VII.1. La llamada sustentabilidad débil 96 Textos básicos para la formación ambiental MÓDULO VII INDICADORES MONETARIOS Y BIOFÍSICOS DE SUSTENTABILIDAD La pregunta inicial es si existe algún indicador económico <strong>de</strong> la sustentabilidad <strong>de</strong> una economía. Entre los economistas, la respuesta a esta pregunta distingue entre la sustentabilidad en el sentido fuerte <strong>de</strong> la palabra y la sustentabilidad en el sentido débil <strong>de</strong> la palabra, <strong>de</strong>finiendo la primera como el mantenimiento <strong>de</strong>l capital natural que es crítico para la economía, y <strong>de</strong>finiendo la segunda como el mantenimiento <strong>de</strong> la suma <strong>de</strong> capital natural y capital hecho por los humanos. La noción <strong>de</strong> sustentabilidad débil permite la sustitución <strong>de</strong>l capital natural por el capital hecho por los humanos o medios <strong>de</strong> producción producidos. Lo que importa es que no disminuya el stock total <strong>de</strong> capital. A primera vista la sustentabilidad débil es una proposición atractiva que tropieza sin embargo con problemas <strong>de</strong> medición irresolubles. Averiguar que ocurre con los elementos <strong>de</strong> la naturaleza que son críticos para la economía humana es un tema <strong>de</strong> ecología, pero contar el stock total <strong>de</strong> capital parece a primera vista un tema <strong>de</strong> economía. Así, David Pearce y sus colaboradores han tratado <strong>de</strong> presentar resultados numéricos para comprobar si diversas economías son sustentables (en el sentido débil). Eso suce<strong>de</strong> si el ahorro en la economía (que es lo que permite la inversión) es mayor (o, en el límite, igual) que la suma <strong>de</strong> las <strong>de</strong>preciaciones <strong>de</strong> capital natural y <strong>de</strong> capital hecho por los humanos. Si al ser más rica una economía, aumenta la parte <strong>de</strong>l ahorro en el ingreso total, entonces la sustentabilidad débil sería más fácil <strong>de</strong> obtener en las economías ricas que en las pobres. Sin embargo, el uso <strong>de</strong> capital natural y <strong>de</strong> capital hecho por los humanos es también mayor en las economías más ricas. Por tanto, la <strong>de</strong>preciación <strong>de</strong> ambos será tal vez mayor en las economías ricas. No hay pues ninguna suposición <strong>de</strong> partida respecto a si las economías ricas o las economías pobres serán más sostenibles (en el sentido débil). Y, a<strong>de</strong>más, la razón entre ahorro e ingreso total no correlaciona con el nivel <strong>de</strong> ingreso, ni histórica ni transversalmente. Sin embargo, los resultados pretendidamente empíricos que han presentado Pearce y sus colaboradores indican que Japón, que importa mucho petróleo, ma<strong>de</strong>ra y otros recursos naturales, es la economía con un índice más alto <strong>de</strong> sustentabilidad. Las economías sustentables <strong>de</strong> su muestra incluyen a Japón, Alemania y los Estados Unidos, mientras las economías insostenibles incluyen a Burkina Fasso, Etiopía, Indonesia, Nigeria. En esas cuentas, la <strong>de</strong>preciación <strong>de</strong>l capital natural se imputa a los países don<strong>de</strong> los productos <strong>de</strong> ese capital natural entran la corriente <strong>de</strong> ingresos, ya sea para uso interior o para la exportación, <strong>de</strong> la misma manera que la <strong>de</strong>preciación <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> una fábrica <strong>de</strong> automóviles <strong>de</strong> Barcelona o <strong>de</strong> Turín se imputa a las economías española o italiana, y no a las economías que importan automóviles españoles o italianos. Es difícil establecer balances internacionales <strong>de</strong> pagos ecológicos. No hacen falta aquí, porque <strong>de</strong> lo que se
trata es <strong>de</strong> criticar los resultados acerca <strong>de</strong> la sustentabilidad débil a nivel mundial obtenidos por Pearce y sus colaboradores. No son resultados verda<strong>de</strong>ramente empíricos, aunque lo parecen. No sabemos traducir en valores económicos la pérdida <strong>de</strong>l llamado capital natural y por tanto los resultados <strong>de</strong> Pearce y colaboradores son interesantes más como i<strong>de</strong>ología que como realidad. <strong>Curso</strong> <strong>de</strong> economía ecológica 97
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