Curso de Economía Ecológica. Martínez Alier
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mente se gastaba tanta energía como la que se obtenía. ¿Mostraban pues los Tsembaga una irracionalidad<br />
económico-ecológica al <strong>de</strong>dicarse a criar los cerdos? La respuesta era negativa, por varias<br />
razones. De un lado, la carne <strong>de</strong> cerdo era consumida por las proteínas, y no por las calorías<br />
(aunque los propios Tsembaga no sabían hablar <strong>de</strong> proteínas, sí sabían que la carne <strong>de</strong> cerdo era<br />
particularmente necesaria para niños y mujeres embarazadas). Era también consumida por su buen<br />
gusto. Y la matanza ritual <strong>de</strong> los cerdos era la propia religión <strong>de</strong> los Tsembaga.<br />
¿Cuándo se iniciaba el kaiko, esa matanza colectiva ritual? Ciertamente, cuando los especialistas<br />
religiosos apreciaban ciertas señales propicias, pero asimismo cuando el número y el peso <strong>de</strong> los<br />
cerdos que había que alimentar excedía cierta cantidad. Rappaport, antropólogo ecológico y <strong>de</strong> la<br />
religión, escribe literalmente en su magnífica monografía: <strong>de</strong>masiados cerdos son caros. ¿Cómo<br />
pue<strong>de</strong>n ser caros si no hay mercado ni precios?<br />
Vemos aquí los dos sentidos <strong>de</strong> la palabra economía: aprovisionamiento material y energético <strong>de</strong>l<br />
oikos; y estudio <strong>de</strong> la asignación <strong>de</strong> recursos escasos a fines alternativos mediante, no realmente<br />
los precios <strong>de</strong> mercado, pero sí mediante la comparabilidad <strong>de</strong> valores. Las proteínas <strong>de</strong> los cerdos<br />
resultan baratas, aunque sus calorías resulten caras, siempre que el número y el peso <strong>de</strong> los cerdos<br />
no sea excesivo. La monografía <strong>de</strong> Rappaport es realmente un estudio <strong>de</strong> economía ecológica.<br />
Agudamente se ha señalado (por David McGrath, un ecólogo que trabaja en la Amazonía brasileña)<br />
que el cálculo energético <strong>de</strong> la agricultura itinerante sería muy distinto si entre los insumos<br />
contamos, no sólo la energía <strong>de</strong>l trabajo humano, sino la energía <strong>de</strong>l bosque primario o secundario<br />
quemado. Des<strong>de</strong> luego, la agricultura itinerante aparecería como la más energéticamente <strong>de</strong>spilfarradora<br />
<strong>de</strong> todas las agriculturas (incluso más que la agricultura mo<strong>de</strong>rna más intensiva en el uso<br />
<strong>de</strong> combustibles fósiles), si pensamos en la enorme biomasa que se quema. El argumento en contra<br />
es que, si la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> población no es alta y si no hay tampoco presión <strong>de</strong> la producción para<br />
exportar, el sistema es sostenible sin grave <strong>de</strong>gradación ecológica, ya que el bosque secundario<br />
vuelve a salir. El empleo <strong>de</strong> la expresión barbecho forestal indica esa visión tal vez <strong>de</strong>masiado<br />
optimista, ya que el barbecho consiste en dar <strong>de</strong>scanso a la tierra para recuperar su fertilidad <strong>de</strong><br />
manera que el sistema <strong>de</strong> cultivo sea sostenible.<br />
La economía vertical andina<br />
Lo que llevó a John Murra, hacia 1965, al concepto <strong>de</strong> economía vertical andina, fue la<br />
siguiente pregunta, que nació <strong>de</strong> su vinculación a la escuela <strong>de</strong> antropología económica <strong>de</strong> Karl<br />
Polanyi. Dado que antes <strong>de</strong> la conquista europea no había mercados en los An<strong>de</strong>s, y una vez consciente<br />
<strong>de</strong> que en economías <strong>de</strong> montaña no cabe la autarquía porque las producciones <strong>de</strong> distintos<br />
pisos ecológicos son complementarias, ¿cómo circulaban esos productos? La respuesta prehispánica<br />
es el tributo; una respuesta posterior es el trueque, y los mercados periféricos (que son<br />
compatibles con economías mayormente <strong>de</strong> subsistencia, es <strong>de</strong>cir, cuyas <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> producción<br />
no vienen guiadas únicamente por costes y precios: hay papas para comer y papas para ven<strong>de</strong>r).<br />
El estudio <strong>de</strong> Brooke Thomas <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> familias <strong>de</strong> pastores en Puno, Perú (un grupo <strong>de</strong> wakchilleros)<br />
en los primeros años l970, traduce la noción <strong>de</strong> economía vertical <strong>de</strong> Murra (o la noción<br />
equivalente <strong>de</strong> simbiosis interzonal <strong>de</strong> Condarco Morales) en términos <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong>l flujo <strong>de</strong><br />
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