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Curso de Economía Ecológica. Martínez Alier

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expresar una preocupación no-instrumental por los no-humanos. Un individuo pue<strong>de</strong> tener entre<br />

sus preferencias básicas la conservación <strong>de</strong> un hábitat o <strong>de</strong> alguna especie en peligro, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> cualquier beneficio que pudiera reportarle. Así, el valor intrínseco en el sentido <strong>de</strong> valor<br />

no-instrumental pue<strong>de</strong> realmente incorporarse al análisis costo-beneficio por la vía <strong>de</strong> las preferencias<br />

<strong>de</strong> los humanos. En la literatura económica, los valores que nacen <strong>de</strong> tales preferencias son<br />

llamados valores <strong>de</strong> existencia o valores <strong>de</strong> uso pasivo. Ahora bien, si por valor intrínseco <strong>de</strong>notamos<br />

el valor que un objeto tenga in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> su valoración por los evaluadores, entonces<br />

el análisis costo-beneficio tiene ciertamente dificulta<strong>de</strong>s para incorporar el valor intrínseco <strong>de</strong><br />

los no-humanos.<br />

Al igual que el valor no-instrumental <strong>de</strong> los no-humanos pue<strong>de</strong> ser incluido en el análisis costobeneficio<br />

mediante las preferencias <strong>de</strong> los humanos, así los intereses <strong>de</strong> las generaciones futuras<br />

pue<strong>de</strong>n ser representados por las preferencias <strong>de</strong> las generaciones actuales. La generación actual<br />

incluye individuos que tienen preferencias respecto <strong>de</strong>l bienestar <strong>de</strong> sus hijos, nietos y generaciones<br />

sucesivas. Esos valores a veces entran en el análisis económico con el nombre <strong>de</strong> valor <strong>de</strong> opción,<br />

que significa el valor que un objeto tiene en virtud <strong>de</strong> su uso potencialmente beneficioso para los<br />

humanos. Se argumenta que los individuos pue<strong>de</strong>n asignar un valor <strong>de</strong> opción a un objeto, no sólo<br />

en virtud <strong>de</strong>l uso potencial que ellos mismos hagan, sino también en virtud <strong>de</strong> su uso potencial por<br />

otros, ya sean contemporáneos o <strong>de</strong> generaciones futuras. Aquí tampoco hay nada que objetar conceptualmente.<br />

Los individuos pue<strong>de</strong>n tener entre sus preferencias, una preferencia acerca <strong>de</strong> que<br />

algo <strong>de</strong>ba ser usado por otros, y esa preferencia pue<strong>de</strong> ser incluida en el análisis costo-beneficio.<br />

Así pues, el análisis costo-beneficio pue<strong>de</strong> incorporar los intereses <strong>de</strong> generaciones futuras y el<br />

valor no-instrumental <strong>de</strong> los no-humanos, mediante las preferencias <strong>de</strong> las generaciones actuales.<br />

Se consi<strong>de</strong>ra pues que el valor <strong>de</strong> un objeto surge <strong>de</strong> tres tipos <strong>de</strong> preferencias: una preferencia por<br />

el uso real <strong>de</strong>l objeto, una preferencia por el uso opcional <strong>de</strong>l objeto por uno mismo o por otros, y<br />

una preferencia por la existencia <strong>de</strong>l objeto (y por su bienestar, si es un ser sensible) in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> su uso real o potencial por otros. El problema con que tropieza el análisis costobeneficio<br />

no es la imposibilidad <strong>de</strong> incorporar a los no-humanos y a las generaciones futuras sino<br />

la manera en que son incorporados. De hecho, hay dos problemas: la representación <strong>de</strong> los no-<br />

humanos y <strong>de</strong> las generaciones futuras es precaria, y los pesos atribuidos a sus intereses son ina<strong>de</strong>cuados.<br />

1) La representación <strong>de</strong> los no-humanos y <strong>de</strong> las generaciones futuras mediante la expresión <strong>de</strong><br />

preferencias por las generaciones actuales, es una representación precaria. Hemos mostrado<br />

que pue<strong>de</strong>n ser representados indirectamente, pero <strong>de</strong> ahí no se sigue que realmente sean representados.<br />

Son representados en la medida que la generación actual no esté compuesta <strong>de</strong><br />

egoístas, es <strong>de</strong>cir, mientras no prefieran satisfacer aquellos intereses exclusivamente propios.<br />

Para que las generaciones futuras y los no-humanos estén representados, hace falta que la generación<br />

actual tenga suficientes miembros con preferencias no-egoístas. El análisis costobeneficio<br />

se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> contra la acusación que olvida las generaciones futuras y los nohumanos,<br />

ya que existe esa representación vicaria o indirecta, pero eso sólo ocurre si suponemos<br />

que las preferencias <strong>de</strong> la generación actual son la que <strong>de</strong>bería tener. Ahora bien, referirse<br />

a las preferencias que los individuos <strong>de</strong>ben tener, y no a las que realmente tienen, es<br />

<strong>Curso</strong> <strong>de</strong> economía ecológica 61

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