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JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

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CÓMO PERtvL>\NECER ESTABLE EN UN MUNDO INESTABLE<br />

entendimiento, David quiere ser <strong>de</strong> bendición a OtTOS David no va a <strong>de</strong>jar la<br />

P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> a un lado, no importa cuán m<strong>al</strong>le esté yendo. Está dispuesto<br />

a pagar el precio, porque su esperanza es en la P<strong>al</strong>abra. Sin embargo, su<br />

<strong>de</strong>seo es que aquellos que temen a <strong>Dios</strong> se <strong>al</strong>egren cuando vean ;'l David.<br />

¿Se <strong>al</strong>egra la gente <strong>al</strong> ver su actitud <strong>al</strong> pasar una prueba? La mayoría <strong>de</strong><br />

nosotros nos tornamos difíciles y <strong>de</strong>sagradables cuando sufrimos. Estamos<br />

muy dispuestos a obligar a los <strong>de</strong>más a que examinen las cicatrices <strong>de</strong> nuestra<br />

cirugía espiritu<strong>al</strong>, o a que contemplen nuestras «glándulas espiritu<strong>al</strong>es»<br />

en un frasco con cloroformo. Nos gusta escuchar esas p<strong>al</strong>abras <strong>de</strong> consuelo,<br />

aun si son forzadas.<br />

Esto me recuerda lo sucedido en Hechos 16, cuando Pablo y Silas fueron<br />

encarcelados en Filipos. Después <strong>de</strong>l terremoto y <strong>de</strong> la conversión <strong>de</strong>l carcelero<br />

y <strong>de</strong> su familia, los apóstoles regresaron <strong>al</strong>a casa <strong>de</strong> Lidia, en don<strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>más creyentes con temor hacían oración por ellos. Curiosamente, el<br />

capítulo concluye diciendo lo siguiente: «yhabiendo visto [los apóstoles] a los<br />

hermanos, los consolaron, y se[ueron» (Hch. 16:40). La mayoría <strong>de</strong> nosotros<br />

hubiéramos pensado que sería <strong>al</strong> contrario.<br />

Con frecuencia oímos <strong>de</strong>cir que necesitamos madurar como creyentes<br />

para po<strong>de</strong>r llegar a ver nuestros problemas como oportunida<strong>de</strong>s para más<br />

crecimiento espiritu<strong>al</strong>. El creyente verda<strong>de</strong>ramente maduro va nlás <strong>al</strong>lá. El<br />

compren<strong>de</strong> que nuestras pruebas y aflicciones también afectan a otras personas.<br />

Estas no son sólo para nuestrocrecimiento espiritu<strong>al</strong> (aunque ello ciertamente<br />

ocurre), sino para beneficio <strong>de</strong> OtTOS.<br />

Bendito sea el <strong>Dios</strong>y Padre <strong>de</strong> nuestro Señorfesucristo, Padre <strong>de</strong> misericordias<br />

y <strong>Dios</strong> <strong>de</strong> toda consolación, el cu<strong>al</strong> nos consuela en todas nuestTas<br />

tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están<br />

en cu<strong>al</strong>quiertribulacicn, pOl' medio <strong>de</strong>la consolación con que nosotros somos<br />

consolados pOT <strong>Dios</strong>. Porque <strong>de</strong> la manera que abundan en nosotTOS las<br />

aflicciones <strong>de</strong> Cristo, así abunda también pOT el mismo Cristo nuestra consolación.<br />

Perosi somos atribulados, espara vuestra consolación y s<strong>al</strong>vación;<br />

o si somos consolados, espara vuestra consolación y saiuacián, la cu<strong>al</strong> se<br />

opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también pa<strong>de</strong>cemos<br />

(2 Ca. 1:3-6).<br />

La respuesta bíblica a la aflicción produce una re<strong>al</strong>idad y humildad que<br />

resulta extre11ladamente atractiva a aquellos que aman a <strong>Dios</strong>. Me gusta ilustrar<br />

esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la manera siguiente: Los ciudadanos patriotas sienten un<br />

respeto y c011lpasión tremendos hacia los soldados que regresan heridos en<br />

la guerra. El mito <strong>de</strong> la invencibilidad se ha <strong>de</strong>svanecido y la respuesta correcta<br />

<strong>de</strong>l soldado produce una humildad que resulta atractiva para aquellos<br />

que comparten su causa.<br />

Con seguridad usted conoce a <strong>al</strong>guna persona cuya sola presencia pue<strong>de</strong><br />

ser incornodante porque todo el mundo sabe que esta persona inmediatamente<br />

tratará <strong>de</strong> hacer que todos le tengan lástima por las muchas pruebas y<br />

aflicciones que está sufriendo. Nadie quiere estar <strong>al</strong>re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> gente así.<br />

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