10.05.2013 Views

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

JEFFADAMS – Salmo 119 Una odisea al corazón de Dios

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

70 SALMO <strong>119</strong>: UNA ODISEA AL CORAZÓN DE DIOS<br />

en forma espiritu<strong>al</strong>. Ha sido abatido y no pue<strong>de</strong> levantarse. A veces olvidamos<br />

que enfrentamos a un enemigo formidable. El ha eliminado a contrincantes<br />

mucho más fuertes que usted.<br />

Consi<strong>de</strong>re cómo el s<strong>al</strong>mista inicia esta cuarta estrofa. «Abatida hasta el<br />

polvo está mi <strong>al</strong>ma; vivifícame según tu p<strong>al</strong>abra» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:25). ¡David sabe lo<br />

que se siente! Consi<strong>de</strong>re el versículo 28. «Se <strong>de</strong>shace mi <strong>al</strong>ma <strong>de</strong> ansiedad;<br />

susténtame según tu p<strong>al</strong>abra»<br />

La mayoría <strong>de</strong> nosotros no tendríamos problema en i<strong>de</strong>ntificarnos con<br />

ambas condiciones. ¿Qué hacer cuando uno está <strong>de</strong>rribado y bajo cuenta, o<br />

luchando bajo una carga pesada? Si pusiéramos las p<strong>al</strong>abras <strong>de</strong> David en un<br />

contexto más contemporáneo, estos versículos <strong>de</strong>scriben a <strong>al</strong>guien que se<br />

encuentra consumido y cargado. Nuestra meta en esta sección es apren<strong>de</strong>r<br />

cómo <strong>Dios</strong> usa estas dos condiciones <strong>de</strong>sesperadas para edificamos.<br />

CONSUMIDO (vv, 25-27)<br />

No pierda <strong>de</strong> vista el contexto. Este es el s<strong>al</strong>mo que nos lleva <strong>al</strong> <strong>corazón</strong><br />

mismo <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Hemos seguido el progreso <strong>de</strong>l s<strong>al</strong>mista. En la primera<br />

estrofa, observamos cómo los bienaventurados o felices son los que han <strong>al</strong>ineado<br />

sus vidas con la P<strong>al</strong>abra <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>. Por lo tanto, David se comprometió<br />

a apren<strong>de</strong>r la P<strong>al</strong>abra y a obe<strong>de</strong>cer la P<strong>al</strong>abra. Después <strong>de</strong> tomar su <strong>de</strong>cisión,<br />

vimos su horror <strong>al</strong> tomar mayor conciencia <strong>de</strong>l pecado en su vida. Este era el<br />

tema <strong>de</strong> la segunda estrofa: «[Con qué limpiará el joven su camino?» (S<strong>al</strong>.<br />

<strong>119</strong>:9a). David continuó con una serie <strong>de</strong> ejercicios para el <strong>corazón</strong>.<br />

En la tercera estrofa, vimos tres actitu<strong>de</strong>s necesarias para obtener la<br />

plenitud <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong> la Biblia. Y ahora, esto. Aquí tenemos un patrón. En<br />

la primera estrofa, se hizo una <strong>de</strong>cisión. Esa <strong>de</strong>cisión fue <strong>de</strong>safiada en la<br />

segunda estrofa, por la re<strong>al</strong>idad <strong>de</strong>l pecado. En la tercera estrofa se estableció<br />

un curso. Ahora, el mismo recibe un <strong>de</strong>safío por la re<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bilidad<br />

humana. Cada vez que usted toma una <strong>de</strong>cisión genuina a favor <strong>de</strong> <strong>Dios</strong>, esa<br />

<strong>de</strong>cisión recibirá un <strong>de</strong>safío por el mundo, por la carne y por el diablo. Esta<br />

es la situación <strong>de</strong> David, y la nuestra.<br />

Abatido hasta el polvo<br />

«Abatida hasta elpolvo está mi <strong>al</strong>ma» (S<strong>al</strong>. <strong>119</strong>:25a). David está <strong>de</strong>rribado y<br />

bajo la cuenta. Está abatido hasta el polvo. Necesita levantarse, pero no pue<strong>de</strong><br />

h<strong>al</strong>lar las fuerzas en su interior para hacerlo. El hombre proviene <strong>de</strong>l<br />

polvo. «Entonces Jehová <strong>Dios</strong>formó <strong>al</strong> hombre <strong>de</strong>lpolvo <strong>de</strong> la tierra, y soplóen su<br />

nariz <strong>al</strong>iento <strong>de</strong> vida, y fue el hombre un ser" viviente» (Gn. 2:7).<br />

En lenguaje religioso se podría <strong>de</strong>cir que David está en necesidad <strong>de</strong> un<br />

avivamiento. Está abatido hasta el polvo, hasta los mismos elementos <strong>de</strong> los<br />

cu<strong>al</strong>es fue formado. El cuadro es po<strong>de</strong>roso. A todos nos gustaría remontar<br />

vuelo como las águilas, si no fuera por esa vieja natur<strong>al</strong>eza pecaminosa que<br />

siempre nos tira hacia el suelo. A veces tira <strong>de</strong> nosotros por tanto tiempo y<br />

con tanta fuerza que sencillamente nos <strong>de</strong>ja <strong>al</strong>lí, abatidos hasta el polvo, sin<br />

po<strong>de</strong>r levantarnos.<br />

Estamos <strong>de</strong> vuelta en Romanos 7, pasaje que examinamos en el primer

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!