al</strong> <strong>de</strong> pecado, sea éste adulterio, asesinato, hipocresía,<br />

murmuraciones u otro pecado. No era la medida <strong>de</strong>l pecado lo que estableció<br />

una diferencia entre David y su hijo.<br />

Sólo existe una posibilidad para explicar la relación única que David tenía<br />

con <strong>Dios</strong>: su actitud <strong>de</strong> <strong>corazón</strong> hacia <strong>Dios</strong> y su P<strong>al</strong>abra. Esto no es una<br />

excusa para el pecado <strong>de</strong> David, ni significa que <strong>Dios</strong> lo pasara por <strong>al</strong>to.<br />

Sencillamente señ<strong>al</strong>a que, a pesar <strong>de</strong> su pecado, David no se <strong>de</strong>svió <strong>de</strong> su<br />

amor por <strong>Dios</strong> y por la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />

David era un hombre muy parecido <strong>al</strong> apóstol Juan. En la última cena,<br />

Juan tuvo el privilegio <strong>de</strong> recostar su cabeza sobre el pecho <strong>de</strong> Jesús y escuchar<br />

el latido <strong>de</strong>l <strong>corazón</strong> mismo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Juan también era un pecador que<br />

necesitaba la gracia <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Sin embargo,Juan se <strong>de</strong>stacó por ser el discípulo<br />

<strong>al</strong> que Jesús amaba (]n. 19:26; 20:2; 21:7, 20). Juan fue el apóstol que<br />

escribió ,ellibro <strong>de</strong>l Nuevo Testamento que trata sobre cómo conocer a <strong>Dios</strong>:<br />

1Juan. El también escribió el Apoc<strong>al</strong>ipsis, el libro que hace encajar a toda la<br />

Biblia.<br />

David también tenía una relación <strong>de</strong> amor hacia <strong>Dios</strong> que no podía romperse,<br />

ni aun por su terrible pecado. David pecó, lo reconoció, encaró las<br />

consecuencias y continuó siguiendo a <strong>Dios</strong>. S<strong>al</strong>omón también pecó, pero<br />

permitió que sus muchas mujeres apartaran su <strong>corazón</strong> <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. David escribió<br />

el libro <strong>de</strong>l Antiguo Testamento que trata sobre cómo conocer a <strong>Dios</strong>:<br />

los <strong>S<strong>al</strong>mo</strong>s. Su actitud <strong>de</strong> <strong>corazón</strong> hizo que David fuese diferente, y no hay<br />

lugar mejor en las Escrituras para ver esa actitud hacia la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong><br />

que en el <strong>S<strong>al</strong>mo</strong> <strong>119</strong>.<br />

APARIENCIA: LO QUE PREPARÓ A DAVID PARA EL LIDERAZGO<br />

El rey Saúl tenía la imagen popular que todo rey <strong>de</strong>bía tener. Era <strong>al</strong>to,<br />

guapo y obviamente tenía la apariencia <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>r. «y tenía él un hijo que se<br />

llamaba Saúl,joven y hermoso. Entre los hijos <strong>de</strong> Israelno había otro más hermoso<br />

que él; <strong>de</strong> hombros arribasobrepasaba a cu<strong>al</strong>quiera <strong>de</strong>lpueblo» (1 S. 9:2). Lo que<br />

no tenía era un <strong>corazón</strong> como el <strong>de</strong> David.<br />

Es evi<strong>de</strong>nte que David no sobres<strong>al</strong>dría en una multitud a causa <strong>de</strong> su apariencia<br />

exterior. Cuando Samuel fue a la casa <strong>de</strong> Isaí para ungir <strong>al</strong> nuevo rey,

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