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Curso de Economía Ecológica. Martínez Alier

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Ese capital acumulado en el año 10, hace posible mantener a perpetuidad el ingreso, una vez agotado<br />

el recurso. Esa regla serviría también, no sólo para el cálculo <strong>de</strong> un más pru<strong>de</strong>nte ritmo <strong>de</strong><br />

consumo, sino para recalcular el PIB y el ingreso nacional.<br />

Des<strong>de</strong> luego, que los ingresos proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> recursos naturales <strong>de</strong>ben ser reinvertidos es una i<strong>de</strong>a<br />

antigua; en la América Latina, hay por lo menos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo pasado textos conocidos<br />

y angustiados en este sentido, como los <strong>de</strong> Mariano <strong>de</strong> Rivero (el químico nacido en Arequipa y<br />

formado en París) sobre las rentas <strong>de</strong>l guano peruano. Lo novedoso <strong>de</strong> El Serafy es el criterio operativo<br />

que presenta, y su vinculación a la discusión sobre las correcciones ecológicas <strong>de</strong> la contabilidad<br />

nacional. Pero su criterio no sirve para corregir la contabilidad nacional, ya que hemos <strong>de</strong><br />

tomar un tipo <strong>de</strong> interés como dato, hemos <strong>de</strong> conocer las reservas (y la futura evolución <strong>de</strong> la tecnología,<br />

que pueda quitar usos a los recursos naturales antes <strong>de</strong> agotarse las reservas), y se supone<br />

a<strong>de</strong>más que las inversiones <strong>de</strong> capital pue<strong>de</strong>n dar rendimientos y compensar así la pérdida <strong>de</strong> los<br />

recursos naturales incluso aunque se agoten esos recursos naturales cruciales.<br />

b) Los criterios <strong>de</strong> Roefie Hueting<br />

La preocupación <strong>de</strong> Hueting no es la amortización <strong>de</strong> los recursos agotables sino la valoración<br />

<strong>de</strong> los servicios o funciones ambientales dañados. Hueting es autor <strong>de</strong> un interesante texto<br />

<strong>de</strong> economía ecológica publicado en 1980 en inglés, y años antes en holandés; funcionario <strong>de</strong>l servicio<br />

<strong>de</strong> estadística <strong>de</strong>l Estado holandés y encargado <strong>de</strong> estadísticas ambientales por recomendación<br />

<strong>de</strong> Tinbergen; practicante <strong>de</strong> jazz en un conocido grupo <strong>de</strong> Amsterdam. Tras muchos años <strong>de</strong><br />

batallar en el campo <strong>de</strong> las correcciones ambientales <strong>de</strong> la contabilidad nacional pensó que el Informe<br />

Brundtland proporcionaba un criterio operativo para corregir la contabilidad nacional.<br />

El consenso sobre la sustentabilidad o el <strong>de</strong>sarrollo sustentable parecía proporcionar (o le parece a<br />

Hueting que podría proporcionar) una serie <strong>de</strong> metas u objetivos concretos, en términos físicos,<br />

unos standards ambientales y <strong>de</strong> conservación; sólo hace falta entonces calcular los costos <strong>de</strong> llegar<br />

a esos objetivos, ya sea mediante la reparación o restauración <strong>de</strong> daños, o mediante la disminución<br />

<strong>de</strong> ciertas producciones (por ejemplo, el costo <strong>de</strong> conservar biodiversidad no es, evi<strong>de</strong>ntemente, el<br />

costo actualizado <strong>de</strong> volver a producirla, ya que no pue<strong>de</strong>n resucitarse las especies que <strong>de</strong>saparecen,<br />

sino el costo <strong>de</strong> oportunidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> producir ma<strong>de</strong>ra, ganado, etc.).<br />

Naturalmente, si esos objetivos colocados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera la economía no existen, entonces, para enmendar<br />

la contabilidad nacional, nos vemos obligados a calcular unos precios-sombra <strong>de</strong> las funciones<br />

ambientales; por ejemplo, si dañamos la capa <strong>de</strong> ozono, hemos <strong>de</strong> valorar el beneficio perdido<br />

en términos <strong>de</strong> evitación <strong>de</strong> radiación ultravioleta. ¿Cómo conseguir esos valores? ¿Mediante<br />

encuestas <strong>de</strong> disposición a pagar, que incluyan también los daños futuros que estamos causando<br />

ahora? ¿Mediante el coste <strong>de</strong> reparación, cuando ésta es posible? Pero, ¿qué grado <strong>de</strong> reparación?<br />

Pensemos por ejemplo en los nitritos en la capa freática en Holanda: ¿cómo crecen los costes marginales<br />

<strong>de</strong> saneamiento y cuáles son los standards <strong>de</strong> contaminación científicamente recomendables<br />

y políticamente tolerables? Ante tanta perplejidad, no pue<strong>de</strong> extrañar que Roefie Hueting se<br />

haya querido refugiar en brazos <strong>de</strong> la señora Brundtland! Pero la noción <strong>de</strong> sustentabilidad y aún<br />

menos la <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo sostenible no pue<strong>de</strong>n proporcionar directamente unas metas o límites al<br />

<strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> las funciones o servicios ambientales.<br />

28 Textos básicos para la formación ambiental

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