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JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

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EL PRECIO DEL PODER PARACON DIOS 273<br />

nuevo (]n, 3:6, 7). Durante nuestra vida presente nuestra <strong>al</strong>ma (mente, emociones<br />

y voluntad) es la que se ve renovada por la aplicación <strong>de</strong> la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong><br />

<strong>Dios</strong>. Nuestro cuerpo físico espera la aplicación plena <strong>de</strong> esta s<strong>al</strong>vación que<br />

ocurrirá en la segunda venida <strong>de</strong> Cristo, cuando recibiremos un cuerpo glorificado<br />

(Ro. 8:17-25).<br />

Pablo dos veces menciona la renovación <strong>de</strong> la mente. La primera vez lo<br />

hace a los romanos. «Asi que, herman0.1, osruego por las misericordias <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>,<br />

que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a <strong>Dios</strong>, que es<br />

vuestro culto racion<strong>al</strong>. No osconjorméis a este siglo, sino transformaos p01' medio<strong>de</strong><br />

la renovación <strong>de</strong> vuestro entendimiento, pa7'a que comprobéis cuálse<strong>al</strong>a buena<br />

voluntad <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, agradable)'perfecta» (Ro. 12:1,2). La segunda vez es en su<br />

carta a los efesios. «yrenovaos en el espíritu <strong>de</strong> vuestra mente» (Ef. 4:23).,<br />

¿Ha cooperado usted con <strong>Dios</strong>, permitiéndole que por su P<strong>al</strong>abra Elle<br />

renueve su mente? En el Nuevo Testamento, esto equiv<strong>al</strong>e a clamar a <strong>Dios</strong><br />

diciendo: «¡Señor, sálvame!» Cuando estamos en medio <strong>de</strong> nuestras "pruebas<br />

y problemas, sólo una mente renovada pue<strong>de</strong> equiparnos para ver las<br />

COS3S como <strong>Dios</strong> las ve y para respon<strong>de</strong>r bíblicamente como El quiere que<br />

respondamos.<br />

Resumiendo estas dos i<strong>de</strong>as, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que David clamó <strong>al</strong> Señor<br />

con tanto su <strong>corazón</strong> como su <strong>al</strong>ma. Cuán débiles resultan nuestras oraciones<br />

a medias comparadas con las <strong>de</strong> David. Debiéramos preguntarnos a nosotros<br />

mismos qué es lo que re<strong>al</strong>mente <strong>de</strong>seamos <strong>de</strong> la vida. ¿Estamos<br />

dispuestos a clamar a <strong>Dios</strong> con nuestro <strong>corazón</strong> y nuestra <strong>al</strong>ma? ¿Estamos<br />

dispuestos a comprometernos a obe<strong>de</strong>cer su p<strong>al</strong>abra, sin importar cuál sea<br />

Su respuesta? Esta es la razón por la cu<strong>al</strong> David tenía po<strong>de</strong>r para con <strong>Dios</strong> y<br />

muchos <strong>de</strong> nosotros no lo tenemos.<br />

BUSCARA DIOS DE DÍA Y DE NOCHE (vv, 147, 148)<br />

«iWeanticipé<strong>al</strong> <strong>al</strong>ba, )' clamé; esperé en tu p<strong>al</strong>abra. Se anticiparon mis ojos a las<br />

vigilias <strong>de</strong> la noche, para meditar en tus mandatos» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>: 147, 148).<br />

En este versículo David dice que se levantaba antes <strong>de</strong>l amanecer para<br />

clamar a <strong>Dios</strong>. Esta es la tercera vez en esta estrofa que David dice que<br />

clama a <strong>Dios</strong>. Las doce horas <strong>de</strong> la noche judía, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las seis <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong><br />

hasta las seis <strong>de</strong> la mañana, se dividían en cuatro vigilias <strong>de</strong> tres horas cada<br />

una. Los nombres comunes <strong>de</strong> estas cuatro vigilias aparecen en Marcos 13:35.<br />

«Velad, pues, porque nosabéis cuándo vendrá elseñor<strong>de</strong> la casa; si <strong>al</strong> anochecer; oa<br />

la medianoche, o <strong>al</strong> canto <strong>de</strong>l g<strong>al</strong>lo, o a la mañana.»<br />

Cada mañana David fijaba su compromiso y su propósito para ese día.<br />

Las vigilias <strong>de</strong> la noche eran un tiempo <strong>de</strong> reflexión, un tiempo para meditar<br />

en la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong> y ev<strong>al</strong>uar el día y sus activida<strong>de</strong>s. Los ojos <strong>de</strong> David se<br />

anticipaban a las vigilias <strong>de</strong> la noche, cuando estaba libre <strong>de</strong> las responsabilida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>l día y podía meditar en la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. En otras p<strong>al</strong>abras, él<br />

no <strong>de</strong>jaba que sus ojos se cerraran porque estaba anticipando usar las vigilias<br />

<strong>de</strong> la noche para meditar en la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. El buscar a <strong>Dios</strong> en oración<br />

y en su P<strong>al</strong>abra era un ejercicio continuo para David y no sólo un <strong>de</strong>vocion<strong>al</strong><br />

<strong>de</strong> quince minutos <strong>al</strong> día.

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