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JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

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SACÁNDOLE EL MÁXIMO PROVECHO A LA VIDA 63<br />

<strong>Dios</strong>. Lo que usted apren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la Biblia y el anhelo que siente por ella necesita<br />

aplicarse <strong>de</strong> forma práctica, <strong>al</strong> apren<strong>de</strong>r a apoyarse en la Biblia para todo<br />

evento"<strong>de</strong> su vida.<br />

APOyÁNDOSE EN LA PALABRA (vv. 21-24)<br />

Haciendo reflexión sobre un <strong>al</strong>ma quebrantada por la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>,<br />

David lista <strong>al</strong>gunos <strong>de</strong> los muchos beneficios <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> una vida que saca<br />

el máximo provecho <strong>de</strong> la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Los últimos cuatro versículos <strong>de</strong><br />

esta estrofa <strong>de</strong>scriben cuatro aplicaciones prácticas <strong>de</strong> la Biblia a las circunstancias<br />

<strong>de</strong> la vida. Apren<strong>de</strong>remos a apoyarnos en la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> <strong>al</strong> encarar<br />

la soberbia, <strong>al</strong> encarar prejuicios, <strong>al</strong> encarar príncipes y <strong>al</strong> encarar cu<strong>al</strong>quier<br />

problema.<br />

Si usted <strong>de</strong>sea sacarle el máximo provecho a la vida, es necesario que aprenda<br />

a ir más <strong>al</strong>lá <strong>de</strong> la teoría y a aplicar la Biblia a los <strong>de</strong>safíos que encuentre<br />

en su camino cada día. Necesita apren<strong>de</strong>r a apoyarse en la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>.<br />

Encarando a los soberbios<br />

En este mundo nunca habrá escasez <strong>de</strong> soberbios. Sabemos quién es su<br />

rey. Hablando <strong>de</strong> Leviatán como figura <strong>de</strong>l diablo mismo, <strong>Dios</strong> le dijo aJob<br />

que él «es reysobre todos los soberbios» aob 41:34).<br />

Jesús también habló en términos similares <strong>de</strong>l diablo. En una <strong>de</strong> sus confrontaciones<br />

con los fariseos, dijo: «Vosotros sois <strong>de</strong> vuestro padreeldiablo, y los<br />

<strong>de</strong>seos <strong>de</strong> vuestro padre queréis bacer» ano 8:44a).<br />

La soberbia es la rienda que el diablo utiliza para guiar a sus súbditos<br />

como padre y rey. T<strong>al</strong>es personas nos ro<strong>de</strong>an. ¿Cómo po<strong>de</strong>mos tratar con<br />

ellos? El s<strong>al</strong>mista ha aprendido el enfoque correcto porque se ha apoyado en<br />

la p<strong>al</strong>abra. «Reprendiste a los soberbios, los m<strong>al</strong>ditos, quese<strong>de</strong>svían <strong>de</strong>tus mandamientos»<br />

(S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:21).<br />

David confió que <strong>Dios</strong> repren<strong>de</strong>ría a los soberbios. Esto no era sólo teoría.<br />

En uno <strong>de</strong> los momentos más difíciles <strong>de</strong> toda su vida, cuando su hijo<br />

Abs<strong>al</strong>ón estaba usurpando el reino, David fue atacado por un hombre soberbio<br />

y amargado. Su nombre era Simei. Cuando David huía <strong>de</strong> Jerus<strong>al</strong>én,<br />

Simei, pariente <strong>de</strong> Saúl, lo m<strong>al</strong>dijo y le arrojó piedras. Abisai, el siervo <strong>de</strong><br />

David, le rogó a David que le permitiera matar a Simei. ¡Abisai quería cortarle<br />

la cabeza! Observe cómo David manejó esta situación potenci<strong>al</strong>mente<br />

explosiva. «y dijo David a Abisaiy a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha<br />

s<strong>al</strong>ido <strong>de</strong> mis entrañas, acecha mi vida; ¿cuánto más ahora un hijo <strong>de</strong> Benjamín?<br />

Dejadle que m<strong>al</strong>diga, puesJehová se lo ha dicho. Quizá mirará Jehová mi aflicción,<br />

y me daráJehová bienporsusm<strong>al</strong>diciones <strong>de</strong> hoy» (2 S. 16:11, 12).<br />

/ David no tuvo que «cobrárselas». No tuvo que tener «la última p<strong>al</strong>abra».<br />

El humil<strong>de</strong>mente puso el asunto en las capaces manos <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. El se apoyó<br />

en la P<strong>al</strong>abra en lugar <strong>de</strong> apoyarse en su carne. El <strong>S<strong>al</strong>mo</strong> <strong>119</strong>:21 revela que<br />

David comprendió que los soberbios se encuentran bajo la m<strong>al</strong>dición <strong>de</strong>l<br />

pecado. David también comprendió su problema. Ellos «se <strong>de</strong>svían <strong>de</strong> tus<br />

mandamientos». ¿Qué provecho pue<strong>de</strong> rendir el molestarse por las m<strong>al</strong>diciones<br />

proferidas por <strong>al</strong>guien que se encuentra bajo la m<strong>al</strong>dición <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>?

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