10.05.2013 Views

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

LA ORACIÓN QUE CAPTURA EL CORAZÓN DE DIOS 97<br />

Un <strong>de</strong>seo a satisfacerse<br />

El oprobio no es una p<strong>al</strong>abra que usamos todos los días. David está<br />

pidiéndole a <strong>Dios</strong> que proteja su testimonio. El sufrir oprobio es sufrir<br />

vergüenza. Esta petición tiene que ver con la consciencia. Por favor, comprenda<br />

lo siguiente: el oprobio es <strong>al</strong>go que David teme. Esta es una ment<strong>al</strong>idad<br />

poco común hoy en día, cuando hay tanta gente <strong>de</strong>svergonzada.<br />

Esta gente sirve sólo a sus propios intereses sin importarles lo que piensen<br />

los <strong>de</strong>más, cómo afecten a los <strong>de</strong>más o las consecuencias que sufrirá<br />

su reputación.<br />

¿Qué ha ocurrido con la gente que temía tener un m<strong>al</strong> nombre? Hay<br />

quienes se <strong>de</strong>leitan en engañar a otros, como si fuera una med<strong>al</strong>la <strong>al</strong> mérito.<br />

Hoy día la gente en bancarrota es tan común como la gente con resfriado.<br />

«¿Oprobio sobre mi carácter? ¿Yeso qué es? ¿A quién le importa?» ¿Compren<strong>de</strong><br />

usted lo que es temer el oprobio?<br />

UfC LlI¡ftpr(Jfftis(J tI establecerse<br />

David ha concluido en su <strong>corazón</strong> que los, juicios <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> son buenos.<br />

Esto es, <strong>Dios</strong> es justo en todo lo que hace. El le pi<strong>de</strong> a <strong>Dios</strong> que <strong>al</strong>eje el<br />

oprobio <strong>de</strong> sí, porque compren<strong>de</strong> a ciencia cierta que se merece todas las<br />

consecuencias <strong>de</strong> los pecados que haya cometido. T<strong>al</strong> conclusión es resultado<br />

<strong>de</strong> creer la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />

¡Cuán diferentes serían nuestras vidas si re<strong>al</strong>mente creyéramos que los<br />

juicios <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> son buenos! Con <strong>de</strong>masiada frecuencia vemos a <strong>al</strong>gún creyente<br />

que sufre consecuencias aplastantes y entonces clama: «¡Esto no es<br />

justo!» Pero un poco <strong>de</strong> análisis revela que lo que ha ocurrido es sencillamente<br />

el resultado <strong>de</strong> pasar por <strong>al</strong>to lo que la Biblia enseña. ¿Qué es lo que<br />

no es justo? ¿Acaso <strong>Dios</strong> no es justo? ¿Acaso no lo son sus juicios? ¿Acaso el<br />

<strong>Dios</strong> <strong>de</strong>l cielo no es justo en todas sus acciones?<br />

Por un lapso <strong>de</strong> siete años, Nabucodonosor rey <strong>de</strong> Babilonia vivió con las<br />

bestias <strong>de</strong>l campo. Comió hierba como una vaca, su cabello creció y sus uñas<br />

llegaron a ser como garras <strong>de</strong> ave. Todo esto fue conforme a los juicios <strong>de</strong><br />

<strong>Dios</strong> que le fueron revelados por medio <strong>de</strong> un sueño interpretado por Daniel.<br />

Nabucodonosor podría haberse tomado en un hombre amargado. Hay<br />

otros que en actitud <strong>de</strong>safiante han levantado sus puños ante el rostro <strong>de</strong><br />

<strong>Dios</strong> por juicios menos severos. <strong>Dios</strong> quitó el oprobio <strong>de</strong>l rey, y el rey concluyó<br />

que los juicios <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> eran buenos.<br />

«Mas <strong>al</strong>fin <strong>de</strong>l tiempoyo Nabucodonossr <strong>al</strong>cémis ojos <strong>al</strong> cielo, y mi razón<br />

mefue <strong>de</strong>vuelta; y bendije <strong>al</strong>Altísimo, y <strong>al</strong>abéy glorifiqué<strong>al</strong> que vive pam<br />

siempre, cuyo dominio essempiterno, J' su reino pol'todas las eda<strong>de</strong>s. IOdos<br />

los habitantes <strong>de</strong> la tierra son consi<strong>de</strong>rados como nada;y él hace según su<br />

uoluntad en el ejército <strong>de</strong>l cielo, )' en los habitantes <strong>de</strong> la tierra, J' no hay<br />

quien <strong>de</strong>tenga su mano, y le diga: ¿QUéhaces? (Dn. 4:34,35).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!