JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios
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CÓMO ENFRENTAR PROBLEMAS DEMASIADO GRANDES 283<br />
<strong>al</strong> igu<strong>al</strong> que David lo hizo, que sólo si confían completamente en la P<strong>al</strong>abra<br />
<strong>de</strong> <strong>Dios</strong> podrán s<strong>al</strong>ir <strong>de</strong> la hora <strong>de</strong> la prueba.<br />
Ya sea que usted esté enterado o no <strong>de</strong> ello, hay cargos en su contra que<br />
han sido presentados en la corte celesti<strong>al</strong>. Nuestro adversario, el diablo, es<br />
un acusador que trabaja como un abogado acusador. Esta es la imagen que<br />
evoca Apoc<strong>al</strong>ipsis 12. «Entonces oí una gran voz en el cielo, que <strong>de</strong>cía: Ahora ha<br />
venido la s<strong>al</strong>vación, elpo<strong>de</strong>r; y el reino <strong>de</strong> nuestro <strong>Dios</strong>, y la autoridad <strong>de</strong> su Cristo;<br />
porque ha sido lanzadofuera el acusador <strong>de</strong> nuestroshermanos, el que losacusaba<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> nuestro <strong>Dios</strong> día y noche» (Ap. 12:10).<br />
Tenemos una cantidad increíble <strong>de</strong> <strong>de</strong>t<strong>al</strong>les en cuanto a este proceso en la<br />
historia <strong>de</strong>]ob. Los primeros dos capítulos <strong>de</strong>scriben una escena que ocurre<br />
en el cielo, cuando <strong>Dios</strong> y Satanás discuten sobre el carácter <strong>de</strong> Job.<br />
Probablemente es buena cosa que no enten<strong>de</strong>mos a fondo la gravedad <strong>de</strong><br />
esta situación, ¡porque entonces viviríamos aterrorizados! Si nos es molesto<br />
el ser llamados a comparecer ante un tribun<strong>al</strong> terreno, ¡imagínese lo que<br />
sería el compren<strong>de</strong>r re<strong>al</strong>mente los cargos que se presentan en nuestra contra<br />
en el cielo!<br />
La mayor parte <strong>de</strong> los problemas más apremiantes <strong>de</strong> nuestra vida no es<br />
más que un reflejo <strong>de</strong> la guerra espiritu<strong>al</strong> invisible que ocurre a nuestro<br />
<strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor, y frecuentemente complicamos el asunto con nuestro propio pecado.<br />
Esa es una <strong>de</strong> las razones por las cu<strong>al</strong>es necesitamos el po<strong>de</strong>r y la presencia<br />
<strong>de</strong> <strong>Dios</strong> diariamente en nuestras vidas y en toda situación. Sin embargo,<br />
estoy seguro que usted compren<strong>de</strong> que existen ciertos problemas que son<br />
tan gran<strong>de</strong>s que automáticamente sabemos que no podremos enfrentarlos<br />
solos. Es en estas ocasiones que necesitamos la ayuda <strong>de</strong> un buen abogado, y,<br />
gloria a <strong>Dios</strong>, contamos con uno. «Hijitos míos, estas cosas osescribo para que no<br />
pequéis; y si <strong>al</strong>guno hubierepecado, abogado tenemospara con el Padre, aJesucristo<br />
eljusto» (1]n. 2:1).<br />
Mientras examinamos las p<strong>al</strong>abras <strong>de</strong> David en esta estrofa, apren<strong>de</strong>remos<br />
la importancia <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un buen abogado. Seremos testigos <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>claración <strong>de</strong>l acusado y también <strong>de</strong>scubriremos los principios <strong>de</strong> justicia<br />
sobre los cu<strong>al</strong>es se pronuncian todos los juicios y <strong>de</strong>cisiones.<br />
EL PODER DEL ABOGADO (vv. 153, 154)<br />
«Mira mi aflicción, y librame, porque <strong>de</strong> tu ley no me he olvidado. Defien<strong>de</strong> mi<br />
causa, y redimeme; uioificasne con tu p<strong>al</strong>abra» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>: 153, 154).<br />
Si usted le entrega a <strong>al</strong>guien un po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> abogado, leg<strong>al</strong>mente le confiere<br />
a ese individuo el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> celebrar transacciones <strong>de</strong> negocios y leg<strong>al</strong>es en<br />
su nombre. Si está intentando hacer negocios en varios lugares, o si está<br />
enfermo, o bajo diversos tipos <strong>de</strong> circunstancias, es esenci<strong>al</strong> otorgar el po<strong>de</strong>r<br />
<strong>de</strong> abogado a <strong>al</strong>guien <strong>de</strong> su confianza.<br />
Cuando usted se ve envuelto en una lucha leg<strong>al</strong> <strong>de</strong>sagradable, lo que quiere<br />
es conseguir a un abogado <strong>de</strong> primera que lo represente. Esta es la <strong>de</strong>cisión<br />
que David toma en este pasaje. Hay dos frases clave que señ<strong>al</strong>an la <strong>de</strong>cisión<br />
<strong>de</strong> David. En el versículo 153 él dice: «Mira mi aflicción». Elle pi<strong>de</strong> a <strong>Dios</strong><br />
que consi<strong>de</strong>re su caso, que pese la evi<strong>de</strong>ncia y que examine su crisis con