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JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

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MUCHA PAZ 297<br />

e/que h<strong>al</strong>lamuchos <strong>de</strong>spojos» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:162). La p<strong>al</strong>abra «<strong>de</strong>spojo» se usa en el<br />

sentido <strong>de</strong> un tesoro que se ha capturado, como el botín <strong>de</strong> una bat<strong>al</strong>la y no<br />

en el sentido <strong>de</strong> <strong>al</strong>go que se ha perdido por acci<strong>de</strong>nte.<br />

Con frecuencia per<strong>de</strong>mos nuestra fascinación con la Biblia. Se nos olvida<br />

cómo nos sentimos cuando recién habíamos recibido a Cristo y cuando la<br />

Biblia re<strong>al</strong>mente era como un tesoro escondido que se <strong>de</strong>scubría por primera<br />

vez. ¿Consi<strong>de</strong>ra usted que la Biblia es como muchos <strong>de</strong>spojos? Debemos<br />

cuidarnos <strong>de</strong> no per<strong>de</strong>r nuestro sentido <strong>de</strong> asombro cada vez que abrimos<br />

las páginas <strong>de</strong> las Escrituras.<br />

Ni siquiera los lí<strong>de</strong>res cristianos son inmunes a tomar la Biblia por sentado.<br />

Es fácil familiarizarse tanto con la P<strong>al</strong>abra que se torna en nada más que<br />

una herramienta <strong>de</strong> trabajo y <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser «muchos <strong>de</strong>spojos».<br />

Un s<strong>al</strong>udo familiar escuchado entre pastores es: «¿Qué buenos libros has<br />

leído últimamente?» A mí también me gusta leer. Los buenos libros han<br />

formado parte importante <strong>de</strong> mi vida. Pero pienso que como pastores y lí<strong>de</strong>res<br />

cristianos, nuestra relación con la Biblia se torna en <strong>al</strong>go académico, en<br />

<strong>al</strong>go que hacemos porque es parte <strong>de</strong> nuestra profesión. Me pregunto si<br />

<strong>al</strong>gunos pastores se emocionan tanto por la Biblia como lo hacen por <strong>al</strong>gunos<br />

libros acerca <strong>de</strong> la Biblia. Entre más leo la Biblia, menos me atraen los<br />

<strong>de</strong>más libros. Es cierto que <strong>de</strong>bemos apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, pero no hay<br />

libro que sea mejor que e/libro.<br />

En 2 Reyes 6 y 7 se cuenta la historia <strong>de</strong> un largo conflicto entre Israel y<br />

Siria. En los días <strong>de</strong>l profeta Eliseo, el ejército <strong>de</strong> Siria sitió a la ciudad <strong>de</strong><br />

Samaria, y hubo gran hambre en ésta. La ciudad llegó <strong>al</strong> punto <strong>de</strong> que <strong>al</strong>gunas<br />

mujeres estuvieron dispuestas a comerse a sus propios hijos. Eliseo había<br />

profetizado que Israel tendría la victoria, pero nadie le creyó.<br />

Cuatro leprosos <strong>de</strong>cidieron arriesgarlo todo. Sabían que no tenían probabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> sobrevivir si permanecían en la ciudad sitiada. Decidieron ir <strong>al</strong><br />

campamento sirio y ver si <strong>al</strong>lí <strong>al</strong>guien les mostraría misericordia. No tenían<br />

nada que per<strong>de</strong>r.<br />

Había a la entrada<strong>de</strong> la puerta cuatro hombres leprosos, los cu<strong>al</strong>es dijeron<br />

eluno<strong>al</strong> otro: ¿Para quénos estamos aquíhasta quemuramos? Si trataremos<br />

<strong>de</strong> entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudadmoriremos en<br />

ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y<br />

pasemos <strong>al</strong> campamento <strong>de</strong>los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y<br />

si nos dieren la muerte, moriremos (2 R. 7:3,4).<br />

Ellos no sabían que el Señor ya había atemorizado <strong>al</strong> ejército enemigo y<br />

que los soldados habían huido, <strong>de</strong>jando atrás muchos <strong>de</strong>spojos.<br />

Se levantaron, pues, <strong>al</strong> anochecer; para ir <strong>al</strong> campamento <strong>de</strong> los sirios; y<br />

llegando a la entrada <strong>de</strong>l campamento <strong>de</strong> los sirios, no había <strong>al</strong>lí nadie.<br />

Porque Jehová había hecho que en el campamento <strong>de</strong> los sirios se oyese<br />

estruendo <strong>de</strong>carros, ruido<strong>de</strong>cab<strong>al</strong>los, y estrépito <strong>de</strong>gran ejército;y sedijeron<br />

unosa otros: He aquí, elrey <strong>de</strong>Israelha tomado a sueldo contra nosotros a

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